En estos momentos la brecha salarial en Euskadi se sitúa en el 17,9%, que se traduce en que cada hombre cobra de media 5.914 euros más al año que una mujer. Más allá choque estético del dato, la brecha salarial tiene consecuencias indeseables para las mujeres ya que conduce a pensiones más bajas y a un mayor riesgo de pobreza. Esta injusticia salarial existe a pesar de que las chicas obtienen mejores resultados académicos en Bachillerato, en las Pruebas de Acceso a la Universidad y en las propias carreras. Esta realidad contrasta con la baja confianza y autopercepción de su talento y sobre sus expectativas profesionales. 

Esto ha quedado demostrado en el último Informe PISA, donde en el Estado español solo el 5,2% de las chicas espera trabajar en profesiones del ámbito de la ciencia y la ingeniería, mientras que el porcentaje de chicos es del 15,2%. Sin embargo, hay un 19,8% de ellas con expectativas profesionales en las ciencias de la salud frente al 6,9% de ellos. Cuando se analiza por qué se perpetúan los mismos patrones de elección: ellas, salud; ellos, tecnología y técnica, hay una razón que se repite constantemente: el sesgo de género. Y está presente en la elección tanto en Formación Profesional como en la Universidad. 

Según, la directora de Igualdad de la UPV/EHU, Elena Leiñena los datos de mujeres que estudian titulaciones STEM en la UPV/EHU, que son similares a los de otras universidades estatales, “evidencian la existencia de sesgos de género que tienen su origen en los roles culturales sobre lo femenino y lo masculino”. En ingenierías, dice, no se llega a una mujer por cada tres personas matriculadas (29,15% en grado y 31% en máster). Según Leiñena, este dato es “especialmente llamativo” en sectores tradicionalmente más asociados al género masculino (Automoción y Marina), donde la presencia de mujeres ronda el 7%. 

En cambio, el porcentaje de mujeres “es predominante”, cuando se trata de ingenierías relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo sostenible, por ejemplo, en los másteres en Ingeniería de Materiales Renovables (60%), en Ingeniería y Gestión Ambiental (75%); y en Rehabilitación, Restauración y Gestión Integral del Patrimonio Construido y de las Construcciones Existentes (71,43%).

Elena Leiñena, directora para la igualdad de la UPV EHU J. M. Martínez

“Hemos de ser capaces de impedir que los estereotipos interfieran en la formación”

Elena Leiñena - Directora de Igualdad de la UPV/EHU

TESTIMONIALES EN INFORMÁTICA

La directora de Igualdad de la universidad pública vasca llama la atención sobre la situación sobre la progresiva desaparición de las mujeres en las titulaciones de informática. “En España en los años 80 del siglo pasado, cuando la titulación era una licenciatura, era cursada por más mujeres que hombres. Sin embargo, en los 90 cuando comenzaron a denominarse ingenierías, el porcentaje de mujeres comenzó a decaer”. En la actualidad, las alumnas solo representan el 16% aunque “este porcentaje es algo superior en la UPV/EHU, donde en el presente curso alcanza el 19%”, comenta. 

En la universidad, el sesgo de género se aprecia en el ámbito tecnológico, no tanto en el científico. En el área de Ciencias, la presencia de mujeres estudiantes en la UPV/EHU es “equilibrada” con respecto a la de los hombres (54,02% de mujeres), si bien en alguna disciplina existen diferencias sensibles. Así, “mientras en Física solo alcanza el 35%, supera, como ocurre en las ingenierías, el 60% en titulaciones relacionadas con el Medio Ambiente”, afirma Leiñena. 

Eva Ferreira, rectora de la UPV/EHU. Oskar Gonzalez

“La UPV debe contribuir a la deconstrucción de roles y sesgos de género en esta sociedad”

Eva Ferreira - Rectora de la UPV/EHU

La directora de Igualdad incide en el hecho de que las chicas han ido desapareciendo de las aulas de Matemáticas a medida que las profesiones relacionadas con esta especialización han ganado prestigio. Leiñena asegura que desde los años 80 del siglo pasado hasta los primeros años del siglo XXI, las estudiantes mujeres eran una clara mayoría en las aulas. Sin embargo, a partir de esos años y a medida que ha ido creciendo el reconocimiento social y el valor de mercado de tal tipo de conocimientos, debido a la aparición y expansión de los mercados tecnológicos y la inteligencia artificial, el porcentaje de estudiantes mujeres comenzó a decaer considerablemente. En la actualidad, en el Estado es de un 35%. “Afortunadamente, en el caso de la universidad pública vasca, la presencia de mujeres y hombres en las titulaciones directamente relacionadas con las matemáticas es equilibrada”, recuerda Leiñena.

La libertad de elección, sin la barrera del sesgo, se ha convertido en un objetivo claro para la Universidad del País Vasco ya que, como agente tractor del cambio social, “debe contribuir en esta sociedad a la deconstrucción de roles y sesgos de género para que las mujeres vascas puedan desarrollar su personalidad y elegir su futuro de la forma más libre posible”, afirma la rectora de la UPV/EHU, Elena Ferreira. Por este motivo, añade, “el plan estratégico de la UPV/EHU 2022-2025 indica expresamente que el fomento de las vocaciones STEM y el liderazgo femenino serán ejes fundamentales de su IV Plan de Igualdad, en el que se va a comenzar a trabajar”. 

“Hemos de ser capaces de impedir que los estereotipos de género interfieran en las elecciones referentes a la formación y profesión de las personas o a su desarrollo integral”, añade Leiñena. En los cursos que con este objetivo se organizan en la Dirección para la Igualdad de la UPV/EHU, participaron el curso pasado más de 1.000 personas entre estudiantes, personal de administración y servicios y personal docente e investigador. También se ha puesto en marcha la Comisión STEAM para coordinar y armonizar las actividades que los distintos grupos docentes y de investigación están realizando para eliminar los sesgos de género en estas áreas del conocimiento.