Un total de 6.243 personas migrantes han sido atendidas durante el último año en los recursos habilitados por el Gobierno Vasco en la muga de Irun, donde nueve de cada diez llegadas proceden de Canarias. Se trata de un 53% más con respecto a 2023, con un volumen de atenciones que se centró principalmente en los tres primeros meses. Durante los dos últimos años no ha habido que lamentar fallecimientos en el río Bidasoa, ni tampoco ha sido necesario convocar el plan de contingencia.

Son algunos de los datos aportados por la consejera vasca de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa, que ha presidido este viernes en Irun la Mesa Interinstitucional de Coordinación para la acogida de migrantes en tránsito, en la que, por primera vez, han participado representantes del Gobierno de Canarias.

La realidad migratoria ha seguido su curso durante el último año, y lo ha hecho lejos del habitual foco mediático cada vez que se desata una tragedia a orillas del Bidasoa. Afortunadamente, nada de ello ha ocurrido en los dos últimos años, frente a un drama que se ha cobrado la vida de una decena de personas intentando cruzar el río.

Durante el encuentro de este viernes se han analizado los datos de atención de los centros de acogida Hilanderas 1 y 2 de Irun, que suman 250 plazas y que están operativos las 24 horas del día. No solo proporcionan a los migrantes un lugar donde refugiarse, descansar y comer, sino también acompañamiento médico y asesoramiento sobre asilo o regularización.

Por esos recursos pasaron 6.243 personas el pasado ejercicio. Se trata de un 53% más que en 2023, cuando se atendieron a 3.317 personas, pero es una cifra similar a la de 2022 (6.253) y por debajo de la de 2021, cuando 8.115 migrantes en tránsito utilizaron los servicios de acogida de Irun.

La tónica se mantiene durante este año. En los dos primeros meses de 2025 han sido atendidas en la muga 1.053 personas. El perfil predominante sigue siendo el de hombres solos (89,8%) y jóvenes con una media de 25 años, cuyo origen ha ido variando.

Si bien durante los dos últimos años las nacionalidades predominantes eran Guinea Conakry y Costa de Marfil, se constata ahora un aumento del número de personas de Mali (41,2%), seguidas de las procedentes de Guinea Conakry (24%). Así, ha descendido notablemente el número de migrantes originarios de Costa de Marfil, y se registra un paulatino incremento de llegadas de Senegal (9,1%) y Mauritania.

La mayoría de estas personas son francófonas y la comunicación entre el personal voluntario y profesional de los recursos de Irun suele ser en francés.

Se constata, asimismo, un descenso del número de mujeres -534, un 6% menos- y menores -103- que alcanzan el paso fronterizo, donde se atendió en 2024 a 68 familias monomarentales. Los jueves y viernes son los días de la semana con más atenciones. El 36% de las personas migrantes que llegan al centro de tránsito parte el mismo día de su llegada, el 56% pasa una noche y un 5% pernocta más de tres noches.

Canarias e Irun, vasos comunicantes

El número de llegadas al puerto de entrada -bien por Canarias, Ceuta o Melilla- tiene una correlación directa con las atenciones que se realizan en el dispositivo de Irun. Son una suerte de vasos comunicantes.

Así, la Ruta Canaria sigue siendo la más activa de la UE en cuanto a la migración irregular -aunque en lo que va de año ha registrado un descenso interanual del 40% en las llegadas- mientras que en el Mediterráneo Central ha habido un aumento del 48 % en los flujos migratorios.

Así lo indican nuevos datos preliminares difundidos este viernes por la agencia europea Frontex y relativos a enero y febrero de este año. Todo ello tiene su reflejo en Irun, donde el 90% de las personas atendidas en el paso fronterizo llega desde las Islas Canarias, y un 4% de Ceuta y Baleares.

“Nuestro compromiso, tanto el de Euskadi como el de Canarias, al que quiero agradecer enormemente su presencia hoy aquí, es claro: acoger con dignidad y humanidad”, ha señalado Melgosa. “El acuerdo que el presidente Clavijo y el Lehendakari Pradales presentaron públicamente así lo atestigua. Un acuerdo en el que por primera vez se pone encima de la mesa el papel crucial que Euskadi juega como Frontera Norte administrativa”, ha asegurado la consejera.

La crisis de 2018

El grueso principal de los recursos habilitados en Irun se remontan a junio de 2018, cuando la llegada a la estación de autobuses de Donostia de un autobús de migrantes subsaharianos, procedentes del sur de Andalucía, supuso el comienzo de una crisis migratoria que obligó a redoblar esfuerzos.

Las instituciones vascas reaccionaron y coordinaron sus capacidades y establecieron, en colaboración con Cruz Roja, un sistema de albergues de acogida de emergencia. 'Hilanderas 2' se puso en marcha en marzo de 2022 tras los fallecimientos de varias personas en aguas del Bidasoa.

El 29 de noviembre de 2021 el Gobierno Vasco junto con Euskal Herriko Hirigune Elkargoa (Iparralde) firmaron una Declaración Institucional donde se reafirmaba conjuntamente el compromiso de crear un diálogo permanente, compartir datos e información e incorporar a una representación de Iparralde a las Mesa Interinstitucional de coordinación para la acogida urgente de personas migrantes en tránsito. Este acuerdo se sigue cumpliendo a día de hoy.