Una navaja de nuevo. Esta vez se quedó en un susto, pero un varón de unos 30 años se llevó en la madrugada del sábado al domingo en pleno casco viejo de Arrasate, durante las fiestas patronales de San Juan, cuatro puñaladas que por fortuna solo le provocaron heridas superficiales que no revisten gravedad. El herido fue trasladado al hospital comarcal de Arrasate, donde se le atendió, y la Ertzaintza sigue investigando los hechos, aunque a última hora de este domingo aún no había efectuado todavía ninguna detención. De nuevo en un ambiente festivo. De nuevo, arma blanca para resolver una pelea que terminó involucrando a varias personas. Los hechos se produjeron a las tres de la madrugada, en las inmediaciones de un bar de casco antiguo, cerca del Ayuntamiento. Precisamente, los grupos municipales representados en el Consistorio (EH Bildu, EAJ-PNV, PSE-EE y Elkarrekin Arrasate) emitieron un comunicado conjunto condenando estos hechos “firmemente”.
En el mismo, los representantes municipales aseguran que “es responsabilidad de las instituciones promover la prevención social y comunitaria, en colaboración con los agentes sociales y ciudadanos, para evitar las conductas violentas en la gestión de conflictos y problemas”.
“Defendemos un modelo festivo y ciudadano basado en la convivencia y el respeto y seguiremos trabajando en favor del Arrasate que merecen los arrasatearras”, afirmaban. A su vez, los grupos municipales quisieron recordar que, “al igual que el resto de días del año, es necesaria una actitud contraria a cualquier ataque o discriminación. Tenemos que cuidar los unos de los otros”, concluye el comunicado.
En un principio, se aludió a un bar de la zona como posible lugar de los hechos, pero la propia Ertzaintza confirmó que la pelea y los navajazos se produjeron en las inmediaciones, no en el local. En conversación con el dueño del mismo, éste manifestó a este periódico que “si hubiese sido aquí dentro, se habría armado la marimorena”, y que en ningún momento la Ertzaintza se presentó en su establecimiento.
La proliferación de armas blancas en ambientes festivos nocturnos es ya un hecho que las autoridades reconocen y que preocupa mucho, ya que son una mala herramienta para dirimir peleas y encontronazos cuando los ánimos están exaltados. El pasado diciembre, sin ir más lejos, un joven donostiarra mataba a navajazos al hernaniarra Lukas Agirre, de 24 años, a la salida de una discoteca.
La Guardia Municipal de Donostia reconoció que en todo el año había decomisado 330 armas blancas sólo en Donostia. Mejor no pensar cuántas pueden circular en una noche de fiesta si la media es más de seis armas blancas decomisadas cada fin de semana solo en la capital. El propio alcalde Eneko Goia afirmó que había que “reflexionar sobre qué hace una persona saliendo de fiesta con un cuchillo o una navaja”. De hecho, la posesión de este tipo de armas está prohibida y es delito.
No son hechos aislados. Gipuzkoa arrastra en los últimos años un inquietante bagaje de ataques con arma blanca, algunos de ellos mortales. Antes que Lukas Agirre, el 14 de marzo de 2020, Luis García, de 46 años, fue asesinado a puñaladas por otro hombre de 27 años de edad y ya condenado a 20 años de prisión.
Sin navaja, el joven Santi Coca fue víctima de una paliza que al parecer también tuvo como origen un desencuentro a causa de un paquete de tabaco. Los hechos tuvieron lugar el 26 de abril de 2019. El joven fallecido tenía 17 años. Asier Niebla también perdió la vida el 11 de octubre de 2018, dos meses después de ser golpeado por la expareja de la chica con la que conversaba.
Pero además, se han sucedido otros muchos incidentes sin resultado de muerte. El patrón se repite: en septiembre de 2020 en Donostia, el diciembre de 2022 en Urnieta... Esta proliferación de ataques con arma blancas motivó que este mismo año el Gobierno Vasco anunciase un endurecimiento de medidas para combatir este tipo de agresiones. Y en el primer mes, se intervinieron 100 navajas y se detuvo a 22 personas en 485 actuaciones.