Una pelea con varios implicados en los pabellones de la antigua bacaladera, cerca de las viejas fábricas de Oxigraf y Otis Zardoya, en el barrio donostiarra de Herrera, ha acabado este lunes con uno de los implicados en el hospital, mientras que el presunto agresor ha sido detenido.

Pasadas las ocho de la mañana de hoy, varios vecinos han alertado de una trifulca en la citada zona de los pabellones ocupados, donde han acudido varias dotaciones de la Policía municipal y de la Ertzaintza. A resultas del enfrentamiento entre estas personas, una de ellas ha resultado herida y ha sido trasladada por una ambulancia al Hospital Donostia, sin que se conozca cuál es la gravedad de sus heridas.

El presunto agresor ha sido detenido, aunque a última hora de la mañana ya había sido puesto en libertad. Según confirmaron fuentes policiales a este periódico, no ha habido denuncia hacia esta persona.

Inseguridad vecinal

Lo cierto es que no es la primera pelea que se produce en la zona y hace unos días, por ejemplo, ya se produjo otra trifulca en la cercana plaza San Luis.

Los vecinos llevan ya un tiempo exigiendo al Ayuntamiento de Donostia que tome medidas en el lugar, ya que la sensación de inseguridad es latente en los últimos meses, con amenazas y trapicheos a la vista. Por ello se pusieron en contacto con el Consistorio para exigir una intervención tanto en los pabellones abandonados como en la antigua tienda de ropa Antolín, también cercana a estas fábricas, y que también está ocupada.

Residentes de la zona reconocen a este periódico que la Ertzaintza y la Guardia Municipal acuden a menudo a esta zona debido a los incidentes que suelen provocar los ocupantes de estos pabellones, y han pedido que estos edificios sean cerrados. Sin embargo, algunos pabellones tienen garajes particulares que utilizan vecinos y hay un almacén en el que sigue habiendo actividad laboral.

La zona cuenta con un proyecto de construcción de alrededor de 380 viviendas, pero por ahora la situación de los pabellones y las fábricas no ha cambiado. A finales del pasado mes de febrero, la Policía local y la Ertzaintza identificaron a 20 personas que estaban habitando en el lugar de forma irregular, una situación que, al parecer, sigue vigente y que está provocando peleas entre los propios ocupas y sensación de inseguridad entre los vecinos.