El súbdito marroquí para el que la Fiscalía pide 22 años de cárcel acusado de asesinar a cuchilladas a un ciudadano argelino en un parque del barrio donostiarra de Amara el 7 de octubre de 2020 ha asegurado este martes que no recuerda lo ocurrido porque había consumido "muchísimas" drogas y alcohol.

El procesado, que ha declarado en la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en su contra en la Audiencia de Gipuzkoa, ha indicado que aquel día también había tomado distintas pastillas del tratamiento para la enfermedad mental que padece, además de "todo tipo de drogas y sustancias" por lo que "no era consciente" de lo que sucedía.

Según la versión de la Fiscalía, los hechos por los que se enjuicia a este hombre se remontan al 19 de julio de 2020 cuando ambos mantuvieron un "altercado" en la Avenida de Navarra de Donostia, durante el que el fallecido había agredido al acusado en el cuello con una botella.

Transcurrido el tiempo, sobre las 19.30 horas del 7 de octubre, el procesado habría localizado a la víctima en el parque Araba, al que acudió supuestamente con ánimo de "venganza" y tras una persecución de más de 150 metros la habría apuñalado con un cuchillo de 21,3 centímetros de hoja y 4,3 centímetros de grosor.

Agentes de la Policía Municipal de Donostia detuvieron poco después al inculpado, quien en el momento de ser arrestado aún vestía con un pantalón y unas zapatillas "manchadas con la sangre" del fallecido.

Durante la sesión de la vista celebrada hoy, la fiscal ha asegurado a los miembros del jurado que cuenta con las pruebas suficientes para sostener la acusación de asesinato en su contra, al tiempo que les ha advertido de que durante el juicio el procesado "va a mentir" dado que está en su derecho a hacerlo.

La defensa, por su parte, ha contextualizado lo sucedido en la patología mental que padece su cliente desde hace 23 años en los que ha sufrido "estrés, desamparo y miedo", lo que hace que "pierda el contacto con la realidad" con un historial de consumo de drogas e intentos de suicidio, además de tener un expediente médico de "200 hojas".

En su declaración, el inculpado, que actualmente tiene 39 años, ha corroborado lo dicho por su letrado, al tiempo que, entre lágrimas, ha relatado una infancia problemática en la calle poco después de la muerte de su madre, cuando él tenía cuatro años, y con consumo de droga desde los catorce.

El procesado, el único con mascarilla en toda la sala de vistas, ha indicado además que él tenía miedo de la víctima porque en 2019 había sido agredido por ella y casi muere tras permanecer "tres días en coma en el hospital", si bien "en absoluto quería venganza" por lo sucedido.

Ha aclarado en este sentido que cada vez que veía al fallecido por Donostia sentía "pánico", por lo que avisaba a la Policía e incluso es posible que el día de los hechos pudiera llevar un cuchillo, aunque no con intención de vengarse de la víctima, sino de protegerse por el "miedo" que le tenía.

Ha admitido saber que aquel día hubo "un problema" pero ha explicado que fue porque la víctima iba a agredirle a él, aunque no lo recuerda "exactamente" por el consumo de drogas y alcohol.

El encausado, que ha declarado asistido por un traductor a pesar de llevar 23 años en nuestro país, ha recalcado que no recuerda nada más de lo acontecido hasta el momento en que fue conducido a la comisaría de policía y tampoco haber dicho a los agentes que le trasladaron: "Que se joda, así ya no se reirá más de mí".

Los miembros del jurado han seguido con atención la declaración del acusado y al final del interrogatorio le han formulado varias preguntas, una de ellas para saber el motivo por el que, con anterioridad a estos hechos, estuvo en prisión entre los años 2013 y 2016, a lo que el acusado ha respondido que fue por otra agresión con arma blanca y ha admitido que en ocasiones solía llevar consigo una navaja por el "miedo de vivir en la calle".

En otro momento del juicio han declarado varios agentes de la Policía Municipal, uno de los cuales ha comentado que cuando se produjeron los hechos en el parque había muchos testigos, algunos de los cuales llegaron a ver el cuchillo, y también ha explicado que una cámara de un establecimiento captó al acusado consumiendo cerveza en un local de Donostia unas horas antes del crimen.

Otros dos policías ha comentado que al ser detenido cerca del lugar el hombre llevaba un cuchillo ensangrentado y una piedra grande de afilar que dejó en el suelo al ser requerido para ello, tras lo cual "facilitó" su arresto.

Otro agente ha comentado que durante el traslado el acusado dijo espontáneamente: "Que se joda ese hijo de puta, ya no se va a reír más de mí" y "ahora va estar como yo", en alusión al percance previo que había tenido con la víctima en 2019 y en el que él resultó herido. Está previsto que el juicio prosiga mañana con las declaraciones de nuevos testigos.