Pasan las horas, y por el momento no hay noticias sobre el paradero de Martín Solís, el vecino de Errenteria de 65 años desaparecido en el monte Jaizkibel. Los servicios de emergencia mantienen activo el operativo de búsqueda de este hombre “deportista y metódico”, de quien se desconoce qué le ha podido ocurrir, un suceso que ha dejado una honda preocupación en su entorno más cercano.

“Estamos todos sorprendidos; es un hombre muy tranquilo y equilibrado, pero pasan las horas y seguimos sin saber nada de él”, lamentan. El dispositivo se estableció a última hora de la tarde del martes, después de que la familia del varón denunciara que el hombre había salido por la mañana a hacer una ruta por el monte Jaizkibel y no había regresado a casa.

Todos sus allegados se han sumado a la búsqueda de este irundarra, jubilado y con tres hijos, que a finales de los años 70 militó en el Club Deportivo Bidasoa y formó parte de la plantilla del equipo bidasoarra que logró el ascenso a la división de honor de balonmano, categoría en la que se mantuvo de manera constante hasta 2007. El equipo regresaría a la Liga Asobal en dos ocasiones más tras sendos descensos.

Dicen quienes le conocen que su vínculo con el mundo del deporte se ha mantenido a lo largo de toda su vida, y a él regresaba ahora con más dedicación, una vez jubilado como trabajador autónomo en el sector de la electrónica. “Siempre ha sido muy deportista. Habrá pisado Jaizkibel unas mil veces, pero el monte es muy grande y no sabemos lo que ha podido ocurrir. Se trata de un hombre muy cartesiano, no es ningún camicace”, describe un conocido que habla de Martín como de “un hombre de complexión fuerte, amigo de sus amigos, con su cuadrilla de Irun de toda la vida”.

Algunos de sus integrantes se han sumado a la búsqueda de este hombre que reside en el barrio de Fanderia, en Errenteria, donde ha tomado parte activa durante los últimos años en diferentes iniciativas, como la que supuso la movilización en contra del proyecto de reordenación del tráfico y del aparcamiento propuesto por el Ayuntamiento del municipio hace dos años.

Según informan fuentes del Departamento vasco de Seguridad, los servicios de emergencia mantienen activo el operativo, con un rastreo que se ha prolongado durante toda la jornada. Los familiares, que según discurrían las horas no lograron contactar con él por teléfono, fueron quienes interpusieron la denuncia por su desaparición.

A última hora de la tarde del martes se estableció un dispositivo de búsqueda coordinado por una técnica de Atención de Emergencias, que movilizó patrullas de protección ciudadana de la Ertzaintza junto a recursos de la UVR y un helicóptero, además de dotaciones de Protección Civil, Cruz Roja, DYA, y el Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi.