Era la crónica de una muerte anunciada y el final ha llegado. Ikerbasque ha rescindido finalmente el contrato a la constructora Murias (Grupo Urbas), encargada de llevar a cabo las obras donde se construirá el nuevo nodo de supercomputación cuántica que albergará un ordenador cuántico de IBM -en Europa solo hay otro similar en Alemania-. Tal y como informó este periódico el pasado día 10, las tensiones financieras y "deudas" que acumula la empresa constructora, ya habían puesto en alerta al Departamento de Educación del Gobierno Vasco, desde el que hoy han confirmado a este periódico la rescisión del contrato.

Según ha venido denunciando ELA, las empresas subcontratadas por Murias, hartas de la situación insostenible del grupo, que "debe dinero a un montón de empresas de pequeño y mediano tamaño", se están plantando, lo que ha puesto a Murias en la lista negra del sector. La conclusión: "nadie quiere trabajar con ellos", denunciaba hace unos días en este periódico el delegado de ELA, Igor San José. En algunos casos los impagos superan el millón de euros, lo que para ciertas empresas puede supone la puntilla.

En esta situación, la Fundación vasca para la Ciencia ha decidido terminar con la agonía de la incertidumbre sobre el futuro del polo cuántico, tomando la decisión de rescindir el contrato y retomando conversaciones con algunas de las empresas que se presentaron al concurso en el que se adjudicó la obra a Murias. Mientras, las últimas máquinas salieron ayer mismo de los terrenos en construcción, situados junto al campus de la UPV/EHU de Donostia en Ibaeta, entre la actual instalación del Centro Nanogune y la futura nueva sede del DIPC.