Aintzane Uriguen, directora de la residencia Zorroaga y vocal en Lares Euskadi, afirma que en 2010 la edad media de los hombres que ingresaba en la residencia era de 77 años y 84 en el caso de las mujeres. Actualmente, es de 85 y 88 años, respectivamente. En este contexto, Uriguen afirma que, de cara al futuro, la atención residencial “estará dirigida a personas con edad avanzada y con mayor dependencia, en la que las tecnologías jugarán un papel fundamental, y en la que la personalización de los cuidados estará aún más presente de la mano de la profesionalización de los cuidados”.

La Residencia Zorroaga se centra en el cuidado de las personas mayores. ¿Cómo definen y promueven el concepto de envejecimiento digno y activo en su centro?

El envejecimiento activo es un proceso continuo a lo largo de nuestra vida que permite que las personas podamos mantener nuestra autonomía y funciones cognitivas, así como nuestras relaciones sociales durante más años. Y, en consecuencia, una mejor calidad de vida. Y este proceso es continuo también en la vida de nuestras personas residentes. Desde Zorroaga ofrecemos programas específicos de estimulación física, cognitiva y de fomento de la relación social, así como diferentes actividades de ocio y entretenimiento, manteniendo un contacto estrecho con la comunidad.

Como vocal de Lares Euskadi, ¿cómo colaboran con otras residencias y organizaciones?

Lares Euskadi agrupa 31 instituciones sin ánimo de lucro al servicio de las personas mayores y/o dependientes. Trabajamos en fortalecer la gestión de las entidades asociadas y fomentar la cohesión entre las mismas, potenciando dinámicas trabajo en red, mediante el intercambio de herramientas, conocimientos y experiencias, así como la implantación de sistemas de gestión excelente y economías de escala. Además, pretendemos ser un grupo útil a la sociedad, comprometido con ella, participando activamente en la mejora de las políticas sociales.

 ¿Qué programas específicos ha implementado la Residencia Zorroaga para mejorar la calidad de vida de sus residentes a través del envejecimiento activo?

Ofrecemos programas específicos de estimulación física, cognitiva y de fomento de la relación social, así como diferentes actividades de ocio y entretenimiento. Contamos con un amplio programa de actividades que llevamos a cabo, siempre con el objetivo de que sean significativas, emocionantes y vinculantes. Mantenemos un contacto estrecho con la comunidad, realizando actividades conjuntas con colegios, asociaciones culturales y deportivas. También realizamos encuentros intergeneracionales, un cross, el festival Cimasub, colaboración con Nagusilan para la celebración del maratón del teléfono solidario Hilo de la Plata, salidas con Bizikletaz Adinik ez, …Y cómo no, la Tamborrada del día de San Sebastián.

 En un entorno donde la población mayor sigue creciendo, ¿cómo se están preparando para abordar las demandas futuras de atención y cuidados?

 Se espera que para 2040 más del 27% de la población supere los 65 años. La esperanza de vida supera los 86 años en el caso de las mujeres y se acerca a los 81 en el caso de los hombres, y se estima que durante más de 10 tendremos algún tipo de limitación funcional o discapacidad en la que requeriremos apoyos en distintos niveles de intensidad. Para atender estas necesidades de apoyo, actualmente contamos con distintos recursos que van desde el apoyo en el domicilio, programas de estancias diurnas y centros de estancia permanente. Zorroaga ofrece servicios de estancia diurna, centros de día, apartamentos tutelados, viviendas comunitarias y residencia para personas mayores. Los cambios son retos a los que nos hemos ido adaptando, o incluso anticipando, a lo largo de sus más de 300 años de historia.

 ¿Han apreciado que han cambiado los perfiles de personas que requieren atención residencial? ¿Cómo está afectando el cambio demográfico al modelo de atención residencial?

En la residencia para personas con alto nivel de dependencia, hemos constatado una edad más avanzada en las personas usuarias. En 2010 la edad media era de 77 años en caso de los hombres y 84 en el de las mujeres, siendo actualmente de 85 y 88, respectivamente. La estancia media ha pasado de más de seis años a 3,8. Estos datos evidencian que las personas que ingresan en las residencias cada vez son mayores y con un nivel de dependencia mayor. En los recursos en los que atendemos a personas autónomas o con dependencia leve se mantiene la edad media de las personas atendidas, pero ha cambiado el perfil de las mismas. Damos apoyo a personas con perfil de fragilidad, pero también, y cada vez más, a personas del ámbito de la exclusión social, con enfermedad mental, consumos…

“En 2010 la edad media era de 77 años en caso de los hombres y 84 en el de las mujeres, siendo actualmente de 85 y 88 años, respectivamente”

 ¿Qué medidas están tomando para adaptarse a estas nuevas realidades?

