El reto de emanciparse antes de los 28 años en Euskadi
Los vascos de entre 18 a 34 años tienen que destinar de media el 64% de su salario para el pago de una hipoteca en solitario
Las nuevas ayudas del Gobierno Vasco para facilitar el acceso de las personas jóvenes a su primera vivienda buscan anticipar la emancipación en Euskadi. En el conjunto de la CAV había, a 1 de enero de 2024, 518.429 personas de 18 a 40 años (nacidas entre 1983 y 2005). 171.599 en Gipuzkoa. Algo más de la mitad, el 53,9%, está sin emancipar. No es que todas lo deseen, pero lo cierto es que en 2023 casi 90.000 de esas personas manifestaban la necesidad de tener su primera vivienda. En concreto, 46.527 en Bizkaia, 31.965 en Gipuzkoa y 11.138 en Araba.
Es un objetivo estratégico de país. La edad media de emancipación en la CAV se sitúa en 29,7 años (29,1 las mujeres y 30,4 los hombres), tres años más tardía que la media la UE (dato de 2023), si bien hay mucha diferencia entre unos países y otros. En los países nórdicos (Finlandia, Suecia y Dinamarca), con más ayudas y unos valores culturales muy diferentes, la juventud se emancipa, de media, antes de los 22 años; mientras que en los países del sur de Europa, en cambio, la edad media de emancipación ronda los 30 años.
La edad media de emancipación roza los 30 años en Euskadi, seis años y medio más tarde de lo deseado
En todo caso, son los propios jóvenes vascos los que aseguran en las encuestas que les gustaría emanciparse seis años antes de lo que lo hacen, a los 23,4 años. Y el objetivo declarado del Gobierno Vasco con sus políticas es bajar la media a los 28 años en 2030.
Es cierto que las diferencias por edad son sustanciales; entre los 18 y los 24 años la gran mayoría de la juventud no está emancipada (92,3%); entre los 25 y los 34 años suponen la mitad (49,8 %) y ya entre los 35 y los 39 años son minoría las personas sin emancipar (14,7 %).
Según explica el propio Gobierno Vasco en su memoria de justificación del programa de avales, “esta emancipación tardía tiene consecuencias”. no solo en el “retraso y trastorno en el desarrollo de sus proyectos de vida y familia”, sino que también “provoca desequilibrios intergeneracionales y contribuye de modo decisivo al envejecimiento de la sociedad”, lo que a su vez genera “problemas de reemplazo en el mercado laboral en el sostenimiento de los sistemas de protección social”.
Ahorrando en casa de los padres
Los números no engañan. Con cifras de 2023 y teniendo en cuenta el salario neto mensual de la población vasca de 18 a 34 años (1.445 euros limpios para las mujeres y 1.620 para los hombres), una persona joven debería destinar el 64% (61% ellos y 69% ellas) de su salario para pagar la primera cuota de un préstamos hipotecario para adquirir una vivienda en solitario.
Un tercio de los guipuzcoanos vive en municipios en los que la vivienda supera los 475.000 euros
Dicho de otro modo, con su sueldo, solo podrían financiar la compra de una vivienda de 110.127 euros si tuvieran que cumplir con la recomendación de no dedicar a este fin más del 30% de sus ganancias. El 80% solicitando una hipoteca y el 20% restante, 22.025 euros, con ahorros o avales.
Según los cálculos el Gobierno Vasco, para ahorrar esos 22.025 euros que no quedan cubiertos por el préstamo hipotecario, necesitarían ahorrar 470 euros al mes de media durante cuatro años, “lo que sólo es posible viviendo si son progenitores quienes abonan los gastos de la vivienda”.
El programa de avales impulsado por Lakua pretende solventar este escollo y ayudar, en la medida de lo posible, a la emancipación de la población joven.
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