Alumnado del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) de Donostia ha recurrido al Ararteko “como último recurso” para denunciar el "deterioro" del modelo de enseñanza que se está traduciendo en una reducción significativa del número de cursos en los últimos años. En un escrito dirigido a la institución que cuenta con el aval de 147 firmas, los alumnos apelan a la “obligación” del Departamento de Educación del Gobierno Vasco de garantizar “una educación a lo largo de toda la vida, de la que tanto hablan”.
En la EPA Donostia actualmente se imparte enseñanza reglada. Se puede cursar Educación Básica, obtener el título de ESO, aprender castellano y euskera, preparar el acceso a la Universidad (+25 y +45) y a Ciclos Formativos de Grado Superior. Junto a esa oferta educativa hay otra dirigida a personas mayores, ya jubiladas, que acuden a estos centros a aprender idiomas o competencia digital. “Es en esta última parte donde están haciendo recortes importantes”, denuncia Maite Toca, alumna del centro.
“Necesitamos que realmente sea enseñanza permanente y no que empieces un curso durante uno o dos años y al cabo del tiempo te digan que lo tienes que dejar porque no continúa adelante la oferta”, critica. “Hace unos años había clases de arte, de Humanidades, pero cada vez se va reduciendo más el profesorado, y con él las opciones de seguir estudiando”, asegura.
"Necesitamos que realmente sea enseñanza permanente y no que empieces un curso durante uno o dos años y al cabo del tiempo te digan que lo tienes que dejar"
El de Donostia es un centro público dependiente del Gobierno Vasco que nació en el curso 2019-20 de la confluencia de la EPA Ignacio Zuloaga y la de Herrera. Aglutina también a los centros de los barrios de Bidebieta, Ategorrieta y Ondarreta. Además, en la cárcel tiene otro círculo para educar a las personas privadas de libertad.
"Aquí el francés ya ha desaparecido"
Toca es alumna del centro de Ategorrieta. “Aquí el francés ya ha desaparecido y de inglés imparten sólo niveles básicos. A partir de ahí te tienes que marchar. Entendemos que la ley garantiza el derecho a la educación a lo largo de toda la vida, por lo que hacen falta más recursos para que haya más opciones”, reclama esta alumna, que habla en representación de un colectivo que, principalmente, ha cursado estudios de inglés, francés e informática.
El alumnado también ha trasladado sus quejas al profesorado, que poco pueden hacer al respecto. “Nos responden que la Delegación de Educación les dice que no, y que es lo que hay. Y así las opciones se van reduciendo, y no sólo no queremos que se reduzcan sino que se amplíen, y que lo hagan con dinero público. ¿A dónde vamos a ir a centros de gestión privada? ¿A la escuela de idiomas? Te pones a la cola, pero cuando eres mayor de 65 años, por lo menos para mí, no ha habido plaza”, confiesa un tanto hastiada.
Además reclaman que sea una educación adaptada. “Necesitamos seguir a nuestro ritmo, porque para eso es permanente y de adultos. No estamos diciendo que nos metan en clase con chavales de 20 años sino que vayamos a nuestro ritmo y que los grupos que funcionen y avancen puedan seguir adelante”.
En el escrito dirigido al Ararteko señalan que acuden a la institución “como último recurso” ante la falta de un coordinador de estos centros en Euskadi -una figura que según dicen “antes existía a través de los Berritzegunes”- y ante la falta de respuesta de los responsables del Departamento de Educación. “No hay interés ni apoyo para que esta formación salga adelante de una manera más digna”, denuncian.