Las familias de la ikastola Langile de Hernani quieren hacerse notar en la resolución de la crisis de los comedores, que afecta, entre otros, a este centro escolar guipuzcoano y han creado un grupo de trabajo para seguir con atención el proceso.

El jueves por la noche más de un centenar de familias de Langile se reunieron y decidieron crear un grupo de trabajo cuyo objetivo es que “el expediente de resolución que ha abierto el Departamento de Educación del Gobierno Vasco con Serunion no se quede muerto o, al menos, no vaya despacio”, explica a este periódico Beñat Mendiburu Vallés, delegado de 6ª de Primaria en este centro y uno de los más activos en las reivindicaciones que comenzaron con una concentración en la Gudarien Enparantza de Hernani el pasado día 12.

“Este grupo de trabajo organizará protestas y acciones para que no se olvide esta cuestión”, insiste Mendiburu, que reconoce que, en el encuentro que tuvieron con el Gobierno Vasco, éste se comprometió a ir informándoles de cómo va el proceso. Eso sí, las familias también fueron alertadas de que la resolución del expediente “irá para largo”.

“No sabemos cuánto durará el proceso, al final es un tema jurídico”, comenta este padre de dos alumnos de Langile. El propio Jokin Bildarratz, consejero de Educación, ya alertó el jueves de que se demorará al menos dos meses: “Tenemos la ley de Contratos y a través de esa ley nos tenemos que mover. Es una ley garantista y la empresa tiene sus obligaciones, pero también sus derechos, y hay muchas cuestiones a tener en cuenta, pero la prioridad es el cuidado de las familias y de sus hijos e hijas”.

La ikastola Langile es una de las alrededor de 30 en Gipuzkoa donde lleva la comida Serunion, pero es el centro cuyas familias más se están movilizando. De ahí que hayan contactado con ellos “al menos un par de centros más” del territorio con la idea de expresar su descontento con el servicio de los comedores escolares. En la ikastola hernaniarra están muy encima del menú diario y, aunque la calidad de la comida “sigue sin ser buena”, no se han encontrado con más capítulos desagradables, salvo un día en el que un niño alérgico recibió en su menú un plato que no podía comer.

Respecto al aviso del Gobierno Vasco de que es “ilegal” que los responsables de los comedores de los centros públicos de Euskadi transmitan información relativa a los incidentes con la comida a agentes como las asociaciones de madres y padres (ampas), Mendiburu entiende “lógica” la postura de Educación, pero avisa de que las familias van a seguir estando “encima de este tema”.