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"La hostelería es el verdadero corazón de la vida social de Donostia"

Hablamos con tres profesionales que nos relatan sus experiencias detrás de la barra

"La hostelería es el verdadero corazón de la vida social de Donostia"Pedro Martinez

En Gipuzkoa, hablar de hostelería es hablar de identidad, de cultura y de la forma en la que vivimos y compartimos. Sus más de 4.000 bares, restaurantes y hoteles no solo son motores económicos, con más de 26.000 empleos directos, también son los espacios donde se tejen relaciones, donde vecinos y visitantes hayan un punto de encuentro y donde se proyecta al mundo la hospitalidad que caracteriza a nuestro territorio.

Marta Vega, camarera de Baluarte

“Sin la hostelería, nuestras calles serían menos humanas”

Creció entre barras y mesas. Desde niña acompañaba a su padre en el bar, y a los dieciocho años ya estrenaba atendiendo a los clientes por sí misma. Ahora, con 22 años, trabaja como camarera en el Baluarte.

Marta trabaja como camarera en el Baluarte, en la plaza Zuloaga de Donostia.

“Al principio lo veía como un trabajo de verano, pero se ha convertido en una escuela de vida. Cada día descubro algo nuevo que me obliga a crecer”, explica.

Para ella, la hostelería es el verdadero corazón social de Gipuzkoa: “Los bares y restaurantes son puntos de encuentro donde se cruzan generaciones. Aquí los vecinos se saludan, los desconocidos conversan con facilidad, y alguien puede tener aquí la primera charla del día. Sin la hostelería, nuestras calles serían más frías, menos humanas”.

Consulta aquí el listado completo de los bares y restaurantes de Donostia

Le enorgullece formar parte de esa comunidad y aportar su granito de arena con amabilidad e igualdad en cada servicio. Porque detrás de la barra o en la cocina no hay robots, sino personas que ponen esfuerzo y humanidad en lo que hacen.

Quien piense en dedicarse a la hostelería, asegura, “debe estar preparado para retos duros y también para experiencias preciosas. Ambas enseñan, y ambas construyen”. Por eso, si tuviera que resumir lo que significa para ella este sector en una sola palabra, concluye: “aprendizaje”.

Celeste Ullua, encargada de Terracity

“Me enamoró esa adrenalina que sólo se vive detrás de la barra”

Procedente de Argentina, llegó a Donostia hace ocho años. Entró en hostelería buscando un empleo y encontró una vocación. Hoy es encargada en Terracity, un bar-restaurante situado en el centro comercial Garbera. “Me enamoré del contacto humano y de esa adrenalina que solo se vive detrás de la barra. No hay piloto automático: cada cliente es distinto y cada servicio es un reto”, explica.

Celeste, quien ejerce como encargada en Terracity, en Garbera, ha encontrado en la hostelería una vocación.

Desde su visión como encargada, tiene claro que la hostelería es mucho más que un motor económico. Genera empleo, impulsa el turismo y conecta con proveedores y productores locales, pero también sostiene la identidad social de nuestras calles. Es un punto de encuentro y convivencia, donde se celebran momentos, se comparten conversaciones y se crean recuerdos. “Un buen servicio no solo genera ingresos —explica—, también relaciones y experiencias”.

Lo que más le gustaría es que se reconociera el esfuerzo invisible que hay detrás de cada servicio: las horas de preparación, la presión de cada turno, la energía para dar lo mejor en cada detalle. Insiste en que no se trata de un “trabajo temporal, sino de una profesión de vocación, que requiere resistencia, empatía y un compromiso enorme con los demás”.

Consciente del impacto que tiene su labor, defiende que “la hostelería contribuye directamente al bienestar de la comunidad, al fomento de la economía y a la cohesión social”. Y lo que más le enorgullece es ver cómo su trabajo puede “alegrar el día de alguien”. Si tuviera que resumir lo que significa para ella pertenecer a este gremio, no duda: “Pasión”.

Alfonso González, camarero de Bar Martínez

“Es un oficio con futuro, lleno de oportunidades”

Hace 35 años comenzó a trabajar en hostelería. Buscaba independencia económica y un vecino le habló de una oportunidad en el bar Tendido 5, en Gros.

Alfonso lleva 35 años en hostelería.

“Los primeros días fueron duros —recuerda—, pero poco a poco fui aprendiendo hasta descubrir que esto no era solo un trabajo, sino un oficio del que hoy me siento orgulloso”.

En todo este tiempo ha vivido momentos buenos y otros más difíciles, pero siempre con la satisfacción de pertenecer a un gremio que considera esencial. “Damos vida a los barrios, y me gustaría que la ciudadanía en general valorara más el esfuerzo de quienes trabajamos en hostelería. Nuestro trabajo forma parte del día a día de la gente”, señala.

Aunque reconoce que es una profesión exigente, anima a quienes se planteen dedicarse a ella a “tomárselo en serio: es un oficio con futuro, lleno de aprendizajes y oportunidades”.

Lo que más le enorgullece es “sentir que muchas personas les valoran y que, de alguna manera, forman parte de sus vidas. Si tuviera que resumir lo que significa la hostelería en una sola palabra, no duda: “orgullo”.