El mal estado de la vía por la presencia de un garrote y un error humano fueron las causas que provocaron, el pasado julio, el descarrilamiento de un topo en la zona de Errondo, en Donostia.

Según un informe al que ha tenido acceso este periódico, el accidente ocurrido el pasado 18 de julio y que se saldó sin heridos de gravedad, se debió, por un lado, al mal estado de la vía por la existencia de un garrote y por otro, un error humano, debido a que el técnico correspondiente no informó al maquinista del tren de la presencia de este elemento en la vía.

El suceso tuvo lugar sobre las 15.00 horas a la altura de la calle Amezketa cuando el topo, que cirulaba entre las estaciones de Amara y Anoeta se salió de la vía. Diversas dotaciones de los servicios de emergencia que desplazaron al lugar, que quedó acordonado, atendiendo a las personas afectadas, aunque no hubo que lamentar heridos de gravedad. Eso sí, seis viajeros tuvieron que ser atendidos en el lugar por equipos sanitarios a causa de dolores cervicales y lumbares.

Otro maquinista había alertado de un garrote en la vía una hora antes, pero no se avisó al tren siniestrado de que debía circular a 20km/ en vez de 80

El garrote ferroviario es una deformación de la vía del tren, que adopta en un punto forma de S debido a la dilatación de las propias vías. Se produce como consecuencia de altas temperaturas, en verano, cuando el calor aprieta. Y es el motivo por el que una unidad de Euskotren descarriló, sin víctimas personales, el pasado 18 de julio a las 15:23 horas en el paseo de Errondo.

El descarrilamiento del tren produjo la suspensión de varios servicios y tuvo a un centenar de personas esperando a su rescate en el interior de los vagones, donde se llegó a alcanzar los 40 grados de temperatura hasta que se procedió a su evacuación. El consejero de Transportes, Iñaki Arriola, ha ofrecido detalles sobre este suceso a una pregunta parlamentaria realizada al representante de EH Bildu Unai Fernández de Betoño en el Parlamento Vasco.

"Un garrote que pega bastante"

El conductor del tren descarrilado no fue avisado por el puesto de mando de que en ese punto había un garrote “que pega bastante”. Este era el aviso que había pasado al puesto de mando el maquinista de otro tren que pasó por el mismo punto una hora y cuarto antes del siniestro, a las 14.08 horas. De forma instantánea, se decidió limitar en ese punto la velocidad a 20 kilómetros por hora, en vez de los 80 a los que está permitido circular.

Los avisos se fueron pasando por telefonema al resto de trenes, pero finalmente otro aviso intercalado hizo que no se adviertiese al maquinista del tren que descarriló. Su sorpresa fue mayúscula, según se desprende del informe elaborado por el comité de seguridad, después de recabar los datos necesarios y entrevistar tanto al maquinista como al responsable del puesto de mando y su supervisor.

La temperatura en ese momento era de 33 grados centígrados, habiendo llegado a 35,7 a las 13.00 horas. El maquinista del tren siniestrado aseguró que llevaba doce días sin circular por ese tramo, y que hacía en ese momento el primer paso de su turno de trabajo por esa zona. Afirma que no le avisaron que había garrote y que cuando lo vio, no tuvo mucho tiempo tiempo para reaccionar, ya que “todo pasó muy rápido”.  

“Había unas 100 personas en la unidad", donde después del accidente no había ni aire acondicionado ni ventilación, lo que hizo que se alcanzasen cerca de 40 grados centígrados en su interior.  

Un centenar de viajeros tuvieron que soportar temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados dentro del tren hasta ser rescatados

Por su parte, el técnico de puesto de mando indicó que estaba dando la precaución por el garrote a todos los trenes, desde que a las 14.15 horas recibió el aviso por parte del primer maquinista, pero justo cuando ocurrió el accidente se encontraba dando una verificación de cruzamiento a otro tren, por lo que no dio la precaución al tren descarrilado. 

Según el informe del comité de seguridad remitido por Iñaki Arriola al parlamentario de EH Bildu, “la causa determinante del incidente fue, por un lado, el mal estado de la vía, por la existencia de un garrote, y por otro, un error humano por parte del técnico de puesto de mando, que no comunica al maquinista del tren 7238 el telefonema de precaución por existencia de garrote en el P.K. 1,100”.

El Gobierno Vasco pone el foco en 18 puntos sensibles para evitar más sustos por los garrotes de vía en verano. 

El consejero de Transportes asegura que en la red viaria de Euskal Trenbide Sareak se han identificado 18 puntos sensibles, siete de ellos en Gipuzkoa, en los cuales coindicen dos circunstacias: riesgo de garrote y velocidad de paso elevada; y ha informado de que se estableció durante todo el verano, de junio a septiembre, una limitación permanente de velocidad de 40km/h, reducible en caso de empeoramiento de las condiciones.

Los puntos sensibles de Gipuzkoa son los siguientes: dos casi seguidos cerca de la estación donostiarra de Anoeta. Uno más en Lasarte, otro entre las estaciones de Añorga y Lugaritz; otros dos entre Gaintxurizketa y Araso; y un último entre Ventas y Belaskoenea, en Irun. El resto, hasta un total de 18, se encuentran en Bizkaia.