Es mucho lo que se cuece detrás del mostrador de una farmacia, y más desde que la globalización trajo consigo un desabastecimiento de medicamentos que parece llamado a perpetuarse. “En ocasiones, casi nos vemos obligados a echar mano de la imaginación”, reconoce a este periódico Miguel Ángel Gastelurrutia, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa (COFG). 

La falta de suministro afecta actualmente a más de 900 fármacos, según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). En buena medida, la externalización de la producción a países como China e India, siempre en busca de mano de obra barata, ha dejado la disponibilidad de fármacos a merced de contingencias globales. Y es suficiente cualquier alteración en estas regiones para que repercuta en el abastecimiento a nivel local.

Ocurrió en marzo de 2021, cuando el Ever Given -uno de los buques portacontenedores más grandes jamás construidos- se quedó atascado en el canal de Suez durante seis días, paralizando el transporte marítimo mundial, con la congelación de casi 10.000 millones de dólares de comercio al día. Aquella estampa, tan llamativa como lejana, acabó provocando desabastecimiento de medicamentos en Gipuzkoa. Algo que también ocurre cada vez que se registra alguna incidencia importante en el puerto de Shanghai, en la cima a nivel mundial en cuanto a actividad de transporte de mercancías.

Que falten casi mil fármacos parece pintar un panorama bastante sombrío para el sistema de salud, aunque Gastelurrutia rebaja la preocupación ya que, según advierte, “la inmensa mayoría” son medicamentos sustituibles por genéricos o marcas con los mismos principios activos. La población no percibe, por lo general, los efectos en primera persona de esta dependencia de suministro, ligada en un 74% de los casos, directa o indirectamente, a Asia.

“Son muchos medicamentos que están, y van a continuar, en desabastecimiento. Podría llegar a ser un problema serio, un problema social, pero la gente no lo vive así porque lo estamos solucionando gracias al trabajo de las farmacias y de todo el sistema sanitario”, revela el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa. 

Labor divulgativa a pie de mostrador

El primer paso a pie de mostrador suele ser la labor divulgativa en relación con fármacos que pueden ser sustituidos por los que faltan. Es el caso del Orfidal, el ansiolítico más vendido en el Estado, según los datos de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles. Un medicamento de actividad hipnótica y sedante que se usa frecuentemente para combatir el insomnio, y que “no hay desde hace tiempo”. Sí existe el genérico, lo que exige a las farmacias despejar las dudas que suelen mostrar los pacientes más suspicaces. 

Otro de los medicamentos de uso habitual en desabastecimiento es Avamys, un corticoide oral mediante inhalador para el tratamiento crónico de asma. Cuando las personas usuarias acuden a las farmacias de Gipuzkoa a retirar este fármaco, por lo general se ven obligadas a dar media vuelta y volver al médico para que les recete otro medicamento similar, con los mismos principios activos. 

Son situaciones que, en la práctica diaria, se solventan sin demasiados sobresaltos, pero hay ocasiones en las que falta físicamente el producto. El principal suministrador de medicamentos en el territorio es la empresa Distribuidora Farmacéutica de Gipuzkoa (DFG), que inauguró en febrero su nuevo enclave en el polígono industrial Eskuzaitzeta de Donostia. La firma mantiene acuerdos de colaboración con otros almacenes. Ante la escasez de medicamentos que no pueden ser sustituidos, las farmacias solicitan a la distribuidora que les ponga en contacto con empresas de otras comunidades autónomas, de donde, al cabo de las horas o al día siguiente, acaba llegando ese fármaco tan esperado por el paciente guipuzcoano. 

Farmacias en contacto a través de Whatsapp

Según explica Gastelurrutia, las farmacias del territorio mantienen contacto a través de grupos de Whatsapp, mediante los cuales intercambian constantemente información sobre las necesidades de unos y otros. Existen también otras herramientas digitales, como FarmaHelp, una plataforma que todavía no cuenta con la suficiente implantación en Gipuzkoa, pero que ofrece la posibilidad de conectar a la red de farmacias adscritas para ayudar a profesionales y pacientes a dar con el medicamento. 

Para los casos en los que todavía se complican más las cosas a la hora de localizar el fármaco, interviene un grupo en el que participan diferentes organismos, como Inspección y Dirección de Farmacia, responsables de hospital, de Atención Primaria y de distribución, “y entre todos tratamos de buscar ese medicamento, que quizá pueda llegar a encontrarse en alguna farmacia de un pueblo remoto”, explica Gastelurrutia, en lo que parece casi una labor detectivesca. 

Otro remedio, del que se ha solido echar mano, aunque no es lo habitual, pasa por hacer lo que los profesionales llaman fórmula magistral. Es decir, un medicamento preparado por el propio farmacéutico, o bajo su dirección. En otros casos se trae el fármaco del extranjero, una labor que realiza la Dirección de Farmacia a través de Inspección, y que en Gipuzkoa obliga al paciente a pasar por la Subdirección de Salud Pública, en la avenida de Navarra del barrio donostiarra de Gros. 

Son numerosas las alternativas para acabar despachando el producto en el estante. “Le dedicamos mucho esfuerzo, es una labor que agota porque exige un tiempo adicional, que además no tiene visibilidad. La gente lo que quiere es que le des el medicamento, y punto, pero detrás hay mucho trabajo y mucha organización”, asegura el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa. 

El precedente de la amoxicilina

La AEMPS está en permanente comunicación durante todo el año con los laboratorios, controlando su stock y los consumos de los distintos medicamentos, para garantizar el suministro y poder tomar medidas adicionales si fuera necesario. El objetivo es que no ocurra lo sucedido el año pasado con la amoxicilina, uno de los remedios pediátricos más comunes cuya falta de existencias, especialmente en jarabes, inquietó a pediatras y familias.

Se trata de un problema que, según detalla Gastelurrutia, ya se ha resuelto. “Hubo una serie de incidencias en la fabricación que este año no se están registrando. También es cierto que ha subido un poco su precio, lo que parece compensar más a los laboratorios a la hora de dispensar el medicamento”, según apunta Gastelurrutia.

El vicepresidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, Juan Pedro Rísquez, ya ha advertido que “los problemas de suministro de medicamentos han venido para quedarse de forma más o menos puntual”, no solo en el Estado sino también en Europa por causas relacionadas con “la deslocalización de los laboratorios, o con el precio de los medicamentos”, entre otros motivos. 

A la globalización de la producción y al aumento de la demanda, se añade que “solo haya dos o tres fabricantes de principios activos en el mundo, no más, y la mayoría están en China, donde hasta hace poco se cerraban ciudades enteras por covid, lo cual ralentizaba la cadena de fabricación”, indica.

Una lectura compartida desde Gipuzkoa, y a la que añaden otros problemas, como el que supone el precio del cartón y del papel. “El director de una empresa de genéricos me llegó a contar que teniendo cuatro millones de medicamentos preparados no podía darles salida porque no le llevaban los prospectos. El papel y el cartón se ha encarecido mucho, y todo ello influye en el aumento del desabastecimiento”, describe Gastelurrutia.

“Hay otro tema también determinante, y que de alguna manera que hay que coger con pinzas. No podemos decir que queremos que suba el precio del medicamento, pero es tan bajo que en esta situación de globalización los laboratorios miran hacia otros países del norte. España es uno de los países con los precios más baratos”.