Su ubicación estratégica, el trato humano y cercano y unas instalaciones propicias para el recogimiento han hecho que el tanatorio-crematorio Rekalde sea mucho más que un lugar de despedida. Andoni Pérez, gerente del centro, repasa las claves que han convertido a Rekalde en sinónimo de acompañamiento, respeto y profesionalidad en los momentos más delicados.

El tanatorio-crematorio Rekalde es un lugar emblemático para aquellos que han tenido que despedir a un ser querido en Donostia. ¿Qué cree que lo convierte en un referente para las familias guipuzcoanas?

En primer lugar, su ubicación, ya que está estratégicamente situado en Donostia, lo que facilita el acceso a personas de toda la provincia. Pero, sobre todo, el trato humano y cercano que ofrecemos. En momentos tan delicados como la pérdida de un ser querido es fundamental sentirse acompañado y apoyado, y el equipo del tanatorio siempre ha demostrado una gran sensibilidad y profesionalidad en ese sentido. Además, las instalaciones del tanatorio están pensadas para crear un entorno tranquilo, digno y respetuoso, lo que contribuye a que las familias puedan vivir el duelo de una forma más serena. Todo esto ha hecho que, Rekalde no sea solo un lugar de despedida, sino también un espacio de recogimiento y homenaje, profundamente arraigado en la memoria colectiva de Gipuzkoa.

“Rekalde ha marcado un antes y un después en los servicios funerarios de Donostia, al convertirse en el primer tanatorio de la ciudad”

¿Qué aspectos cree que hacen que las familias confíen en Rekalde en un momento tan sensible?

Principalmente, se debe a que encuentran en el tanatorio de Rekalde un trato profundamente humano, junto con un servicio altamente profesional. En situaciones de duelo, las personas necesitan sentirse escuchadas, comprendidas y acompañadas, y Rekalde ofrece precisamente eso: cercanía, respeto y sensibilidad. La experiencia y la seriedad con la que gestionamos todos los detalles —desde el acompañamiento a las familias hasta la gestión de los trámites administrativos— son esenciales para transmitir seguridad y tranquilidad a las familias. Por ello, la atención personalizada, la empatía y el compromiso con cada familia hacen que se sientan en buenas manos, y eso marca una gran diferencia en momentos tan difíciles.

¿Qué servicios personalizados ofrecen?

Desde Rekalde tratamos de adaptarnos a las necesidades de cada una de las familias. Entre nuestros servicios contamos además con propuestas innovadoras como “La ventana del recuerdo”, una experiencia audiovisual inmersiva que, a través de imágenes, sonido e iluminación, ofrece la máxima personalización en la despedida. A ello se suman la música y las lecturas en directo, la incorporación de objetos simbólicos, rituales especiales, fotografías o símbolos culturales como el lauburu o el eguzkilore, que ayudan a crear momentos de gran significado y autenticidad. Cada detalle está pensado para aliviar, en la medida de lo posible, la carga emocional de las familias y proporcionarles un espacio de consuelo, cercanía y acompañamiento. Por eso, a lo largo de los años, tantas personas han confiado en nosotros: porque en Rekalde no solo se despide a un ser querido, sino que tratamos de rendir homenaje con sensibilidad y respeto.

“Una de las novedades ha sido la incorporación del servicio de gestoría post fallecimiento para ayudar a las familias con los trámites”

¿Cómo ha evolucionado el servicio funerario en Gipuzkoa?

Ha experimentado una evolución notable en los últimos años, tanto a nivel logístico como cultural. Tradicionalmente, la mayoría de las familias optaban por la inhumación y funerales de cuerpo presente, siguiendo ritos religiosos más convencionales. Sin embargo, hoy en día observamos una tendencia al cambio en las preferencias y, en este sentido, son más frecuentes las incineraciones o las ceremonias personalizadas que se realizan en espacios más íntimos o personales. En el ámbito de las despedidas, han surgido nuevos formatos como las ceremonias personalizadas, que permiten rendir homenaje de forma más cercana y emotiva. Muchas de ellas se celebran en el propio tanatorio, lo que ofrece a las familias mayor comodidad y flexibilidad. En los elementos simbólicos, destaca la preferencia por centros de flores sobre coronas tradicionales, lo que indica un cambio estético y cultural. Por otro lado, también han evolucionado los vehículos, materiales y sistemas de gestión utilizados en los servicios funerarios, buscando siempre una mayor eficiencia, sostenibilidad y respeto por las decisiones de cada familia. En resumen, el servicio funerario en Gipuzkoa ha pasado de un modelo más tradicional y uniforme a uno mucho más personalizado, profesional, flexible y adaptado a la diversidad de valores y creencias actuales.

Pérez subraya que en Mémora apuestan firmemente por la personalización de las despedidas. Ruben Plaza

Desde su apertura, ¿cuáles han sido los hitos o momentos más significativos?

Desde su inauguración en el año 2000, el tanatorio-crematorio de Rekalde ha marcado un antes y un después en los servicios funerarios de Donostia, al convertirse en el primer tanatorio de la ciudad. Esto supuso una mejora significativa en la atención a las familias, ofreciendo un espacio adecuado, digno y cercano para despedir a sus seres queridos. En 2004, instalamos el horno crematorio, lo que nos permitió ofrecer un servicio completo sin que las familias tuvieran que trasladarse a otras localidades para la cremación. Desde entonces, hemos seguido trabajando para mejorar nuestras instalaciones y servicios, adaptándonos a las necesidades de las familias y a los cambios en la sociedad y manteniendo siempre nuestros pilares fundamentales de cercanía, respeto y profesionalidad.

