La Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la víctima, han mantenido su petición de doce años de cárcel para un hombre que ha sido juzgado este martes en la Audiencia de Gipuzkoa acusado de violar en Arrasate a su novia de 15 años cuando él tenía 23.

Los hechos enjuiciados ocurrieron, según las acusaciones, a lo largo de los meses que duró la relación sentimental, entre enero y agosto de 2021, período durante el que, según ha relatado la víctima, la pareja tuvo en varias ocasiones "relaciones sexuales consentidas" a pesar de que el varón sabía la edad que ella tenía.

No obstante, un día, cuando ambos estaban en una casa abandonada de la citada localidad, tuvieron "una discusión de por medio y la cosa no terminó bien", ha detallado la menor.

"Él y yo nos frustramos. Él quiso que yo siguiera el tema sexual -ha añadido-, me cogió de la cabeza y quiso que le hiciera una felación. Yo le pedí que parara, a él se le metió algo en la cabeza que no le hizo parar y yo le metí una patada en la tripa porque no había otro remedio". "Luego le dije que parara por favor y ya paró", ha descrito la victima.

Consumidores de droga

La chica, que en la actualidad es mayor de edad, ha explicado también que en aquella época tanto ella como el acusado eran consumidores de droga. "A él le gustaba salir para drogarse y yo iba con él y con sus amigos", ha afirmado.

Ha recordado que al principio sus padres no conocían la relación que tenía con este chico, por lo que en un momento dado decidió presentárselo pero, según ha precisado, "la cosa no salió bien".

La joven ha admitido que, una vez finalizada la relación, le hizo llegar unas cartas a su exnovio a través de un amigo en común porque existía una orden de alejamiento y prohibición de comunicación entre ellos, en las que le pidió "perdón", si bien ha aclarado que lo hizo en un momento en el que ella "estaba loca de la cabeza" porque los allegados del procesado le decían que él estaba en la cárcel por su culpa, algo que ella "al final" terminó creyendo.

En otro momento de la vista, ha declarado la madre de la víctima, quien ha relatado que toda su familia ha vivido "como un martirio" la relación de su hija con el inculpado, porque la chica "desaparecía" frecuentemente y luego "siempre estaba con él".

Era otra persona

"Cuando volvía, ella era otra persona", ha rememorado la madre. "Estaba fuera de sí. No hablaba. No contaba las cosas" y "perdió un año de escuela", ha indicado esta mujer, quien ha precisado que finalmente presentó una denuncia después de que la chica le relatara lo sucedido en la casa abandonada.

Por su parte, el acusado ha dicho que "nunca" imaginó que la chica fuera menor de edad, ha argumentado que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, al igual que en el incidente ocurrido en la casa abandonada en el que, según ha dicho, él no obligó a la chica a hacerle una felación y ella no le dijo que "parara" porque le hiciera daño.

Este hombre ha reconocido tener "problemas con las drogas" desde que tenía 11 años y ha comentado que la chica "también consumía" porque en el entorno de él "todo el mundo se drogaba".

Indemnización

La Fiscalía acusa a ese hombre de delito continuado de abuso sexual con penetración a una menor de 16 años y con la agravante mixta de parentesco por el que, además de la citada pena de cárcel, reclama que el acusado no pueda comunicarse con la damnificada ni aproximarse a ella durante quince años y que, una vez excarcelado, continúe diez años en situación de libertad vigilada.

El Ministerio Público también pide que el hombre indemnice a la víctima con 10.000 euros por los daños morales causados. El juicio ha quedado visto para sentencia.