Fundación Zorroaga está realizando importantes inversiones en la adaptación y creación de nuevos recursos y en la formación de nuestro personal. En el 2023 se inauguró un edificio en el centro de Donostia con apartamentos tutelados y un centro de día, que permite que las personas usuarias puedan seguir manteniendo su proyecto de vida en la comunidad. También se ha realizado la reforma integral de la residencia de personas mayores autónomas, creando cuatro viviendas comunitarias que posibilitan una mayor personalización en la atención y fomenta la autonomía de las personas que conviven con nosotros.

“Fundación Zorroaga está realizando importantes inversiones en la adaptación y creación de nuevos recursos para atender las nuevas necesidades”

Durante la pandemia, ¿cómo afectó al modelo residencial? ¿Ha habido cambios significativos desde entonces?

El covid-19 afectó a toda la sociedad y como parte de ésta también llegó a las residencias. Ha sido un periodo muy duro pero en el que hemos constatado la capacidad de adaptación que tenemos, del compromiso como fundación de encontrar fórmulas para el bienestar de nuestros residentes, del compromiso y voluntad de todos los trabajadores para que las personas residentes se sintiesen lo más seguras posible, dándoles compañía, apoyo y cariño en los momentos en que tuvimos que cerrar nuestras puertas. Con la pandemia tuvimos que reestructurar nuestra forma de trabajar, pero podemos decir que a consecuencia de la misma hemos personalizado aún más los cuidados.

“A raíz de la pandemia, hemos constatado la capacidad de adaptación y el compromiso que tenemos para encontrar fórmulas dirigidas al bienestar de nuestros residentes”

 La digitalización y la tecnología están cada vez más presentes en el cuidado de personas mayores. ¿Cómo las están integrando en la residencia para fomentar el envejecimiento activo?

La digitalización y la tecnología ofrecen múltiples oportunidades. A parte de las relacionadas con la salud, ha permitido abrir una ventana al mundo. Las videollamadas, WhatsApp… permiten mantener un contacto entre residentes y allegados que no pueden venir. Por ejemplo, el uso de gafas de realidad virtual nos permite salir de la residencia, viajar a nuestro pueblo de origen, nuestro destino soñado... También realizamos actividades de estimulación cognitiva por tablet con un programa específico y que permite la personalización de las sesiones. La tecnología es nuestra aliada siempre que esté al servicio de las personas.

 La soledad es uno de los grandes problemas en la tercera edad. ¿Qué medidas han implementado en Zorroaga para combatir este problema y promover una vida social activa?

 Desde Fundación Zorroaga impulsamos, dentro de la prevención, que las personas tengan oportunidades de relación social, de participación tanto en el centro como en la comunidad y atendemos casos y problemáticas individuales desde los equipos de atención.

 ¿Qué papel juegan las familias en el cuidado y bienestar de los residentes y cómo se colabora con ellas para potenciar el envejecimiento activo?

Tener relaciones significativas es crucial para el bienestar de las personas. El vínculo afectivo y relacional entre familiar y residente es único. Más en el caso de las personas que por su capacidad cognitiva puedan necesitar de una figura de apoyo para ayudarles a tomar las decisiones acordes a sus valores y forma de entender la vida. Por ello, mantenemos un contacto estrecho con las familias. Toman parte en las actividades del centro, en los planes de atención, en grupos de apoyo al proceso de adaptación y en grupos focales para la reflexión y mejora sobre aspectos de la residencia. 

“En Zorroaga contamos con un amplio programa de actividades que llevamos a cabo, siempre con el objetivo de que sean significativas, emocionantes y vinculantes”

Mirando al futuro, ¿cómo visualiza la evolución de la atención residencial y qué cambios cree que son necesarios para afrontar el envejecimiento de la población?

De cara a futuro, vemos que la atención residencial estará dirigida a personas con edad avanzada y con mayor dependencia, en la que las tecnologías jugarán un papel fundamental, y en la que la personalización de los cuidados estará aún más presente de la mano de la profesionalización de los cuidados. Será necesaria una buena coordinación sociosanitaria y de todos los agentes que intervienen en la sociedad para poder atender a cada persona en todas sus facetas, salud física, emocional y relacional.