Más de cien personas han participado este domingo en Errenteria en una nueva edición de Bizilagunak, los encuentros interculturales que organiza SOS Racismo con el objetivo de romper tabúes en torno a una mesa. “Se han conocido a las personas y no al marroquí o al latino que vive en tu pueblo”, señala Gerardo Carrere, coordinador de esta organización en Oarsoaldea.

En esta ocasión, catorce familias, entre autóctonas y migrantes, han participado en siete comidas bajo el lema Mesas que cuentan. Antes, entre las 13.00 y las 14.00 horas, otras 30 personas han disfrutado de un pequeño aperitivo con música, bertsolaris y teatro con el que conocerse mejor. “Ha sido una experiencia muy buena. Las comidas han funcionado muy bien y estamos muy contentos”, indica Carrere.

Gracias a estas comidas, cada año se derriban nuevos tabúes y la gente de fuera tiene la posibilidad de conocer a familias del pueblo, algo que siempre agradecen. “Este año, además, le hemos dado un papel destacado al euskera. Queríamos saber cómo lo vive cada uno y entender sus preocupaciones a la hora de integrarse”, señala el coordinador de SOS Racismo.

Precisamente, el idioma es muchas veces una de las barreras más difíciles de cara a una socialización que, con proyectos como estos, es más sencilla. “Depende de cada persona, pero hay gente que queda más allá de estas comidas. Eso es, sin duda, lo más a agradecer”, concluye.