La agresión que sufrieron dos vigilantes de seguridad este lunes en el trayecto de Renfe de Irun a Tolosa ha sido el último caso de un hecho que se ha multiplicado en los últimos tiempos. Así lo denuncian desde el sindicato UGT, que alertan de la “indefensión” en el que se halla el colectivo ante una situación “complicada” que se repite, principalmente, en varias “zonas conflictivas” del territorio y para la que es necesario reforzar la protección con nuevas medidas.

“Es el mismo problema que se repite. Siempre sale gratis agredir a un vigilante de seguridad”, cuenta a este periódico Isidro Campo, responsable de UGT Seguridad Privada, que alerta de un mayor incremento de las agresiones en los últimos meses. “Está siendo algo más habitual. Tenemos la sensación de que están siendo muchas seguidas. Encima hay varias zonas conflictivas en las que se repiten”, añade sin especificar cuáles son estos lugares problemáticos.

En poco más de un mes, por ejemplo, se han contabilizado hasta tres episodios distintos. A la agresión de esta semana en un tren de Renfe, por la que uno de los agentes tuvo que recibir asistencia médica tras caerse al suelo, hay que sumar la agresión grupal a un vigilante del puerto de Donostia a comienzos de abril y otro ataque contra una guarda en un supermercado de Irun a finales de marzo. “El juez ha absuelto al agresor porque no se podía demostrar que era esa persona. Nos sentimos desprotegidos y muy solos”, revela Campo sobre este último acto.

Ante esta situación, el colectivo se encuentra en un estado de “indefensión” y pide que se refuerce la autoprotección de los agentes con materiales como chalecos protectores. No obstante, la principal reclamación sigue siendo la de que sean considerados como agentes de la autoridad. “Solo ejercemos como tales cuando actuamos acompañados por la policía, pero si te agreden estando solo es como si agrediesen a un ciudadano más”, explica el responsable del sindicato.

"Tenemos la sensación de que están siendo muchas agresiones seguidas. Encima hay varias zonas conflictivas en las que se repiten"

Isidro Campo - Responsable de UGT Seguridad Privada

Por ello, desde UGT se lleva largo tiempo reclamando que la persona de seguridad que esté realizando una intervención sea considerada automáticamente como agente de autoridad. “Hasta que no sea así entran ganas de no hacer nada y mejor llamar a la Ertzaintza”, agrega, al tiempo que revela que varios compañeros han acabado recibiendo una denuncia por realizar su trabajo. “Da miedo intervenir porque se puede volver en tu contra. Por hacerlo, el ciudadano puede decir que tú no tenías ningún derecho a hacerlo y acaba denunciándote a ti”, asegura.

“Situación complicada”

Con todo ello, los agentes de seguridad de Gipuzkoa viven “una situación complicada” que, en ocasiones, se vuelve especialmente delicada al tener que tratar con menores. “Carecemos de las herramientas y la autoridad necesaria”, zanja Campo.

Desde UGT, además, se dirigen a las empresas contratistas, como la operadora Renfe, a la que piden “la urgente necesidad de reforzar los servicios de protección” para garantizar “la integridad física de los vigilantes de seguridad y de los propios usuarios”.