Igor Amado (Supertrack Motos): “Las zonas de bajas emisiones están fomentando mucho el uso de la moto”
Igor Amado, gerente de Supertrack Motos, lleva más de tres décadas ligado al mundo de las dos ruedas. Campeón de la zona Norte de 600 en 2011, compaginó durante años su negocio con la competición. Hoy, además de dirigir Supertrack Motos, concesionario y taller oficial de SYM y Macbor en Donostia, dedica parte de su tiempo a apoyar a jóvenes promesas como al piloto andoaindarra Beñat Fernández.
Igor Amado, gerente de Supertrack Motos, concesionario ubicado en la plaza de Los Marinos de Amara, repasa en esta entrevista los más de 30 años de trayectoria de un negocio dedicado a la venta y reparación de los vehículos de dos ruedas que, ante todo, ha sabido ser resiliente y adaptarse a las nuevas necesidades.
¿Cómo nació Supertrack Motos?
En julio de 1991, junto a un socio, aunque al poco tiempo me quedé solo. Siempre me ha fascinado la moto, no sabría explicar por qué. Hace poco, ordenando en casa de mis padres, encontré un álbum de cromos del campeonato del mundo que había hecho con siete años. No era consciente de que mi pasión había empezado tan pronto.
Ha estado más de 30 años compitiendo. ¿Qué le aportó la velocidad?
Muchísimo. Empecé con 16 años y me retiré hace solo seis. Conocí a gente increíble y establecí muchos contactos. El mejor año fue 2011, cuando fui campeón de la zona Norte de 600. La competición te enseña disciplina y esfuerzo, aunque compaginarla con el negocio era duro: trabajas toda la semana y el fin de semana compites. Acabas agotado.
Ahora apoya a un piloto joven de Andoain.
Sí, Beñat Fernández. El lunes pasado lo recogí en el aeropuerto de Loiu. Siempre que puedo le echo una mano porque es un máquina. Está compitiendo a nivel mundial y tiene mucho futuro.
Comenta que en el taller cuesta encontrar personal. ¿Qué ocurre?
Falta motivación y esfuerzo. Cada año recibimos alumnos en prácticas, y antes de preguntar su nombre les digo: “¿Te gustan las motos?”. Es fundamental. Falta esa cultura del esfuerzo. Antes, si querías un vinilo de Michael Jackson, éramos capaces de irnos hasta Madrid a buscarlo; ahora todo está a golpe de clic. Este oficio exige paciencia y ganas de aprender.
¿Cómo han cambiado las formas de vender y atender al cliente?
Muchísimo. Ahora trabajamos mucho por WhatsApp. Nos contactan ingleses, alemanes o italianos que están de paso y necesitan reparar un pinchazo o una cadena rota. Incluso vendemos motos nuevas sin ver la cara al cliente y las entregamos matriculadas en 24 horas. También vendemos segunda mano, aunque en Donostia hay poca rotación en la gama de 125 cc, que es la más demandada.
Son concesionario de SYM y Macbor. ¿Qué destacaría de estas marcas?
Tanto SYM como Macbor son taiwanesas, ofrecen una fiabilidad increíble y cinco años de garantía; llevamos más de veinte años con ellos. Por otra parte, las de SYM tienen un diseño muy atractivo y son muy fáciles de llevar, ideales para quienes empiezan.
El taller está ubicado en Amara. Hoy en día, no se ven muchos talleres en la ciudad…
Sí, estamos en la plaza de los Marinos, que es como un pequeño polígono industrial: carpinteros, albañiles, talleres… Es una ubicación perfecta para atender y facilitar las cosas al cliente.
¿Qué balance hace de estos años y cómo ve el futuro?
Muy positivo. Siempre hemos procurado ser resilientes, adaptándonos a los cambios. Ahora, por ejemplo, las ZBE están fomentando mucho el uso de la moto. Lo que me preocupa es el relevo generacional: necesitamos motivar a la juventud para que coja el testigo y las nuevas generaciones sigan apostando por las dos ruedas.
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