Euskadi es la comunidad autónoma donde más han aumentado los fallecimientos por trastornos mentales seniles o preseniles, ya que han crecido un 17,6 % entre 2019, antes de la pandemia, y 2022.

La causa: las temperaturas extremas

Así lo refleja la Estadística de Defunciones por Causa de Muerte publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que compara también la evolución de muertes que hubo en el periodo comprendido entre mayo y agosto de 2019 y el mismo periodo de 2022 y las causas que influyeron en ellos, fundamentalmente las altas temperaturas registradas en todo el Estado, también en Euskadi.

De hecho Euskalmet calificó de histórico el episodio de ola de calor de julio pasado al no haber medido nunca valores tan elevados en ningún mes del año, con 43 grados en varios puntos de Euskadi.

Ese episodio de calor se concentró entre mayo y agosto de 2022, cuando en Euskadi aumentaron un 20,6 % las muertes por distintas causas respecto a ese mismo periodo de 2019. En el conjunto de ambos ejercicios anuales, de enero a diciembre, el incremento de la mortalidad fue menor, del 12,3 %.

En el periodo cuatrimestral de mayo a agosto el mayor incremento de la mortalidad en Euskadi se debió a trastornos mentales seniles o preseniles, que fue de un 27,5 %. Por detrás, otro aumento destacado lo tuvieron los decesos por enfermedades hipertensivas, un 25,8 % más que entre mayo y agosto de 2019.

Misma evolución que en el Estado

En el Estado también se produjo un aumento del 20,5 % en las personas fallecidas en esos cuatro meses respecto a 2019, concretamente fallecieron 157.580 personas, que el INE atribuye a enfermedades crónicas de riesgo ante las altas temperaturas, que además provocaron directamente más del doble de fallecimientos por golpes de calor y deshidratación que tres años antes.

En concreto, entre la primavera y el verano pasados, cuando se pulverizaron en el Estado los máximos históricos de temperaturas, se produjeron 122 golpes de calor mortales frente a los 47 de 2019, lo que supone un incremento del 159 %, y 233 casos de deshidratación, que subieron un 113,7 % respecto a los 109 del año prepandemia.

La mortalidad en ese periodo aumentó en todas las comunidades, pero mucho más en Ceuta (39,7 %); Canarias (26,8 %) y Baleares (26,1 %), seguidas muy de cerca por Murcia (25,9 %), Extremadura (25,4 %) y Andalucía (23,4 %).