El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha confirmado la condena catorce años y medio de cárcel impuesta por la Audiencia de Gipuzkoa a un vecino de Eibar que agredió sexualmente a sus dos sobrinas cuando tenían entre 3 y 12 años y a las que llegó a amenazar con una escopeta si contaban lo ocurrido.

El pasado febrero la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa condenó a este hombre como autor de un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años, así como por un segundo delito de abuso sexual.

No obstante, le absolvió de otra serie de delitos que consideró prescritos, la mayoría de ellos cometidos contra la mayor de las hermanas, quienes se llevan diez años.

No obstante, el procesado recurrió al TSJPV por la, a su entender, "falta de credibilidad" del testimonio de una de las hermanas sobre el que, en su opinión, se había basado "exclusivamente" la condena sin contar además con "pruebas objetivas" que lo corroborasen.

Existe prueba de cargo

Ahora, en una nueva resolución a la que ha tenido acceso Efe, el Tribunal Superior de Justicia considera por el contrario que con la declaración de esta víctima "existe prueba de cargo" suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del procesado, al tiempo que entiende que "la valoración de la prueba" que hizo la Audiencia es "razonable y razonada".

El TSJPV recalca asimismo que los hechos considerados probados se construyeron "no sólo" desde el testimonio de la víctima citada, sino también del resto de pruebas "practicadas en el plenario" y que corroboraron su declaración, "sin que en ningún momento el acusado haya desvirtuado esta rotunda prueba de lo acontecido durante tantos años" limitándose a negarlo.

La sentencia ahora confirmada explica que los abusos contra las niñas se cometieron en diferentes ocasiones en las que el procesado aprovechaba los momentos en los que se quedaba a solas con ellas o las llevaba a un garaje familiar para practicarles "tocamientos de manera habitual en sus partes íntimas".

No obstante, debido a la diferencia de edad que existe entre ambas hermanas, representadas en este caso por la letrada Cristina Ramos, de la asociación Clara Campoamor, sólo acudieron juntas a dichas visitas durante dos o tres años.

Coincidía asiduamente

El procesado coincidía "asiduamente" con las niñas en casa de los abuelos, donde el hombre residió hasta 2003.

En las citadas ocasiones era "frecuente" que les mostrase pornografía, "bien en la televisión que había en la vivienda o bien mediante la exhibición de material gráfico".

La sentencia relata cómo con la mayor de las niñas utilizó el pretexto de "un juego" para esconder figuritas debajo de la ropa de ambos con el fin de buscarlas luego y practicarle distintos tocamientos.

Cuando la menor se negaba a ir con él o a participar en este tipo de situaciones, el acusado "le decía que le iba a partir la cara y que iba a hacer daño a sus padres, llegando incluso a apuntarle con una escopeta que había en la vivienda", detalla el escrito judicial.

Miedo de gran magnitud

De esta manera, infundió a la menor "un miedo de tal magnitud que facilitaba la ejecución de sus actos al doblegar la limitada oposición de una niña de tan corta edad" a la que, con unos nueve años, le "obligó a ponerse un cinturón de castidad" en la tienda que regentaba, donde contaba también con una sección de artículos eróticos.

La resolución describe unos hechos similares respecto a la segunda hermana, a la que también infligió diversos abusos.

Durante todo el tiempo que la pequeña acudió a la citada vivienda, los tocamientos y agresiones sexuales por parte de su tío fueron "continuos", insiste el documento.

En este contexto, cuando la menor expresaba "su negativa a realizar dichos actos", su familiar le decía que "iba a hacer daño a sus padres y a ella, llegando incluso a decirle que con la escopeta que había colgada en la vivienda familiar podía matarla a ella, a sus padres y a su hermana".

De esta manera -detalla el escrito- consiguió "vencer la posible oposición que mostraba la menor ante el temor que le infundía su tío".