Cuando se habla de orientación en los centros educativos vascos, lo primero que viene a la cabeza es la ayuda que necesita el alumnado para encaminar su futuro profesional. Pero durante ese itinerario académico, las necesidades que surgen, y la orientación necesaria, van mucho más allá, algo que la pandemia puso de manifiesto con su tsunami de malestar emocional. Durante el proceso escolar es necesario abordar en toda su dimensión el desarrollo social, académico y personal. Y consciente de ello, el Gobierno Vasco ha diseñado la primera estrategia que trata de abarcar todo ese mundo interior del alumnado, un plan que realza la figura “profesional” de los orientadores de los centros educativos, que desempeñan una labor “polivalente”, y son determinantes para que los estudiantes adquieran las competencias claves a todos los niveles.

La viceconsejera de Educación, Begoña Pedrosa; el viceconsejero de Formación Profesional, Jorge Arévalo, y la directora para la Diversidad e Inclusión, Lucía Torrealday, han presentado este viernes en Donostia el primer Plan de Orientación del Sistema Educativo Vasco, que se aplicará en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional

Dos viceconsejerías que se han dado la mano en torno a una estrategia compartida que venía dejando “un gran vacío a nivel estatal”, según ha remarcado Pedrosa. No existe, de hecho, un desarrollo normativo que incluya la orientación “educativa y profesional” en los centros desde ese punto de vista global, un déficit que trata de paliar este nuevo plan en Euskadi, fruto de un amplio consenso en cuyo diagnóstico han participado 6.730 personas, entre alumnado, orientadores y equipos directivos de 150 centros diferentes

Una investigación necesaria

Fue hace dos años cuando se puso encima de la mesa la necesidad de realizar una investigación para conocer el diagnóstico completo sobre cómo se venía trabajando en los centros en torno a esa labor de orientación educativa y profesional, y cómo percibían todo ello los agentes sociales. “Si algo hemos visto es la necesidad de profesionalizar la figura de los orientadores. Son perfiles muy desconocidos pero que tienen una labor importantísima”, subraya Pedrosa. 

El curso pasado, de hecho, ya se reforzó su figura en los centros educativos vascos. “Lo bueno que tiene la nueva estrategia es que comprende los dos focos, el educativo y el profesional. Éste último es el más conocido, el que aborda las dudas sobre el futuro laboral de nuestros hijos, pero el orientador tiene muchísimas más funciones en el centro educativo, es una figura muy polivalente”. La viceconsejera enumera, al respecto, una larga lista de tareas: coordinar la labor educativa, las estrategias de tutoría, o el abordaje de todo el ámbito de la inclusión y convivencia.

También tiene una participación decisiva en la formación profesional, donde tan importante es el proceso de información y acompañamiento a la hora de planificar el itinerario. A este respecto, todos los centros de formación profesional cuentan con un departamento de información que, entre otros, ofrecen un servicio de orientación psicopedagógica, para reforzar el bienestar emocional del alumnado, algo que preocupa mucho al Departamento de Educación. 

Según explica Arévalo, la nueva estrategia hace que el plan de orientación de Secundaria y Bachillerato “guarde coherencia” con el de FP. “Es un único plan que refuerza mucho algo que siempre nos ha parecido de gran interés para el alumnado, dando a su vez al orientador la importancia que tiene”, detalla. 

Y para realzar esa figura profesional, la estrategia propone establecer “una formación continua especializada” y el “intercambio de conocimiento” entre profesorado y personas orientadoras, poniendo a su disposición herramientas actualizadas y estructuras de apoyo. 

El plan busca, asimismo, tejer alianzas con las familias. “Es otro de los pilares que sustenta el buen desarrollo de la estrategia y es, a su vez, un elemento primordial para poner al alumnado en el centro de la acción orientadora”, destacan los promotores de la propuesta. 

Según han explicado, el desarrollo de este plan podrá sentar las bases e inspirar otros planes posteriores en otras etapas educativas y asegurar una continuidad en la orientación educativa del alumnado a lo largo de la vida.