En Gipuzkoa, aproximadamente el 30% de las viviendas se encuentran en edificios sin ascensor. Sin embargo, los problemas de accesibilidad van mucho más allá de la falta de elevadores: afectan al diseño de los espacios, a la adecuación de las infraestructuras y, en última instancia, a la calidad de vida de muchas personas con necesidades diversas.
Con el objetivo de analizar la situación y ofrecer soluciones viables, NOTICIAS DE GIPUZKOA organizó la jornada Construcción Accesible, un encuentro en el que participaron expertos del sector y en el que se abordaron cuestiones clave como la financiación de obras de accesibilidad, las barreras arquitectónicas, las normativas vigentes y la importancia de la concienciación social.
La jornada contó con el apoyo de Laboral Kutxa y Onhaus Global System, así como con la colaboración del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN), el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa (COAATG), el Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (CAFGUIAL) y SEOM Rehabilitadores.
La accesibilidad como inversión, no como gasto
En la primera mesa redonda, titulada Espacios inclusivos: la inversión inteligente en accesibilidad, participaron Unai Sarasola, responsable de la Oficina de Apoyo a la Rehabilitación del COAVN Gipuzkoa; Javier Montero, presidente del Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (Cafguial); y Óscar Coloma Delgado, gestor de negocio de rehabilitación de comunidades de Caja Laboral.
Uno de los aspectos clave abordados en la mesa fue el papel de la financiación en la viabilidad de las obras de accesibilidad. Óscar Coloma presentó el nuevo servicio de Laboral Kutxa, diseñado para ayudar a las comunidades de propietarios a acometer proyectos de rehabilitación o eficiencia energética. "Hasta hace poco contábamos con ayudas importantes procedentes de los fondos Next Generation, la principal palanca para que las comunidades acometieran estas inversiones. Sin embargo, al agotarse esos fondos, la financiación privada cobra mayor relevancia", explicó.
"Estas reformas revalorizan las viviendas. Si inviertes 20.000 euros, tu casa puede aumentar su valor en 25.000"
El servicio de Laboral Kutxa permite financiar hasta el 100% de la inversión con un préstamo a 12 años y hasta 24 meses de carencia. "Este modelo permite que personas que, de otra forma, no podrían acceder a financiación privada puedan hacerlo bajo el paraguas de la comunidad. Por ejemplo, un pensionista de 80 años", añadió Coloma.
Desde el punto de vista técnico, Unai Sarasola valoró positivamente esta herramienta: "Para nosotros, que estamos centrados en lo técnico, la financiación es un complemento clave. Nos ayuda a superar una de las principales barreras, que suele ser la económica".
“Todos vamos a necesitar accesibilidad en algún momento de nuestra vida. No es solo cuestión de movilidad reducida, sino también de otro tipo de dificultades”
Por su parte, Javier Montero destacó la importancia de que el préstamo vaya al CIF de la comunidad de propietarios, sin aumentar el riesgo personal de cada vecino: "Si un propietario no puede hacer frente a una inversión, eso perjudica a toda la comunidad, porque la obra no se hace. Tal vez no puedas poner 6.000 euros de golpe, pero sí 100 euros al mes".
"Nos gusta decir que somos solidarios, pero cuando no tenemos necesidad, nos cuesta entenderlo”
Más allá del factor económico, todos los ponentes coincidieron en que las obras de accesibilidad deben entenderse como una inversión en lugar de un gasto. "Estas reformas revalorizan las viviendas. Si inviertes 20.000 euros, tu casa puede aumentar su valor en 25.000", aseguró Coloma.
Barreras normativas y la necesidad de sensibilización
Otro de los temas clave fue la normativa vigente y la necesidad de adaptar las leyes a la realidad de las comunidades de vecinos. Montero fue crítico con el anteproyecto de reforma de la Ley de Propiedad Horizontal: "Es un brindis al sol. Las obras de accesibilidad ya son obligatorias, pero si lo son, hay que facilitar la financiación. El gobierno no tiene que dar dinero porque las viviendas son privadas, pero si impone una obligación, debe ofrecer herramientas para cumplirla".
En este sentido, Coloma avanzó que "llegarán ayudas de cara a 2027, pero no serán a fondo perdido como los fondos Next Generation, sino que estarán vinculadas a financiación con ventajas fiscales y dirigidas a personas vulnerables".
Además de la financiación, la concienciación sigue siendo una de las principales barreras. "Nos gusta decir que somos solidarios, pero cuando no tenemos necesidad, nos cuesta entenderlo", reconoció Montero. Sarasola añadió: "Todos vamos a necesitar accesibilidad en algún momento de nuestra vida. No es solo cuestión de movilidad reducida, sino también de discapacidades sensoriales, enfermedades mentales, mujeres embarazadas, personas que han sufrido un accidente, etc.".
La ITE como herramienta de mejora
Uno de los aspectos tratados fue la Inspección Técnica de Edificios (ITE), obligatoria para las viviendas de más de 50 años. Coloma destacó que esta inspección es una oportunidad para acometer obras con mayor ambición: "No hay que quedarse en lo básico, sino aprovechar para hacer mejoras estructurales y en accesibilidad".