“Escuchamos, apoyamos, orientamos y cuidamos a las familias en cada detalle, con la empatía y el respeto que requiere la situación”

¿Qué innovaciones o mejoras se han incorporado en los últimos años en el tanatorio?

En los últimos años, en el tanatorio de Rekalde hemos seguido avanzando para responder a las nuevas necesidades de las familias y ofrecer un acompañamiento cada vez más completo. Una de las mejoras más relevantes ha sido la incorporación del servicio de gestoría post fallecimiento, pensado para ayudar a las familias en la gestión de todos los trámites legales y administrativos relacionados con el fallecido, facilitándoles un proceso que suele resultar complejo en momentos tan delicados. Asimismo, hemos incorporado una iniciativa con un fuerte valor simbólico y emocional: la plantación de un árbol en recuerdo del ser querido. Este gesto, además de convertirse en un homenaje perdurable, refuerza nuestro compromiso con la sostenibilidad uniendo el recuerdo con la vida y con el cuidado del entorno.

Más allá del servicio funerario, ¿qué papel juega Rekalde en el acompañamiento emocional a las familias?

En Rekalde entendemos que nuestro trabajo no termina con el servicio funerario. Acompañar es estar presentes en uno de los momentos más delicados de la vida, y por eso nuestra labor va mucho más allá. Escuchamos, apoyamos, orientamos y cuidamos a las familias en cada detalle, con la empatía y el respeto que requiere la situación. Después de más de 30 años en este sector, lo más valioso que nos llevamos son los abrazos sinceros, las palabras de agradecimiento y los saludos que recibimos incluso fuera del tanatorio. Eso es lo que nos confirma que estamos haciendo las cosas bien, situándonos junto a las familias cuando más lo necesitaban. De hecho, a nivel estatal, realizamos más de 62.000 servicios funerarios al año con un índice de satisfacción (NPS) del 80,92%, por encima de la media del sector (77,84% en 2024). Este dato avala el trabajo bien hecho, es decir, nuestro compromiso con la mejora continua, la excelencia y la escucha activa de quienes confían en nosotros. Además, cada seis meses organizamos un memorial en honor a las personas fallecidas durante ese período. Este acto se celebra en el Palacio Miramar de Donostia y está pensado como un espacio de encuentro y recuerdo, abierto a todas las familias que han confiado en nosotros. Las dos ediciones previas han contado con una excelente acogida por parte de las familias, quienes aprecian este acto de acompañamiento. La siguiente edición está programada para celebrarse en el próximo otoño.

¿Cómo se adapta el tanatorio a las diferentes tradiciones y creencias presentes en Donostia?

En una ciudad tan diversa como Donostia, es fundamental ofrecer un servicio que se adapte a todas las tradiciones, creencias y formas de despedida. En Rekalde contamos con una amplia experiencia en la organización de ceremonias religiosas de diferentes confesiones, así como en ceremonias civiles completamente personalizadas. Nos adaptamos a los ritos, tiempos y sensibilidades de cada familia, cuidando tanto los elementos más simbólicos como las decisiones prácticas, para que cada despedida sea única y refleje fielmente los valores y deseos de la persona fallecida y de sus seres queridos.

“Después de más de 30 años en este sector, lo más valioso que nos llevamos son los abrazos sinceros, las palabras de agradecimiento y los saludos que recibimos incluso fuera del tanatorio”

Mirando al futuro, ¿qué objetivos o retos se marcan para que Rekalde siga siendo un referente en Gipuzkoa?

Nuestro mayor reto es seguir evolucionando sin perder la cercanía y el trato humano que nos caracteriza. Queremos seguir siendo un referente en Guipúzcoa apostando por la innovación, la sostenibilidad y la personalización del servicio. En este sentido, para nosotros es muy importante seguir invirtiendo en formación, tecnología y en ofrecer nuevas formas de acompañamiento emocional, sin olvidar nuestro compromiso con el medio ambiente y la comunidad. En definitiva, nuestro objetivo es situarnos junto a las familias, como lo hemos hecho hasta ahora, desde el respeto, la sensibilidad y con una firme vocación de servicio.

¿Podría compartir alguna experiencia o historia que refleje cómo el equipo de Rekalde ha marcado la diferencia para una familia en un momento difícil?

Más que una sola historia, podría hablar de infinidad de familias. Cada una vive su duelo de una forma distinta y, para nosotros, cada caso es una experiencia única. En el equipo de Rekalde siempre hemos estado —y seguimos estando— para acompañar a las familias en todo lo que necesiten, especialmente en los momentos más difíciles. Si tuviera que señalar una etapa que refleje cómo marcamos la diferencia, sería durante la pandemia del covid. Fue, sin duda, el momento más duro que he vivido en este oficio. Desde el primer día, todo el equipo se volcó con las familias sin dudarlo. Estábamos allí, a pesar de la incertidumbre de esa época, porque sabíamos que las familias nos necesitaban más que nunca. Ese compromiso, esa entrega y esa humanidad son los pilares que definen al equipo de Rekalde. Y, en mi opinión, eso es lo que realmente marca la diferencia.