Las denuncias de la Ertzaintza y de las policías locales de Euskadi por portar o exhibir armas blancas y objetos peligrosos en supuestos ilegales crecen un 19% con respecto a 2019. El Grupo de Trabajo integrado por el Gobierno Vasco, Eudel, y los municipios de más de 50.000 habitantes (Donostia e Irun en Gipuzkoa) ha mantenido, esta mañana en la sede central de la Ertzaintza de Erandio, una reunión para analizar los últimos datos de decomisos de armas blancas y objetos peligrosos por parte de la Ertzaintza y las policías locales de Euskadi.

Según los datos provisionales, en 2022, la Ertzaintza interpuso 440 denuncias por portar armas blancas en situaciones no permitidas.  Esta cifra, unida a la de las policías locales (528 denuncias) hace un total de 968 de denuncias en Euskadi, un 19% más que en 2019, último año comparable previo al Covid-19. En el caso de la Guardia Municipal de Donostia, el alcalde, Eneko Goia, cifró en otras 330 las decomisadas por la Guardia Municipal horas después del asesinato del joven Lukas Agirre en la plaza Okendo.

Ante estos datos, este órgano de trabajo interinstitucional ha acordado endurecer la cuantía de las sanciones cuando se tramiten estas denuncias dentro de la horquilla que permite la Ley de Seguridad Ciudanía. Así, portar un arma prohibida según la normativa, la sanción pasará de los 900 euros a los 1500 euros; portar arma reglamentaria , pero lugar o situación no permitida, la sanción pasará de 602 euros a 1000 euros.

"Les va a salir caro", ha advertido el viceconsejero de Seguridad, Rodrigo Gartzia, a aquellos que decidan sacar una navaja sin motivo justificado.