Gipuzkoa se queda con 16 estrellas en su panorama gastronómico. Si en la gala de la Guía Michelín celebrada hace un año bajó de 19 estrellas a 17 –la perdió el Mirador de Ulia y cerró eMe Be Garrote–, en esta ocasión la única estrella que cae es la del Zuberoa de Hilario Arbelaitz, que cerró sus puertas a finales de 2023. Se podría decir, por tanto, que la cocina guipuzcoana mantiene su alto nivel un año más.
Los galardonados se dieron a conocer en la gala de la Guía Michelín España 2024 celebrada en el Auditori Fòrum del Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona. Fue la primera gala en la que la selección de restaurantes se limitó al Estado, que ya Portugal tendrá su propia gala en 2024.
Fueron 15 los restaurantes reconocidos con las tres estrellas Michelin, entre ellos los guipuzcoanos Arzak y Akelarre, en Donostia, y Martin Berasategi, en Lasarte. Estos tres templos gastronómicos vuelven a recibir, por tanto, la máxima consideración. Un peldaño por debajo, con dos estrellas, se quedan dos restaurantes guipuzcoanos: Mugaritz, en Errenteria, y Amelia by Paulo Airaudo, en Donostia. Por último, los tres restaurantes del territorio que tienen una estrella son: Alameda, en Hondarribia, Elkano, en Getaria, y Kokotxa, en Donostia. En total, las citadas 16 estrellas.
No hubo novedades en Gipuzkoa de un año para otro, aunque el mérito, como subrayaron en la gala, es “mantener” el nivel. Eso sí, cabe destacar que en Euskadi se une al grupo de una estrella el restaurante Txispa, situado en Atxondo (Bizkaia) y que Martin Berasategi se lleva otra estrella por El Club Allard (Madrid). En total, el lasartearra cuenta con trece estrellas en diversos proyectos.
Reconocimiento a Arzak
Por otro lado, la Guía Michelin concedió el premio al chef mentor –que reconoce al cocinero que forma de manera regular a jóvenes promesas– a Juan Mari Arzak. Fue uno de los momentos más emotivos de la gala, ya que su hija, Elena, fue la encargada de recoger la distinción.
“El aita no ha podido venir. Recuerdo que yo era muy joven cuando me llamó por teléfono y me dijo que había recibido la tercera estrella. Eso fue en 1989. Me dijo que no sabía cuánto tiempo iba a durar eso, y aquí estamos”. Elena quiso transmitir otro mensaje de parte de su padre: “Me ha pedido que os diga que no os relajéis y que sigáis buscando la excelencia en vuestro trabajo”.