El Pleno del Ayuntamiento de Usurbil decidió por unanimidad el pasado martes iniciar el proceso para la resolución del contrato para la construcción de su centro habitacional intergeneracional Txirikorda, compuesto por 24 viviendas comunitarias, uno de los emblemas del Gobierno municipal, y cuyas obras se vieron atrapadas, cuando estaban a punto de culminarse, por la compleja situación que arrastraban varias empresas del grupo Urbas, entre ellas Murias, la constructora guipuzcoana que se había adjudicado estos trabajos en octubre de 2021 por 1.953.312,02 euros.

Las obras debían haberse finalizado a comienzos de abril. De hecho, en mayo se sortearon las 24 viviendas entre los solicitantes, pero los impagos de Murias a varias subcontratas por los trabajos realizados en esta y otras obras terminó provocando el parón de la obra en marzo. Este mismo problema es el que ha motivado que el centro de Ikerbasque de Donostia, que albergará el ordenador cuántico de IBM, haya tenido que ser resuelto y adjudicado nuevamente a otra constructora. Las obras de Donostia ya están en marcha de nuevo.

Los problemas que arrastran varias constructoras del grupo Urbas, han provocado que no se puedan culminar las obras

La alcaldesa de Usurbil, Agurtzane Solaberrieta, reconoció se trata de una situación dolorosa. Dijo, en declaraciones recogidas en el periódico local Noaua, que el Ayuntamiento de Usurbil se ha visto forzado a tomar una decisión que no se había visto en los últimos quince años, una “decisión inusual”, pero motivada por “razones de peso” que han hecho imposible la culminación del proyecto.

Según dijo Solaberrieta, Construcciones Murias no ha cumplido los compromisos que había adquirido y aunque había cobrado la práctica totalidad de los trabajos realizados, ese dinero no había llegado a algunas de las empresas y a los trabajadores que levantaron el centro. A su destino legítimo, en definitiva.

La alcaldesa cifró en unos 60.000 euros el coste aproximado de los trabajos restantes para culminar Txirikorda y afirmó que el Ayuntamiento había llegado a alcanzar algunos compromisos con la propia Murias en los últimos meses, con la esperanza de poder reconducir la situación.

La constructora guipuzcoana del grupo Urbas le habría prometido al Consistorio en primer lugar que terminaría las obras para el 24 de julio. Posteriormente, para el 11 de septiembre, pero finalmente “no ha cumplido su palabra” y el Ayuntamiento “no ha podido hacer nada”. Murias, según Solaberrieta, habría revocado su compromiso de culminar los trabajos.

Los beneficiarios de las 24 viviendas intergeneracionales comunitarias tendrán que esperar para acceder a sus casas

La inversión realizada en Txirikorda ha superado ligeramente los dos millones de euros, según admite el Ayuntamiento, debido al encarecimiento de los materiales y otros imprevistos, y se ha pagado y ejecutado el 99,39% de las obras. El Consistorio no podrá, sin embargo, poner en marcha las obras pendientes hasta que concluya el procedimiento administrativo para resolver el contrato actual, lo que retrasará la fecha para entrar a vivir en las mismas.

La alcaldesa no ocultó la incertidumbre que genera esta situación, ya que después de iniciar el procedimiento para resolver el contrato, se ha abierto un plazo de diez días de audiencia para el contratista y avalista. Si en estos días no hay alegaciones, el ayuntamiento podrá valorar y terminar las obras y conseguir las certificaciones de fin de obra en un plazo relativamente corto; pero en el caso de que hubiera alegaciones, “no se puede prever cuánto puede alargarse” el proceso administrativo. “Queríamos evitar esta decisión, para no alargar más el proceso, pero así tendrá que ser”, dijo Agurtzane Solaberrieta en el pleno extraordinario.