Unai Sarasola subrayó que el Gobierno Vasco ha introducido una nueva herramienta, el Sello de Accesibilidad, que comenzará a utilizarse en junio de 2025 y evaluará la accesibilidad de los edificios desde tres perspectivas: el entorno urbano, el portal y zonas comunes, y la propia vivienda. "De momento, no será vinculante, pero servirá como diagnóstico", explicó.
Por otro lado, Montero recordó que solo el 50% de los edificios con más de 50 años han pasado la ITE. "Es fundamental que se financien estas herramientas para facilitar que las comunidades puedan llevar a cabo estos estudios", concluyó.
El papel del arquitecto y la importancia de un proyecto sólido
Otro de los temas abordados en el coloquio fue la importancia de contar con un arquitecto que garantice la viabilidad técnica y económica de las obras. "Es fundamental que haya un anteproyecto hecho por un técnico que marque la línea a seguir. Antiguamente, no se contaba con los arquitectos y eso generaba problemas", señaló Montero.
En la misma línea, Sarasola destacó el papel del arquitecto en todo el proceso: "No solo plantea un proyecto que resuelve las necesidades cumpliendo la normativa, sino que también garantiza el seguimiento de la obra para que se ejecute correctamente".
Además, Coloma defendió la necesidad de industrializar el sector para reducir costes y mejorar la eficiencia de las obras: "Hoy por hoy, una rehabilitación es un traje a medida. No hay dos iguales".
Una oportunidad para mejorar la calidad de vida
Para finalizar la jornada, los ponentes respondieron a una última pregunta: ¿Qué mensaje darían a las comunidades que están pensando en acometer obras de accesibilidad?
Montero animó a no centrarse únicamente en el factor económico: "Que piensen en la mejora de confort que van a lograr. Hay muchas soluciones y ayudas para llevarlas a cabo, y este es un buen momento para hacerlo".
Sarasola insistió en la idea de que la accesibilidad nos afecta a todos: "No solo a quienes lo necesitan ahora, sino a cualquiera en algún momento de su vida".
Por su parte, Coloma hizo hincapié en la importancia de ofrecer un servicio de asesoramiento: "Es necesario concienciar y explicar que existen ayudas públicas y financiación privada. Hay que invitar a las comunidades a estudiar todas las opciones disponibles".
Rehabilitación centrada en las personas
Si bien la primera mesa redonda de la jornada se centró en los aspectos técnicos y la financiación, en esta segunda parte el foco estuvo en las personas. Porque la construcción no trata solo de medidas, aislamientos o envolventes térmicas; trata de mejorar la vida de quienes habitan los edificios. Y es que, la rehabilitación es un derecho que garantiza viviendas más saludables, confortables y accesibles.
Para abordar esta cuestión, la mesa redonda reunió a Koldo Monreal, CEO de Onhaus Global System; Nagore Azuabarrena, presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa (COAATG); y José David Ros, gerente de SEOM Rehabilitadores.
Poner a las personas en el centro
La accesibilidad es un derecho fundamental, pero ¿se prioriza realmente a las personas en los proyectos de rehabilitación? Nagore Azuabarrena fue la primera en tomar la palabra: “Es imprescindible hacer un buen estudio previo de las necesidades para obtener el máximo potencial. No se trata solo de mejorar la accesibilidad, sino de buscar la mejor solución económica y funcional”.
“Muchas veces, estas obras no son bien vistas por quienes no las necesitan. Y si las mejoras benefician a otros vecinos y no a nosotros, la oposición es aún mayor”
José David Ros subrayó la importancia de entender a los vecinos antes de acometer cualquier obra: “Cuando llegamos a una comunidad, lo primero que nos preguntamos es qué les duele, qué les preocupa y cómo podemos mejorar su vida. Nada es más importante que poder entrar y salir de tu casa sin dificultades. Sin embargo, las obras de rehabilitación pueden generar molestias, como la imposibilidad de utilizar la escalera durante un tiempo. Por eso es crucial una buena planificación y una comunicación fluida con los vecinos”.
“Vemos comunidades que optan por la oferta más barata sin considerar las consecuencias, y esto es una mala decisión”
En este sentido, Koldo Monreal insistió en la necesidad de contar con un “director de orquesta” en cada proyecto. “El arquitecto es esa figura esencial que no trabaja solo, sino que se rodea de especialistas. Me sorprende que aún se hagan rehabilitaciones sin esta coordinación. Un buen arquitecto no solo controla lo que se está haciendo, sino que también prevé lo que vendrá después. En Europa ya se aplica la rehabilitación paso a paso, que permite planificar mejoras futuras desde el inicio”.
“En una rehabilitación no sobra nadie: arquitectos, administradores, gremios… Todos son necesarios para lograr un proyecto exitoso. Una rehabilitación bien hecha mejora de forma brutal el confort y la salud del usuario”
¿Cómo distinguir una buena rehabilitación de una mala?
