La facturación eléctrica de la Administración General de Euskadi y de sus organismos públicos dependientes se disparó el pasado año como consecuencia del incremento elevado de los precios, llegando al punto de multiplicarse por cuatro con respecto a 2020. Así, si hace dos años el gasto total fue de 22,2 millones de euros, el pasado ejercicio se cerró con 93,1 millones, con Osakidetza –29,3 millones–, las sedes del Gobierno Vasco –23,5–, Euskal Trenbide Sarea (ETS) –15,4– y la UPV/EHU –11,8– como los principales focos. Esta subida toma mayor relevancia si cabe al tener en cuenta que el consumo energético fue muy similar al de 2021, cuando el gasto fue de 55,7 millones.

De igual manera que se dio en cada hogar y en cada empresa, la inflación, el incremento de los precios y la guerra en Ucrania no fue algo ajeno para la administración pública vasca. Tal y como se detalla en una respuesta dada por el Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno a una cuestión realizada por escrito por EH Bildu, la facturación total de los edificios e instalaciones del Gobierno Vasco en 2022 ascendió a 93.130.599 euros, cuatro veces más que en 2020, cuando el coste fue de 22.204.837 euros, y casi el doble que en 2021, con 55.771.716 euros.

Para la comparativa, eso sí, hay que tener en cuenta que el gasto de hace dos años fue algo menor del habitual como consecuencia del confinamiento, que mantuvo varias instalaciones cerradas durante meses, y que durante el periodo de 2022 se modificaron el número de centros adheridos al contrato por nuevas transferencias, como las de las tres cárceles vascas, y la incorporación de nuevos centros.

Aún así, el consumo energético no ha sido tan elevado en comparación con el anterior ejercicio. En 2022, las instalaciones vascas consumieron 301.284.267 kWh frente a las 294.654.272 de 2021 y las 238.724.033 de 2020. Esto ha llevado a que en lugares como Osakide-tza se haya multiplicado por tres el gasto prácticamente con el mismo consumo. Si hace dos años los edificios del Servicio Vasco de Salud tuvieron una facturación de 7,8 millones, el pasado curso fue de 29,3. El mismo caso se da en la Universidad del País Vasco, que pasó de 31 millones de kilowatios la hora a 35 pasando de los 3,4 millones de euros de 2020 a los 11,8 del pasado año.

Entre los organismos con mayor consumo también se encuentran las sedes de la Administración General, incluida Lakua, que tuvieron un gasto de 23,5 millones, nueve más con respecto al año anterior; y ETS, que alcanzó los 15,4 millones de euros, siete más que en 2021.

Por encima del millón de euros de gasto se situaron el parque tecnológico de Itelazpi, en Zamudio (Bizkaia), EiTB, y la Sociedad Informática del Gobierno Vasco (EJIE), con 3,1 millones, 2,7 millones y 1,7 millones, respectivamente.

Entre el resto de entidades, destacan varias que han vuelto a índices de consumo de 2020 y que, a pesar de ello, han visto notablemente incrementado su gasto. La sede de Euskadiko Orkestra ha consumido lo mismo en 2020 y en 2022, pero la facturación pasó de 17.333 euros a 49.679 euros, mientras que el parque tecnológico de Miramon, en Donostia, redujo su gasto en 100.000 kilowatios para pasar de pagar 269.069 euros a 602.758 euros.

Hay más casos: Euskotren, de 119.840 euros a 389.095; Filmoteca Vasca, de 31.654 euros a 106.365; Kontsumobide, de 10.816 euros a 21.179; y Lanbide, de 279.421 euros a 770.033.

Medidas para ahorrar

Esta bajada en el consumo se debe, en buena parte, a la serie de medidas aplicadas por el Gobierno Vasco a partir del 1 de septiembre del pasado año para hacer frente a la subida energética. Así, los edificios vascos se sumaron a las indicaciones de la Unión Europea (UE) y redujeron la calefacción a un máximo de 20 grados y el aire acondicionado a no menos de 25, además de adelantar el apagado de la climatización.

Asimismo, se llevó un mayor control en el apagado de la iluminación –los edificios institucionales dejaron de alumbrarse por las noches– y se llevó a cabo el cambio de bombillas viejas por LED. A estas medidas también se sumaron las administraciones provinciales y municipales, algunas de las cuales como, por ejemplo, Tabakalera en Donostia, decidieron cerrar un día a la semana para conseguir un mayor ahorro energético.

Estas medidas continúan en este año, en el que el precio de la luz ha bajado con respecto a final del pasado curso. Tras el primer trimestre, la previsión desde el Gobierno Vasco es que esta última tónica se mantenga, lo que, junto a las acciones ya implementadas, permitirán reducir la facturación final.