Dicen que hay tres tipos de alumnos y alumnas claramente diferenciados: los que tienen “muy claro” qué van a estudiar y acuden a las jornadas informativas o de puertas abiertas con “preguntas muy concretas”, detalles que apuntalarán su decisión; son los menos. Luego están los que “saben qué área de conocimiento” quieren abordar o manejan ya un “abanico de opciones”, pero aún no han ajustado el tiro. Y finalmente un grupo, también importante, atenazado por la incertidumbre, “bastante perdido” o que “no tiene ni idea de qué estudiar” y necesita más ayuda para elegir su itinerario formativo. Todos ellos conforman este universo de miles de estudiantes que el próximo curso desembocarán en nuestras universidades.
NOTICIAS DE GIPUZKOA hace una parada para el análisis en este punto: uno de los momentos que más ansiedad puede llegar a generar en las familias. El trance de elegir un camino hacia el futuro. Una encrucijada. Hemos hablado con responsables y representantes de tres universidades (UPV/EHU, Mondragon Unibertsitatea, Deusto) vascas que solo en sus campus de Gipuzkoa están asistiendo y ofreciendo información a cientos de familias. No es tan fácil elegir una opción, ya que la “oferta formativa se han ampliado mucho” en los últimos años. He aquí algunas claves.
Era prácticamente la última llamada. El campus de Gipuzkoa de la Universidad de Deusto acogió ayer su segunda y última jornada de puertas abiertas de este año, ya que el próximo 28 de febrero concluye el plazo ordinario de solicitud de ingreso de alumnos y alumnas. Iker Ormazabal, Josune Aldasoro y Lohitzune Rodríguez nos guían entre varias centenas de estudiantes y sus familias. Más de mil entre las dos jornadas de puertas abiertas realizadas en este campus entre enero y febrero.
Un contingente de cerca de 80 personas trabaja a todo tren: unos 50 docentes y casi una treintena de personal administrativo y de servicios que hacen posible numerosas visitas guiadas, “charlas personalizadas con las familias” y un sinfín de respuestas a preguntas de todo tipo. Es un momento “especial y muy importante” para esos alumnos y alumnas, explica Ormazabal.
“Las jornadas de puertas abiertas suponen un alivio para las familias: sienten que van a ser capaces de poder elegir”
Y aunque “la gente se informa previamente mucho” a través de otros canales, la oportunidad de “ver las instalaciones, recibir la información de primera mano, conocer el espacio y visualizar el sitio” donde vas a pasar varios años de tu vida resulta fundamental para los estudiantes y sus allegados. “Esa atención personalizada que intentamos dar a las familias que vienen aquí e intentar ser empáticos con las necesidades que ellos tienen en relación al futuro de sus hijos es importante”, asegura el propio Ormazabal.
En el campus de Donostia de la Universidad de Deusto estudian unos 2.000 alumnos, entre ellos “unos 300” provenientes de 25 países diferentes: principalmente de Europa (93%), pero también Asia (4%) y América (3%). El 85% de los estudiantes de grado matriculados, sin embargo, son guipuzcoanos.
La nueva camada solicita información de todo tipo. Sobre las propias carreras (más de 50 grados para elegir), “sobre becas”, transporte y alojamiento, y sobre salidas laborales. “Les preocupa mucho. Muchos te preguntan: a mi hijo le gusta esta carrera, pero luego va a poder trabajar en esto? Es la duda clásica”.
Dudas comunes
Las preguntas y dudas suelen seguir un mismo patrón o guión: “Primero está qué quiero estudiar y luego qué voy a poder a hacer con eso. Esas dudas las resuelve el profesor o el orientador que está ese día con ellos”, afirma Ormazabal, pero atinar el grado entre una oferta creciente “no es tan fácil”. Hay personas que hacen “preguntas muy concretas”, los menos, estudiantes ya muy perfilados: “Yo tengo claro que voy a hacer Administración y Dirección de Empresas (ADE), pero no sé si lo quiero estudiar con una profundización en innovación y emprendimiento, en internacional, en marketing, en finanzas, o hacer un doble grado. Nuestras novedades para el curso que viene son ADE en inglés y ADE con Relaciones Internacionales; y Derecho con Relaciones Internacionales como dobles grados”, explica el responsable de comunicación del campus de Gipuzkoa de la Universidad de Deusto.
“Lo que destacaría es que estas jornadas son un complemento que ayuda mucho a la composición de las familias del candidato. Vienen con cierta preocupación, pero todas salen contentas. Es como un alivio y muchos sienten que van a ser capaces de poder elegir, porque han contactado con profesores y les ponen cara”, añade.
Por último diría “que tienen que elegir aquello que les guste. El aita puede tirar para un lado, la ama para otro, porque quieren lo mejor para sus hijos y hay que pagar un dinero. Y todos quieren que cuando sus hijos terminen la carrera, encuentren un trabajo y tengan un futuro estable”, asegura Ormazabal. Por otra parte, también “se les traslada la idea de que no pasa nada por equivocarte y que no se acaba el mundo por perder un año”, apostilla Lohitzune Rodríguez. Son “pocos, pero hay quienes se echan atrás tras el primer año.
¿Formación sin fin?
Nos trasladamos a Arrasate. Allí nos atiende Amaia Aizpuru, que lleva doble carga este año, porque además de su labor de responsable de comunicación de la facultad de Empresariales de Mondragon Unibertsitatea y su implicación en la tarea orientativa, tiene en casa dos hijas de 17 años en este delicado momento de elegir carrera universitaria. “Lo estoy viviendo por duplicado en mis propias carnes”, reconoce.
Aizpuru, no obstante, relativiza: “Muchas veces, y esto lo vemos alrededor, el qué vas a ser en el futuro no depende de qué carrera elijas hoy. Que estudies A, no quiere decir que vayas a ser A. Algunos grados sí son más finalistas, pero otros muchos ofrecen salidas diversas y variadas”, expone esta profesora del grado de Administración y Dirección de Empresas.
Lo ven en el día a día de las numerosas jornadas de puertas abiertas organizadas, donde la implicación de los padres es creciente con los años. En la mayoría de estas jornadas, “además de profesores, suele haber gente de la empresa y alumnos”. Esto último, dice Aizpuru, “es muy importante” para los preuniversitarios, “porque hablar con gente que ha pasado por su trance hace dos o tres años les ayuda mucho. Cuando ven a los de sus edad, incluso les cambia la cara”.
“La creación de nuevas profesiones conlleva que los estudios al final no se limitan a cuatro años”
Mondragon Unibertsitatea lleva su labor orientadora también a muchos institutos que visitan durante el curso. “Algunos centros nos piden incluso ir a clases de primero de Bachillerato; visitamos muchos centros en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba ara explicarles ese primer paso y les encaminamos a las jornadas de puertas abiertas, que son específicas, de grados concretos”, señala esta docente. Las puertas abiertas de MU que están celebrándose desde este mismo mes y que se alargarán hasta mayo en algunos casos.
Asegura Aizpuru que en ellas se ve que “hay dos perfiles; dos agentes: hijos y padres y las preguntas de unos y otros no son las mismas. Los padres normalmente le miran a la empleabilidad. Vinculan el qué vas a estudiar, con eso en lo que vas a trabajar, y la pregunta es muy directa: En qué va a trabajar mi hijo o hija. Para ellos es muy importante”. También percibe las tensiones que generan, tanto en alumnos como padres, las notas y los exámenes de acceso.
La pregunta de los padres es muy directa: ¿En qué va a trabajar mi hijo o mi hija?
Aizpuru recuerda, sin embargo, que “el mundo está cambiando mucho y los trabajos también; están creándose nuevas profesiones, y esas son nuevas y malas noticias, porque conlleva que los estudios universitarios al final no se limitan a cuatro años. Entonces, está bien hacer algo que te guste, y creo que es lo importante, pero luego tienes que saber que te vas a tener que especializar, o que se están pidiendo nuevos perfiles, business y analytics, por ejemplo; es muy necesario hoy en día y hace diez años ni se conocía. Y es un perfil muy de futuro”, explica.
Orientación desde el instituto
Orientar desde el instituto La universidad pública vasca es otro referente. Acoge cada año a miles de familias de Gipuzkoa, Euskadi y otros puntos del Estado en sus jornadas de puertas abiertas. En la UPV/EHU desarrollan muchas actividades de orientación que empiezan también formando a los propios orientadores en los institutos y en los ciclos de grado superior de Formación Profesional (FP), en una fase previa. La labor de esos orientadores en fase preuniversitaria “es importantísima”. Lo explica Fernando Tapia, vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad, y por tanto “responsable del servicio de orientación universitaria”.
Una de las principales actividades orientadoras de la UPV/EHU para estos jóvenes y sus familias es la EHU azoka, la actividad estrella, “que hacemos en cada uno de los tres campus; este es nuestro escaparate principal para dar a conocer la oferta formativa de la universidad”, dice Tapia. Ayer también se celebró la última de estas ferias en el campus de Bizkaia, en la facultad bilbaina de Sarriko, pero el encuentro de Gipuzkoa, al que acudieron cientos de familias, tuvo lugar el 28 de enero.
Becas, transporte y alojamiento
“Luego tenemos jornadas de puertas abiertas, donde los estudiantes preuniversitarios vienen a la universidad, normalmente en abril y mayo. Cada vez miran más información antes de venir a las ferias y en ellas buscan información muy distinta. Sobre las titulaciones, en qué consiste cada una, qué plan de estudios tiene, que salidas profesionales pueden tener, si se ofertan prácticas, los programas de movilidad internacional”, asegura Tapia. Pero “también si hay becas disponibles, algo que cada vez se pregunta más”. Incluso información para personas con discapacidad: “qué ayudas, qué apoyos tenemos en la universidad, que por cierto, son muchas”.
“El tema del transporte” y las “posibilidades de alojamiento” también son temas que surgen en estos encuentros. “Donostia especialmente; y también Bilbao, donde cada vez más hay más problemas de alojamiento para los estudiantes”, explica el vicerrector. Dudas que el próximo año asaltarán a más familias.
Más cerca de la empresa
Las prácticas marcan la tendencia de la formación universitaria, cada vez más dual, como recalcan desde Deusto, la UPV/EHU y Mondragon Unibertsitatea, donde la fórmula de “aprender y trabajar” al mismo tiempo suscita muchas preguntas. “Cuando les dices a los jóvenes de 17 o 18 años que les va a tocar trabajar con personas de la edad de sus padres, les cambia la cara y preguntan cuánto tiempo les va a llevar, pero por otro lado vemos muchas ganas”. “Si es posible, dicen en MU, “desde el primer año se intenta poner en práctica las cosas que estudiamos porque cuando vas al mundo laboral, no piden notas, sino habilidades personales”.