Monreal lanzó una pregunta clave: “¿Somos capaces como usuarios de detectar si nos han hecho una mala rehabilitación? Problemas de humedades, aislamiento deficiente o ruidos son algunas de las consecuencias de un mal trabajo”.
Ros corroboró esta preocupación con una experiencia concreta: “Nos hemos encontrado con casos en los que hemos tenido que hacer la rehabilitación de la rehabilitación. Lo barato sale caro. Si un trabajo no está bien hecho desde el principio, los problemas aparecerán en pocos años”.
Los invitados incidieron en que la industrialización en la construcción es una de las soluciones para garantizar calidad y eficiencia. “No solo permite ahorrar tiempo y costes, sino que también facilita la precisión. En obras complejas, como la sustitución de escaleras, la industrialización permite montar la nueva estructura en muy poco tiempo, minimizando las molestias para los vecinos”, explicó Ros.
Monreal añadió que la industrialización no implica estandarización, sino control de calidad: “No significa que todas las soluciones sean iguales, sino que cada elemento ha sido fabricado con precisión y sometido a controles rigurosos”.
Accesibilidad: un derecho, no un privilegio
Una de las grandes barreras en las rehabilitaciones accesibles es la falta de concienciación de algunos propietarios. “Muchas veces, estas obras no son bien vistas por quienes no las necesitan. Y si las mejoras benefician a otros vecinos y no a nosotros, la oposición es aún mayor”, lamentó Azuabarrena.
A esto se suma el factor económico. “Vemos comunidades que optan por la oferta más barata sin considerar las consecuencias. Es una mala decisión. Si se da una garantía de 10 años, necesitamos asegurarnos de que la empresa existirá dentro de una década. Además, el coste financiero actual es igual o inferior a la inflación. Hacer una obra dentro de cinco años será mucho más caro que hacerla ahora”, advirtió Ros.
Monreal reforzó la necesidad de un cambio cultural: “Cuando eres propietario de un inmueble, no solo eres dueño de tu vivienda, sino también de una parte de los espacios comunitarios. Tienes derechos, pero también obligaciones. Hay que dejar de ser tan egoístas y empezar a pensar en el bien común”.
El papel clave de la planificación y la comunicación
Uno de los errores más comunes en las obras es la falta de planificación inicial. “La gente cree que las reformas siempre acaban costando más de lo previsto porque surgen imprevistos, pero eso no tiene por qué ser así. Si hacemos un buen estudio previo, evitaremos sustos y disgustos”, explicó Azuabarrena.
Monreal comparó la rehabilitación con una intervención quirúrgica: “Hasta que no abres, no sabes exactamente qué vas a encontrar. Por eso necesitas especialistas para cada fase del proceso. Controlar la obra es fundamental. No podemos limitarnos a decir ‘está mejor que antes’, hay que medir y evaluar lo logrado”.
Ros apoyó esta idea: “Un buen arquitecto o aparejador es como un cirujano con experiencia. Para acometer obras complejas como es el caso de las rehabilitaciones de edificios históricos, es necesario tener experiencia previa. Además, la formación continua es esencial para la profesionalización del sector”.
El futuro de la rehabilitación: industrialización y digitalización
Por otra parte, comentaron que uno de los retos del sector es la escasez de mano de obra. “Cuando termine la guerra en Ucrania, habrá una gran demanda para reconstruir ciudades enteras. Nos enfrentaremos a un problema serio”, alertó Ros.
En este contexto, la industrialización y la digitalización se presentan como soluciones clave. “Hoy en día, podemos escanear un edificio y obtener una imagen exacta para cortar los materiales a medida. Esto reduce los tiempos y mejora la precisión”, explicó Ros.
Monreal insistió en que estas tecnologías ya existen, pero deben utilizarse más: “La tecnología está, el conocimiento también y las empresas están preparadas. Ahora solo falta la voluntad para aplicarlo”.
La moderadora del debate, Isabel de Lope, periodista y directora comercial de NOTICIAS DE GIPUZKOA, cerró la mesa redonda con una idea clara: la rehabilitación es un derecho y una oportunidad para construir espacios más saludables, confortables y accesibles.
En ese sentido, los ponentes coincidieron en tres puntos esenciales:
Planificación previa: un buen estudio inicial evita problemas y permite tomar mejores decisiones.
Profesionalización: contar con especialistas y una dirección de obra rigurosa garantiza calidad y eficiencia.
Cambio de mentalidad: la accesibilidad no es un gasto, sino una inversión en bienestar y calidad de vida.
Como resumió Monreal: “En una rehabilitación no sobra nadie: arquitectos, administradores, gremios… Todos son necesarios para lograr un proyecto exitoso. Una rehabilitación bien hecha mejora de forma brutal el confort y la salud del usuario”.
“No se trata solo de precio, sino de entender qué queremos y qué necesitamos para la vivienda de hoy y del futuro”, concluyó Ros.