El sida, una huella silenciosa que deja 125 nuevos contagios al año
Los expertos alertan de que “nos hemos estancado en el número de nuevos diagnósticos al año”
En Euskadi, el VIH sigue dejando cada año una huella silenciosa: 125 nuevos diagnósticos cada año y la mitad de ellos detectados demasiado tarde. Con motivo del Día Mundial del Sida, Osakidetza centra el mensaje en la necesidad de acelerar las pruebas, reforzar la prevención y desmontar el estigma que todavía acompaña a la infección. “Nos hemos estancado en el número de nuevos diagnósticos al año”, advierte Oskar Ayerdi, coordinador del Plan del Sida e ITS de Osakidetza, que analiza la situación actual en la comunidad y los retos que siguen pendientes.
La mayoría de los nuevos casos se concentran en Bizkaia, con más del 60% de los diagnósticos, seguidos de Gipuzkoa con un 21,6% y Araba con el 15,2% y afectan principalmente a hombres de entre 20 y 39 años. En cuanto a la vía de transmisión, continúan predominando los hombres que tienen sexo con hombres, seguidos de la vía heterosexual.
Los diagnósticos tardíos son frecuentes entre quienes están alejados del sistema sanitario o de las pruebas de VIH, como personas llegadas de otros países, mujeres o de mayor edad, grupos que a priori se perciben con menor riesgo de infección. En estos casos, la mayoría se detectan cuando los niveles de CD4 ya superan los 350, lo que confirma la tendencia a la detección tardía en ciertos colectivos.
Importancia de la detección temprana
Este año, el mensaje se centra en una parte en la detección precoz. Ayerdi insiste en que este objetivo no es principal solo en Euskadi sino también a nivel internacional: “A pesar de todos los esfuerzos que se están haciendo, el número de diagnósticos tardíos sigue siendo elevado”. Detectar el VIH a tiempo tiene beneficios individuales y colectivos. Para la persona, permite iniciar tratamiento antirretroviral de forma temprana, reducir complicaciones y mejorar el pronóstico a largo plazo. Para la sociedad, cortar las cadenas de transmisión hacia otros, aporta “un beneficio positivo para un problema de salud pública”, explica Ayerdi. Aunque los casos de Sida han disminuido de manera drástica desde los años más duros de la epidemia, en 2024 se notificaron 22 nuevos casos, manteniéndose por debajo de 30 desde 2019.
Cómo solicitar la prueba del VIH
En Euskadi, se puede solicitar la prueba de VIH en los centros de salud o en consultas específicas de ITS —al menos una de referencia por cada territorio–-, que ofrecen teléfono de acceso directo. Además, existe un programa de pruebas rápidas en farmacias, que ofrece una alternativa anónima fuera del sistema sanitario. En los casos positivos, se deriva al hospital correspondiente. “Más o menos vienen haciendo unas mil pruebas rápidas del VIH al año con un diagnóstico que está en torno al 1% más o menos”, detalla Ayerdi.
Para reducir esos diagnósticos tardíos, es clave difundir información y concienciar tanto a la sociedad como a los profesionales sanitarios. Recuerda que “se siguen produciendo muchas transmisiones del VIH y que seguimos diagnosticando un elevado número de ellas”, por lo que considera imprescindible reforzar la cultura de la prevención. Esa concienciación, añade, debe traducirse en acciones concretas, como informar y conocer las indicaciones de las pruebas, frecuencias o periodos ventana.
Osakidetza también estudia nuevas estrategias para facilitar el acceso al diagnóstico, como sistemas de alerta digital, “para recomendar la prueba del VIH ante algunos casos concretos”, explica Ayerdi. Esta herramienta que permitiría identificar posibles riesgos y promover un cribado más ágil y sistemático.
En 2024 se realizaron 1.009 pruebas de VIH, una cifra estable en los últimos años pero inferior al pico de 2019, alcanzando hasta 2.040 test. La distribución de las pruebas coincide, en buena medida, con el perfil de los nuevos diagnósticos: más test en Bizkaia y entre personas jóvenes-adultas, los mismos grupos donde se concentra la mayoría de casos.
Indetectable = intransmisible
Los avances en tratamientos han transformado la vida de las personas con VIH. Ayerdi explica que, con el tratamiento antirretroviral, la replicación del virus se detiene, logrando la indetectabilidad de la carga viral, lo que significa que estas personas no pueden transmitir la infección a otras. “Es un mensaje muy poderoso”, subraya Ayerdi, ya que se asegura a través de mucha evidencia científica esa incapacidad de transmisión de la infección. Un ejemplo ilustrativo son las parejas serodiscordantes: pueden mantener relaciones sexuales sin riesgo de transmisión cuando la persona con VIH está correctamente tratada.
