La formación profesional se consolida como una opción cada vez más atractiva para el alumnado en Euskadi. Su elevada inserción laboral, su capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos y sociales, y su conexión directa con el tejido productivo hacen de ella una vía formativa de presente y de futuro.
Con una red de 184 centros, de los cuales 70 son Centros Integrados de Formación Profesional, la FP vasca es un motor clave para el desarrollo económico y social. Su oferta educativa no solo se enfoca en la enseñanza técnica, sino que también impulsa la innovación, la investigación pedagógica y la internacionalización. El Departamento de Educación del Gobierno Vasco apuesta por una formación profesional que se enfrenta a nuevos retos, que sea flexible y polivalente. orientada a las demandas de la sociedad y del tejido productivo.
El Departamento de Educación del Gobierno Vasco apuesta por una formación profesional que se enfrenta a nuevos retos, que sea flexible y polivalente
Estrecha colaboración con las empresas
Desde los centros se colabora activamente con empresas para mejorar productos y procesos, desarrollan metodologías activas de aprendizaje y promueven el intercambio internacional de alumnado y profesorado. Esta apuesta por la colaboración permite desarrollar proyectos conjuntos en ámbitos tecnológicos, metodológicos y de gestión, atrayendo talento y proyectando la FP de Euskadi a nivel global.
Con el objetivo de responder a los retos de los sectores estratégicos —como la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la computación cuántica, la industria 4.0, las terapias génicas o la bioimpresión, el Departamento de Educación incorpora tecnologías avanzadas a la FP para adaptarse con agilidad a las necesidades cambiantes del entorno. Esto exige una estrecha relación entre el sistema educativo y el productivo, asegurando que ambos avancen en sintonía para preparar a profesionales que lideren el futuro.
Gracias a su alto nivel de empleabilidad, su respuesta ágil ante los cambios tecnológicos y sociales, y su estrecha vinculación con el entorno productivo, se consolida como una opción formativa clave
160 ciclos profesionales
Todo esto contribuye a que la FP se consolide cada vez más como la opción formativa preferida por las personas que buscan una vía directa hacia el empleo o desean emprender su propio negocio. De hecho, el fomento del emprendimiento es otra de las funciones principales que se desarrollan activamente en los centros de FP. Actualmente se ofertan 160 ciclos formativos y 23 Cursos de Especialización en 23 familias profesionales y en los diez últimos años, desde el curso 2015-2016 hasta la actualidad, la matrícula ha aumentado un 33%, llegando a superar este año las 50.000 inscripciones, lo cual demuestra que la sociedad valora y reconoce cada vez más las ventajas de este nivel educativo.
Actualmente se ofertan 160 ciclos formativos y 23 Cursos de Especialización en 23 familias profesionales
Alto nivel de empleabilidad
Otro de los factores clave en este crecimiento, son las altas tasas de empleabilidad que presentan muchas de las familias profesionales. Destacan las familias de Energía y Agua e Instalación y Mantenimiento, que cuentan con una empleabilidad de casi el 100%, con un 98,08% y un 95,01%, respectivamente. Les siguen Actividades Físicas y Deportivas (92,42%), Fabricación Mecánica (91,89%), Informática y Comunicaciones, (90,86%), Agraria (90,86%) y Seguridad y Medio Ambiente (90,15%). Lo cierto es que, las 23 familias profesionales cuentan con una empleabilidad media del 89,60%.
Una educación de calidad que responde a los desafíos
El sistema de Formación Profesional tiene como uno de sus principales objetivos garantizar el acceso a una educación de calidad para todas las personas. En este sentido, se busca también dar respuesta a las necesidades de aquellos colectivos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles la posibilidad de diseñar y desarrollar su propio proyecto vital y profesional a través de itinerarios formativos flexibles.
Conscientes de la diversidad del alumnado y de los retos que muchas personas enfrentan para acceder al sistema educativo o permanecer en él, en los últimos años se han implementado diferentes modalidades de Formación Profesional Inicial orientadas específicamente a colectivos como el alumnado con Necesidades Educativas Especiales y la población migrante. Estas iniciativas tienen como finalidad facilitar una formación que no solo sea inclusiva y adaptada, sino que además aumente las oportunidades de inserción laboral de estas personas, permitiéndoles acceder al mercado de trabajo con mayores garantías de éxito, contribuyendo así a la cohesión social.
Las familias de Energía y Agua e Instalación y Mantenimiento cuentan con una empleabilidad de casi el 100%,
Los datos demuestran que la Formación Profesional de Euskadi es una opción formativa de éxito y en crecimiento que atrae a las personas jóvenes y aquellas que buscan mejorar su situación laboral. La Formación Profesional de Euskadi pretende, en definitiva, acompañar a las personas en su proceso de aprendizaje y formación, para que puedan desarrollar sus proyectos vitales, al tiempo que responde a las necesidades del tejido productivo para construir una Euskadi más próspera, cohesionada, sostenible competitiva e innovadora.