Desde las 12.35 horas de este pasado lunes, los teléfonos de las empresas de ascensores de Gipuzkoa no han dejado de sonar. En primer lugar, para socorrer a todas las personas que quedaron atrapadas tras el apagón eléctrico y, desde entonces, para reparar las averías registradas a raíz del corte.

“Hubo llamadas el lunes y las sigue habiendo todavía. Tenemos el teléfono saturado para que vayamos a comprobar los ascensores”, asegura Ana Beltran, de Ascensores Beltran, en una pequeña pausa de una jornada “de locura”. “Lo que ha pasado es algo excepcional. Es habitual que haya cortes de luz por zonas y que tengamos que centrar todos nuestros esfuerzos allí de manera momentánea, pero nunca había pasado algo así que afectara a todo el territorio”, explica sin todavía tiempo para contabilizar el número de intervenciones realizadas en las últimas 24 horas.

En Ascensores Muguerza, en 60 minutos tuvieron que realizar hasta 49 rescates, cuando lo normal es que haya uno al día. “Ha sido una situación especial, pero pudimos resolverla rápido. En menos de una hora ya habíamos realizado todos los rescates y, desde entonces, seguimos con las averías. Aún así, para haber sido un apagón tan grande como éste, 49 intervenciones sobre un parque de ascensores de 4.000 solo es un 1%”, puntualiza Joseba Martínez, gerente de esta empresa donostiarra que cuenta con medio centenar de técnicos, todos ellos trabajando a destajo desde el apagón para reparar las averías producidas.

"Es habitual que haya cortes de luz por zonas y que tengamos que centrar todos nuestros esfuerzos allí de manera momentánea, pero nunca había pasado algo así que afectara a todo el territorio"

Ana Beltran - Ascensores Beltran

“Queda trabajo por delante. Tenemos, por lo menos, dos días más de reparaciones. Un corte como este no solo provoca atrapamientos, también nos obliga a revisar cada ascensor uno a uno”, indica Martínez, señalando que la mayoría de los elevadores en los que fue necesaria la intervención de los bomberos quedaron inutilizados. “Nuestros técnicos, al final, saben cómo actuar para llevar a cabo los menos daños posibles. Lo normal, por ejemplo, es bajar el ascensor a la planta más cercana y liberar a las personas, pero no siempre se puede”, apunta.

Además de responder a todas las llamadas recibidas, durante las primeras horas tras la caída eléctrica los técnicos de ascensores incluso patrullaron por los edificios en busca de personas que pudieran haber quedado atrapadas. “Llegamos a rescatar a más de una persona de la que no habíamos tenido aviso, como un señor mayor que no tenía móvil ni forma de comunicarse”, explica Beltran, indicando que hubo gente que se desplazó andando hasta las oficinas de la empresa para pedir ayuda. “El apagón no fue tan exagerado como para que hubiera un gran pánico, pero las primeras horas, sobre todo, fueron las más intensas”, agrega.

Mantener la calma y pedir ayuda

En caso de quedar atrapado en un ascensor, el consejo de los técnicos siempre es el mismo: mantener la calma y pedir ayuda. El problema de este lunes, no obstante, fue que la elevada demanda de llamadas llevó a que los rescates se demoraran algo más en el tiempo. “Entiendo que fue más complicado estar tranquilo sabiendo que hay un apagón que afecta a toda la península, pero, al final, los ascensores son el modo de transporte más seguro, se encuentran ventilados y no hay problema de respiración”, indican desde Ascensores Muguerza.

"Tenemos, por lo menos, dos días más de reparaciones. Un corte como este no solo provoca atrapamientos, también nos obliga a revisar cada ascensor uno a uno"

Joseba Martínez - Gerente de Ascensores Muguerza

Los ascensores cuentan con un sistema de bloqueo automático en caso de producirse una situación como la de esta semana, actuando como paracaídas y bloqueando el movimiento. Deben, además, pasar una revisión mensual y cumplir con una serie de certificados. Asimismo, la normativa obliga a que tengan un sistema de comunicación bidireccional en la cabina para permitir la comunicación con la empresa las 24 horas de los 365 días del año. Solo los elevadores más antiguos carecen de esta comunicación bidireccional, algo que están obligados también a tener en pocos años. 

“Gracias a ello, no solo suena una alarma que avisa de que el ascensor se ha parado, nos permite actuar mucho más rápido. Hoy en día, no es como antes, que tenía que dar el aviso un vecino”, explica Martínez, indicando que las intervenciones en ascensores públicos suelen ser más complicadas al cubrir una mayor distancia sin entreplantas. “Es importante decir que lo que ha pasado es algo excepcional y que no es habitual que haya tanta gente atrapada. Hay que estar tranquilos y, si ocurre, solo esperar a que vengan a rescatar”, añade Beltran.