Representantes institucionales y agentes culturales de toda Euskal Herria se han reunido este martes en el Ayuntamiento de Baiona, en un acto organizado por Eusko Ikaskuntza por el 75 aniversario del Día Internacional del Euskera. Durante la jornada, se renovó el compromiso con la universalidad del euskera y se reivindicó su papel como elemento de cohesión social.
El evento conmemoró la proclamación del 3 de diciembre como Día Internacional del Euskera, establecida en el VII Congreso de Estudios Vascos de 1948, un hito que adquirió especial relevancia histórica en un contexto de represión y persecución de la lengua en la dictadura franquista y que fue adoptado por comunidades de la diáspora vasca desde 1949.
Ana Urkiza, presidenta de Eusko Ikaskuntza, leyó la Declaración del 75 aniversario, que reconoce los avances logrados en circunstancias más favorables pero subrayó que "el espíritu de 1949 sigue siendo válido". El texto hace un llamamiento a revitalizar el euskera y a garantizar su plena normalización a través de políticas sólidas que permitan su presencia en todos los ámbitos sociales. La Declaración también señala la necesidad de celebrar el 3 de diciembre como una expresión del deseo de vivir en euskera y destaca el papel del idioma en la construcción de una sociedad igualitaria.
Tras la lectura, los representantes institucionales presentes firmaron el documento como muestra de compromiso. Entre ellos se encontraban Jean-René Etchegaray, alcalde de Baiona y presidente de la Comunidad de Aglomeración del País Vasco; Ana Ollo, vicepresidenta segunda del Gobierno de Navarra; Aitor Aldasoro, viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno Vasco; y Claude Mehats, responsable territorial de Eusko Ikaskuntza en Iparralde.
En su intervención, Ana Ollo destacó la transformación del euskera en las últimas décadas. “Durante estas siete décadas y media, la situación del euskera ha cambiado radicalmente. Ha pasado de ser una lengua marginal y menospreciada a una herramienta útil para todos los ámbitos y tareas de la sociedad moderna actual”, afirmó. La vicepresidenta también puso en valor el papel del euskera en la integración social, subrayando que se ha convertido "en un camino hacia la naturalización y el arraigo de ciudadanos llegados desde todos los continentes”.
Retos y barreras para consolidar la comunidad vascoparlante
La segunda parte del evento estuvo dedicada a una mesa redonda titulada “Nola trinkotu eta saretu euskal hiztunen komunitatea” (Cómo consolidar a la comunidad vascoparlante), moderada por Xalbat Alzugaray de Eusko Ikaskuntza.
En el debate participaron figuras clave de la actividad cultural vasca, como Xan Aire (Plazara), Jasone Mendizabal (Euskaltzaleen Topagunea), Idurre Eskisabel (Euskalgintzaren Kontseilua), Peio Jorajuria (Seaska) e Ihintz Oliden (AEK).
Los participantes reflexionaron sobre los desafíos que enfrentan para fortalecer la comunidad vascoparlante. Entre los temas abordados destacaron la necesidad de universalizar el conocimiento del euskera, garantizar los derechos lingüísticos y promover el idioma como un elemento clave para la convivencia y la cohesión social.
Asimismo, se hizo hincapié en evitar la instrumentalización del euskera y en la responsabilidad compartida entre instituciones y sociedad para consolidar su revitalización.