“Estamos en el final de esta pandemia como gran problema de salud pública”. El jefe de la UCI del Hospital Universitario Donostia, Felix Zubia, ha afirmado que la crisis sanitaria del coronavirus que ha traído al mundo por la calle de la amargura desde enero de 2020 está a punto de terminar, si no lo ha hecho ya, aunque ha llamado al cuidado de los sectores de la población más vulnerables y a seguir investigando el virus y la enfermedad: “No van a desaparecer”.

Hemos pasado el invierno sin apenas medidas y no ha habido explosión de casos”, ha anunciado Zubia en el programa Osasun Etxea de Euskadi Irratia, donde ha explicado que “este año, comparado con otros, tanto la COVID-19, la gripe y otros virus respiratorios se han adelantado: hubo muchos casos en diciembre y algo menos en enero, pero desde agosto hasta diciembre en nuestra UCI no hemos tenido ningún caso, en diciembre, cuatro; y en enero, uno”.

Zubia ha desarrollado que “en casi todos los casos había algún factor que bajaba mucho la inmunidad, como un cáncer, alguna enfermedad autoinmune, problemas respiratorios graves… El viernes miré por curiosidad nuestras hospitalizaciones y había dos casos de neumonía provocada por coronavirus”.

El uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público está a punto de desaparecer y la OMS ya baraja declarar el fin de la emergencia por COVID cuando la sociedad hace tiempo dejó atrás aquellos lunes y jueves en los que según cómo estuviera el semáforo, se podía cruzar al municipio de al lado para actividades no fundamentales o bajar a los bares a tomar café. En el último informe de Osakidetza, de frecuencia semanal, solo Altzo en Gipuzkoa se encontraría en la zona roja de la incidencia acumulada a 14 días por 100.000 habitantes. Oiartzun, Olaberria y Zegama, en naranja. Asteasu, Ibarra, Lasarte-Oria, Segura y Zumaia, en amarillo.

“Esta situación no tiene casi nada que ver con la de hace unos meses, un año o dos, y todo esto en un momento en el que apenas hay medidas de control”, reconoce el jefe de la UCI del Hospital Donostia apenas 10 días después de que Donostia y Azpeitia recuperaran las celebraciones del Día de San Sebastián. Algo impensable el pasado verano, cuando a las fiestas de un municipio o las de fin de curso le seguían una subida de casos.

“No es algo puntual de un día o una semana, sino que llevamos semanas así. No ha habido explosión cuando peor deberíamos estar, y en un punto en el que apenas tenemos medidas, lo que nos obliga a ser optimistas”, ha añadido Zubia, que no se ha mostrado preocupado por las futuras variantes: “Sabemos que en China están dándose muchos casos, aunque no es fácil conocer la realidad de allí. Surgirán nuevas variantes, como la que surgió en EEUU, que no está suponiendo un especial peligro para nosotros, pero será verdaderamente difícil que esas variantes futuras esquiven nuestros niveles de inmunidad”.

Zubia ha añadido que “la enfermedad no va a desaparecer, pero el impacto que tiene en la salud pública y en nuestro modo de vida bajará muchísimo, casi hasta la normalidad. La etapa más difícil ha terminado o está terminando. No quiere decir que la enfermedad haya desaparecido, como otras, lo que significa que habrá gente que deba protegerse, como ocurre en cualquier otra enfermedad”.

Futuro: cuidados e investigación

La pandemia ha dejado registrados en la Comunidad Autónoma Vasca al menos 8.408 personas fallecidas, según el último boletín de Osakidetza el lunes pasado, de los que 7.299 tenían 70 años o más. Será uno de los sectores de la población que mayor atención deberá prestar al virus en el futuro: “Los de cierta edad en adelante, deberemos debatir desde qué franja, junto a quienes tienen problemas de salud crónicos o niveles bajos de inmunidad”. Más que “una vacunación general”, Zubia cree que estas capas de la población deberán vacunarse con regularidad en el futuro.

Sobre todo, porque la propia evolución del virus seguirá siendo una incógnita con la que habrá que convivir: “Habrá que ver si el coronavirus se cronificará como sigue el catarro o si será un virus más vinculado a una determinada estación del año. Nos lo dirá la investigación”.

Zubia ha considerado fundamental el trabajo de la ciencia: “Debemos seguir investigando la COVID permanente, y ahí hay mucha gente afectada, con lo que habrá que estudiarlo bien; y además, el propio virus lo debemos analizar aún más y aplicar enseñanzas en otros virus: se han generado nuevas técnicas de hacer vacunas que se pueden aplicar a otras enfermedades, tratar de anticiparnos a este tipo de virus… La investigación deberá continuar en los laboratorios y cuidando de los enfermos con covid permanente y de los sectores más vulnerables”.