La banda juvenil violenta desarticulada por la Policía Municipal de Pamplona, tras la detención y el encarcelamiento de los dos supuestos cabecillas, retuvo a un grupo de menores en el Casco Viejo de Pamplona a punta de navaja y bajo amenazas, algunas de ellas grandilocuentes: “Soy el jefe máximo de los Crips, tengo 25 menores a mi cargo y con chasquear un dedo puedo hacer que os peguen”, proclamó uno de los varones ya encarcelado ante las víctimas de la detención ilegal y robo con intimidación.

Los hechos que se les imputan se iniciaron sobre las 19.00 horas del 12 de febrero de 2023, cuando cuatro varones menores de edad que se encontraban en el Monumento a los Fueros en Pamplona, junto con dos chicas, fueron rodeados por un grupo formado por los dos encarcelados y otros siete menores que les pidieron que les siguieran bajo amenazas. Uno de los cabecillas portaba, colgando de su pantalón, una bandana de color azul con el anagrama representativo de los Crips.

Los detenidos llevaron a los denunciantes a una zona oscura del Portal de Francia mediante empujones y amenazas. En un momento dado del trayecto, la intimidación se fue incrementando, hasta que uno de los encarcelados sacó una navaja al tiempo que les decía que “si se les iba la olla, se la clavaba”, destaca la jueza instructora en el auto de prisión.

"Os pegáis o…"

Estando ya en la zona del Portal de Francia, uno de los integrantes del grupo les dijo a los menores: “Tenéis dos opciones, os pegáis dos contra dos o nos dais todo lo que tenéis; alejaos y os decidís, os damos tiempo”. Los denunciantes entregaron todas sus pertenencias a los miembros del grupo desmantelado y fueron cacheados por uno de los cabecillas.

Posteriormente, tras estar unos 45 minutos en el citado lugar y en contra de su voluntad, reanudaron el trayecto en las mismas condiciones, bajo amenazas y siendo vigilados y custodiados por los miembros de la banda. Momentos después, uno de los miembros del grupo se acercó nuevamente a los menores y les ofreció una nueva alternativa: o acudían a una zona para que les pegaran o les entregaba uno de ellos las cuentas de Instagram y el número de teléfono. Finalmente, los menores lograron escapar y salir corriendo. 

Tras estos hechos, el 15 de abril de 2023, uno de los menores recibió a través de la aplicación de Instagram un audio con diversos insultos u amenazas, y pudo reconocer la voz como la de una de las personas que integraban el grupo que cometió los hechos en febrero.

Hasta 15 años de prisión

Los hechos investigados, sostiene la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona, pueden ser constitutivos de un delito de detención ilegal, castigado con penas de 2 a 4 años de prisión; un delito de robo con intimidación con instrumento peligroso al haberse empleado una navaja, castigado con penas de 3 años y 6 meses a 5 años de prisión; un delito de pertenencia a grupo criminal, castigado con penas de 6 meses a 2 años de prisión; y un delito de descubrimiento y revelación de secretos, castigado con penas de hasta 4 años de prisión. 

La jueza destaca que constan “indicios suficientes de criminalidad frente a ambos detenidos teniendo en cuenta la identificación llevada a cabo por Policía Municipal de Pamplona conforme a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del recorrido, que ha permitido la identificación de ellos y de los menores que les acompañaban”.

Por todo ello, “teniendo en cuenta la gravedad de los hechos descritos, los delitos de que pueden ser constitutivos y las penas que podrían corresponder, resulta indispensable acordar la prisión provisional comunicada y sin fianza de los dos detenidos a fin de evitar que puedan actuar contra bienes jurídicos de las víctimas”.

Por el modus operandi en que se desarrollaron los hechos, “esto es, con una clara intención intimidatoria, los denunciantes se encuentran atemorizados y con miedo de encontrarse nuevamente con estas personas y que lleven a cabo sus amenazas. Asimismo, tienen temor a las represalias que pudieran tener tras la interposición de las denuncias”, destaca la jueza.

Por otro lado, “se pretende evitar el riesgo de reiteración delictiva de los investigados, pues por la forma de actuar de los mismos, parecen actuar en un grupo organizado, teniendo cada uno de ellos una función y estando coordinados para ello”. Asimismo, “las víctimas son menores de edad, con lo que se pone de manifiesto una clara intención de actuar aprovechándose de una situación de superioridad que podría ser empleada con otros menores. No parece que la elección de las personas contra las que han actuado haya sido premeditada y, por ello, estos hechos podrían reiterarse con personas distintas”, concluye.