El que ha sido el símbolo por excelencia de la pandemia, la mascarilla, desaparece del transporte público después de tres años de la irrupción de la mayor crisis sanitaria del siglo. Esta restricción se estableció el 4 de mayo de 2020, durante la primera ola, pero ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció que el Consejo de Ministros del próximo 7 de febrero aprobará la retirada de la obligatoriedad de las mascarillas en trenes, aviones, autobuses o metro.

La ministra justificó esta decisión por “la situación epidemiológica” del covid, “muy estable en todos los indicadores”. Y es que la esperanza de que la pandemia pase a estar completamente controlada es cada vez más real. El avance de la vacunación y la escasa incidencia de la explosión de casos en China hace que se pueda decir adiós al cubrebocas de forma definitiva. Es por ello que los expertos que conforman la Ponencia de Alertas han decidido que es el momento para su eliminación.

Sin embargo, su uso seguirá siendo obligatorio, también por recomendación de los expertos, en los centros sanitarios, los servicios sanitarios, establecimientos como farmacias, y los centros sociosanitarios para los visitantes y los trabajadores. La semana pasada, Darias informó de que la posibilidad de eliminar la obligatoriedad de la mascarilla también en farmacias es un tema que se está “sopesando” atendiendo a los criterios de los expertos. Pero ayer, la ministra no aclaró cuándo y si se retirará la mascarilla en el ámbito sanitario. “Vamos paso a paso”, dijo.

Desde hace varias semanas, los expertos habían trasladado que no parecía muy lógico usar las mascarillas en el transporte, cuando hay muchos otros espacios donde la población se expone sin restricciones en reuniones masivas, como conciertos, bares y fiestas de los pueblos.

Por ejemplo, el consejero científico del Centro Nacional de Gripe, Rafael Ortiz de Lejarazu, llegó a cuestionar “¿por qué es obligatorio seguir llevando la mascarilla en el transporte público si no es necesario hacerlo en las aulas. ¿O por qué es obligatoria si se vuela con una compañía española, pero no, sin embargo, si se hace con una francesa?”

Reunión con las CCAA

Antes del Consejo de Ministros del 7 de febrero, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se reunirá la semana que viene para “tramitar toda la parte administrativa” de la retirada de las mascarillas, “participar de esta medida y llevarla a efecto”.

Darias no concretó cuándo exactamente entrará en vigor la medida una vez aprobada en el Consejo de Ministros, aunque los acuerdos del Gobierno se suelen aprobar al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado, por lo que la retirada oficial de las mascarillas podría ser el 8 de febrero.

Como balance, la ministra defendió que la gestión de la pandemia ha sido “coordinada, consensuada y con una hoja de ruta planificada”, y “de la mano de las personas expertas”, argumentó.

Las críticas a continuar con los protectores faciales en el transporte habían arreciado, sobre todo, desde el sector de las aerolíneas que consideraban un “auténtico despropósito” que España fuera “el único país de la UE que siguiera obligando al uso de la mascarilla en el avión y de los pocos a nivel mundial”.

Opiniones

Aunque era una decisión largamente meditada y anunciada, no todos los virólogos comparten esta decisión con la misma firmeza. “Hay que tener en cuenta que, aunque decaiga la obligatoriedad como tal, en un transporte público en hora punta, la mascarilla es un gran elemento de protección”, apunta José Antonio López Guerrero, virólogo de la Autónoma de Madrid.

Por otro lado, el epidemiólogo Amós García Rojas reconoce que en un inicio se encontraba más a favor de retirarla en marzo, época del fin de los virus respiratorios, pero ahora, y ante la estabilización de la incidencia, es “razonable” eliminarla en los transportes públicos. “Debo ser consciente de que la situación epidemiológica es buena, con una incidencia prácticamente plana, y lo que es más importante: en el resto de Europa también es así la situación”. Con todo, recuerda que “lógicamente todas estas medidas son reversibles”. “Si la situación de la incidencia cambia, entiendo que se volverá a determinar el uso de la mascarilla”, ha aclarado.

Primera ola

  • 4 de mayo de 2020. Esta restricción se estableció el 4 de mayo de 2020, durante la primera ola.

En otros espacios

1 año

La mascarilla dejó de ser obligatoria en exteriores el 10 de febrero de 2022. Dos meses después, el 20 de abril, también se abandonó su obligatoriedad en interiores, salvo en centros sanitarios.

Historia reciente

Cubrebocas, en el ojo del huracán

  • Escasez. La polémica con las mascarillas se instaló desde el principio, cuando la escasez mundial obligó a recomendarlas solo a personas enfermas, con síntomas o sospechosas de estar contagiadas. Hasta el 4 de mayo de 2020, cuando por primera vez pasaron a ser obligatorias una vez se pudo bajar su altísimo precio gracias a los topes fijados.
  • A la playa. Del transporte saltó en días a “la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o abierto al público, siempre que no fuera posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros”. Así es como hubo que llevarse la mascarilla a la playa en el verano de 2020.
  • En exteriores. El periplo del cubrebocas marcó una nueva etapa en marzo de 2021, cuando pasó a ser obligatoria en exteriores incluso cuando se pudiera respetar la distancia interpersonal debido a que así se recogía en el trámite parlamentario de la ley de nueva normalidad.