El II Plan Estratégico de Servicios Sociales de Euskadi 2023-2026 apuesta por transitar de "un modelo familista y mediterráneo de bienestar hacia un modelo propio" que sea "público y comunitario" y que esté "desfeminizado" para dar respuesta a la longevidad, el envejecimiento y la dependencia.

Así lo ha explicado la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, en el Parlamento Vasco donde ha comparecido este miércoles para presentar el citado plan, que prevé subir el gasto en esta materia un 4,5 % cada año para situarlo en 1.491 millones de euros anuales en 2025 y en 1.695 para 2030.

"El cuidado de personas familiares adultas ha de ser una opción", debe estar "limitado en el tiempo" y contar con "apoyos públicos", ha defendido la consejera, que ha asegurado que "la crisis del modelo tradicional de cuidados genera oportunidades", y que corresponde a las instituciones el "liderazgo" del nuevo modelo de cuidados.

Melgosa defiende un modelo de servicios sociales público y comunitario

Melgosa defiende un modelo de servicios sociales público y comunitario Irekia

Fomentar la independencia

Para acometer esa transformación, ha señalado Melgosa, se deben impulsar los cuidados públicos, lo que implica aumentar el gasto público "de forma sostenible" y también "cuidar en la comunidad" con el objetivo de que sea posible "vivir en casa con los apoyos necesarios".

"Es necesario dar respuesta a la expectativa de las personas mayores que quieren continuar en su domicilio el mayor tiempo posible", ha recalcado la consejera.

Así, uno de los retos del nuevo plan es "reforzar la atención en la comunidad" frente a la atención residencial, así como impulsar el modelo de vida independiente entre las personas con discapacidad.

Más plazas y centros de menor tamaño

Todo ello buscando un "equilibrio" con la existencia de los centros de mayores, cuyas plazas aumentarán (tanto las de día, como las ocupaciones y las residenciales) y cuyo tamaño y unidades residenciales se reducirán "para asemejarlos en mayor medida a un hogar".

El plan, que también aboga por "desplegar el enfoque de género e interseccional", plantea que para 2030 el sistema esté listo para hacer frente al envejecimiento de la sociedad, teniendo en cuenta que en esa década la generación del 'baby boom' habrá concluido su "esperanza de vida libre de discapacidad o en buena salud".

Entre 2020 y 2031, según las proyecciones demográficas del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), se estima que la población de 65 o más años aumente en 118.300 personas, llegando a representar el 27,7 % del total (5,2 puntos más que en 2021).

Otras medidas

El futuro plan pone también el foco en la "integración" y para ello propone reforzar la red de exclusión y revisar las prestaciones económicas, así como impulsar los apoyos para la integración social.

El plan incluye además un mapa de Servicios Sociales que dimensiona el sistema en términos de plazas, personas usuarias y horas de Servicio de Ayuda a Domicilio, entre otros.

También se busca reforzar la atención a personas jóvenes con enfermedad mental y proporcionar respuestas adecuadas a las personas con discapacidad intelectual, haciendo mención a la necesidad de que el sistema de salud se ocupe más ampliamente de las personas con problemas de salud mental.