Deba. El sábado pasado participé en una visita guiada a la parroquia de Santa María de Deba que, a iniciativa de la concejalía de Cultura, organiza el vecino e historiador diletante, Alex Turrillas Aranzeta, pensionista que, además de sus aficiones investigadoras y divulgativas de todo lo relacionado con su localidad natal, mantiene un interesante blog a su nombre, al que invito al curioso a asomarse.

Una treintena de personas, la mayoría jubiletas y oriundos de la villa, nos citamos en el atrio de la parroquia de Santa María, edificada en los siglos XV y XVI sobre otra anterior, de estilo gótico, de la que mantiene muchos de los elementos, por ejemplo, la magnífica portada policromada en la que se representa la vida de la titular del templo. Siendo una de las más bonitas de Gipuzkoa, bien merecería una restauración al estilo de la que se hizo en la parroquia alavesa de Laguardia. Además, serviría para mitigar esa sensación que padecen los nativos, de abandono secular por parte de la Diputación Foral y que, como reacción, les induce a ser hinchas del Athletic.

Las cinco capillas privadas que alberga el templo sirvieron de hilo conductor a la inmersión en la historia local, rigurosa, pero muy amena.

Fueron mandadas construir por adineradas familias de Deba, vinculadas al comercio marítimo, la pesca del bacalao, la caza de la ballena o a las reales, administración y armada, para ganarse las indulgencias divinas que, seguramente, les harían mucha falta: la de los Zubeltzu, armadores, es el oratorio más antiguo, conocido como “de la Hilandera”, de 1490 y dedicada a San Juan Bautista. La de los Andonaegui, que, en opinión fundada de Turrillas, debería denominarse de Pedro de Deba, armador y marino; D. Juan de Andonaegui fue secretario de Felipe II ante el Estado Pontificio. La de los Irarrazabal, prebostes de la villa, cuyos descendientes hicieron carrera política en Chile y la visitan con relativa frecuencia. La de los Sasiola, armadores y con casa torre propia, fundadores del monasterio del mismo nombre y la de los Aguirre, con casa solar en el pueblo.

Deba fue uno de los puertos por los que salía la lana de Castilla rumbo a Flandes, la sal de Leintz Gatzaga y las armas que se fabricaban desde Eskoriatza hasta Placencia y desde Ermua hasta Mendaro, y por el que entraban mercancías hacia el interior. De hecho, la localidad dispuso de práctico municipal hasta comienzos del pasado siglo.

De los doce buques al mando de Miguel de Oquendo, con los que Gipuzkoa contribuyó a la Armada Invencible (1588), dos eran de Deba y registraron una veintena de bajas entre la marinería. Con el resto de los puertos vascos compartía la desmedida afición a la lucrativa y arriesgada actividad del corso, que se hace notar en las construcciones, civiles y religiosas, que nos legaron.

Un ‘Noelia’

Así que, mientras escuchaba al entusiasta Turrillas, que trufaba los datos obtenidos en los archivos de Simancas o de la Real Chancillería, con jugosas anécdotas de los ilustres linajes, cuyos restos allí reposan, se me ocurrió marcarme un Noelia.

Dentro de unas semanas tengo la boda de una sobrina en una aldea vizcaina y, ante la falta de indicaciones sobre el vestuario, ahora que son tendencia los currículums menguantes y todos los políticos se afanan en cepillar los suyos, he optado por todo lo contrario: un ascenso en mi modesta titulación náutica. He alquilado un uniforme de capitán de navío, blanco, con sus cuatro galones dorados, rematado el último con la coca, adoptada en la uniformidad en 1909, con sus pasadores de colorines acreditativos de varias condecoraciones y tres distintivos, rematando con unos zapatos blancos. Estoy hecho un San Luis. Porque la opción de ir de corsario resultaría un poco chocante.

Si ocurriera algún inconveniente, admitiré gallarda y desafiantemente, que se trata de un error y que mi actitud es modélica y ejemplarizante, no como la de otros.

Diarrea veraniega

Propia de países de altos ingresos, como la define el Dr. Rivas González, catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca. Es una zoonosis causada por un protozoo ubicuo denominado Cryptosporidium, capaz, el muy ladino, de sobrevivir varios días en piscinas y parques acuáticos, correctamente clorados, de ahí su peligrosidad; responsable a nivel mundial de enfermedades gastrointestinales transmitidas por agua contaminada y alimentos. Ocasiona diarrea acuosa que puede ir acompañada de calambres abdominales, pérdida de apetito, febrícula, náuseas, vómitos y pérdida de peso. En individuos sanos, desaparece en 24 horas; en inmunodeprimidos y personas de riesgo, puede complicarse. El mecanismo de transmisión es fecal-oral, por el inevitable trago al bañarse, generalmente entre personas, pero puede darse de animal a persona o viceversa. La prevención implica el lavado frecuente de manos, el uso de preservativo en las prácticas sexuales anales y la ingestión de agua embotellada en zonas donde se sospechen deficiencias en el saneamiento. Sentido común, vamos.

Polideportivo de Benta Berri

El concejal Gabarain y su director de Deportes, Feijóo, lo tenían fácil con la avería, ya resuelta, del aire acondicionado. Una nota explicativa porfiando un plazo aproximado para su reparación y solicitud de disculpas. No ha ocurrido así. Ignoro los motivos: ignorancia, desidia, prepotencia, ineptitud, olvido, todo junto… En un político se comprende, porque es lo propio en época no electoral. No tanto en un técnico designado con criterio político para la gestión, de quien se esperan otras actitudes y no tratarnos de tontitos. Vamos a peor. Cada vez intentan engañarnos personas con menos talento. Desaparecemos como especie.

Divagancia

Ramoniana: “Hay mentiras que no engañan”.

Hoy domingo

Ensalada soriana de tomate, cebolla y torrezno. Marmitako de bonito (Thunnus alalunga). Cerezas y melón. Tinto Viña Pomal. Agua del Añarbe. Con el café, petit fours de Vidaurre de Olite.