Ayerdi insiste en que este mensaje “no solo para las personas que viven con VIH, sino también para toda la sociedad”, porque contribuye a desmontar el miedo y “evitar situaciones de discriminación por el miedo a la transmisión”. Recuerda que los tratamientos han cambiado de forma radical en las últimas décadas: “Se empezaron con tratamientos que eran muchos comprimidos al día, con muchísimos efectos secundarios”.
Hoy, en cambio, existen tratamientos mucho más eficaces y cómodos, capaces de controlar el virus con rapidez y alcanzar la indetectabilidad en menos tiempo, con pocos efectos adversos. Solo en 2024, más de 6.562 pacientes estuvieron en tratamiento antirretroviral en Osakidetza, una cifra que continúa aumentando en los últimos años. Sin embargo, recuerda que aún hay retos, no sólo clínicos, sino también sociales que afectan a la calidad de vida de estas personas, como el envejecimiento, el estigma y la discriminación añadida que tiene esta infección y afectando a su salud o la soledad que esto puede conllevar.
El estigma no desaparece
El estigma sigue siendo un desafío importante. Ayerdi señala que, aunque se han logrado avances, todavía sigue habiendo discriminación y miedo entorno a esta infección. Por eso, insiste en que es fundamental la información disponible y reforzar la educación en salud sexual, además de “actualizar las formas de trabajar o las formas de conducta” para garantizar una atención más libre de prejuicios y acorde a la evidencia científica actual.
Un ejemplo reciente de avance en la lucha contra el estigma es la derogación de la orden de 1987 que impedía a las personas con VIH donar órganos. Las personas en tratamiento y con carga viral indetectable podrán donar a otras personas con VIH. Un cambio que supone un paso importante y que también contribuirá a aliviar las listas de espera, menciona Ayerdi.
Las personas con VIH podrán donar órganos entre ellas
Mensajes claros y sencillos
Ayerdi subraya la importancia de transmitir “mensajes claros y sencillos” que aborden el diagnóstico, la prevención, el tratamiento, la calidad de vida y el impacto del estigma. Considera fundamental que esta información llegue a toda la sociedad y que se entienda como una responsabilidad compartida entre instituciones, ciudadanía y profesionales. “Como un problema de salud pública que es y que nos afecta a todos”, recuerda.
Para normalizar la conversación sobre el VIH, Osakidetza ofrece atención en un ambiente seguro y libre de juicio, donde las personas pueden aclarar sus dudas sobre salud sexual y VIH. “Un ambiente que busca que las personas se sientan libres para poder comentar en qué situación se encuentran o cómo les podemos ayudar”, recalca Ayerdi.
Prevención y futuro
De cara al futuro, el Plan del Sida e ITS en Euskadi tiene varias prioridades: facilitar pruebas en distintos espacios según las necesidades de cada persona, como potenciar las medidas de prevención y la educación en salud sexual. Además, Ayerdi recuerda que controlar la transmisión requiere diagnosticar a quienes aún no saben que tienen VIH y ofrecerles tratamiento y acompañamiento. Así como informar a quienes están en riesgo y promover estrategias de prevención: no sólo mencionando el preservativo sino también incluyendo la PrEP (profilaxis preexposición), que ya cuenta con más de 1.400 participantes en Euskadi. La cifra total de personas en PrEP ha crecido de 434 en 2021 a 1.327 en 2024, reflejando un incremento sostenido. No obstante, Ayerdi recalca la importancia de la responsabilidad social, para conseguir esa mejor calidad de vida posible.
Expectativas reales para el control
Lo primero sería “diagnosticar a todas aquellas personas que tienen VIH en nuestra sociedad y que aún no lo saben, porque se siguen produciendo esas transmisiones”, explica Ayerdi. Incidiendo en que al no dar ninguna sintomatología, es más difícil detectarla a uno mismo. Por lo que anima a aquellos que creen que pueden tenerla se hagan la prueba, sobre todo si se han tenido relaciones sexuales que se consideran de riesgo, lo que ayudaría a poder realizar el tratamiento o informarse sobre la prevención también.
Ayerdi resume el mensaje esencial de este día: el VIH sigue produciendo nuevas transmisiones y cada año se diagnostican nuevos casos, pero existen herramientas muy eficaces para prevenirlo. Por eso insiste en la importancia de que la población pierda el miedo y conocer su diagnóstico cuanto antes, incidiendo en la eficacia y posterior buena calidad de vida. Además de incidir en que una carga viral indetectable no transmite la infección. Para avanzar, es imprescindible trabajar en equipo, dentro y fuera de Osakidetza, reforzar la educación, combatir el estigma y colaborar entre instituciones para construir una sociedad informada y libre de discriminación, concluye Ayerdi.
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