¿Después de la pandemia, el sector de la salud y en concreto el IMQ está avanzando más en la innovación?

Así es. Seguimos trabajando en ello porque la innovación ha de ser permanente y da, además, frutos. Ya antes vimos que con la pandemia, gracias a los esfuerzos que habíamos hecho previamente en materia de innovación y transformación digital, pudimos encarar la situación de forma mucho más eficaz y prestar el servicio necesario en medio de un reto tan disruptivo como ha sido la pandemia, que nos cogió a todos por sorpresa.

Nos cogió a todos por sorpresa y ahí el sector sanitario tuvisteis que mover ficha y poneros las pilas inmediatamente porque esto nos explotó en las manos a todos…

Sí, a todos, al sector sanitario y también a las compañías aseguradoras, que entre sus coberturas no contemplaban las pandemias y aun así desde IMQ lo asumimos como servicio público una vez que la OMS declaró la epidemia mundial. En el caso de las clínicas. contábamos con previsión para la gripe aviar o el Ébola y nos ayudó también que teníamos la acreditación de la Joint Commision International fuimos, de hecho, el primer hospital vasco en acreditarse y uno de los primeros a nivel nacional), y la Joint contempla protocolos y procedimientos para una pandemia con lo que, de alguna forma, habíamos hecho ensayos. También habíamos previsto acopio del material que podríamos necesitar para una situación parecida y eso nos permitió estar mejor preparados, si bien por cuestiones organizativas sufrimos también mucho impacto. Tuvimos hasta que separar funcionalmente a los pacientes.

Cuando hablamos de innovación en lo tecnológico en el ámbito de la salud, ¿qué está haciendo el IMQ en ese sentido?

En el ADN del IMQ está la innovación. Fuimos la primera empresa de la sanidad privada en todo el Estado; llevamos ya 88 años innovando y gracias a eso somos líderes aquí en Euskadi y ocupamos a nivel nacional la sexta posición. Todo esto creo que da una idea del empuje y la fuerza del Grupo.

En el ADN del IMQ está la innovación. Fuimos la primera empresa que creó una iguala en todo el estado.

Fuimos también el primer centro que pusimos en marcha un robot Da Vinci en 2006. También el primer hospital en incorporar un acelerador lineal Truebeam. Y en mayo hemos estrenado un escáner, el último TAC, que es el primero que hay en el sur de Europa y que hace unos estudios de corazón lo más avanzados hoy posible.

Hablemos de proyectos. ¿Qué es Osasunberri?

El proyecto Osasunberri nace gracias a la vocación de colaboración, que ha sido una máxima siempre dentro del Igualatorio, con instituciones como universidades, compañías tecnológicas o también con el cluster de salud. Un proyecto que cuenta con el apoyo del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente y que agrupa 27 entidades distintas en favor de la innovación. Entre ellas hay sociedades farmacéuticas, hospitales, organizaciones sanitarias, el clúster, centros tecnológicos, la red vasca de ciencia y tecnología … Todo ello nos ha permitido conformar un proyecto que en nuestro caso vamos a implementar tanto en la parte quirúrgica, como la de hospitalización y en las urgencias, abundando en la innovación, la transformación digital y la implantación de nuevas funcionalidades en distintas áreas.

¿Y sobre la transformación digital qué está haciendo el IMQ?

Venimos avanzando en transformación digital desde hace varios años, especialmente en la parte de atención y relación con los asegurados. Ya teníamos en marcha las videoconsultas, el chat médico, la historia clínica, la prescripción digital… en un proceso de renovación tecnológica y de innovación constante. En el caso de la historia clínica lo que estamos haciendo ahora es intentar integrar también la parte clínica hospitalaria para que el paciente tenga una historia clínica única junto con Osakidetza. De esta manera, si necesita ciertos documentos en un momento determinado, independientemente que haya sido atendido en el ámbito de la salud pública o en la privada, pueda disponer de ellos y facilitárselos al profesional médico que lo requiera.

¿Cuántos pacientes y trabajadores tiene el IMQ?

Tenemos más de 380.000 particulares y más de 1.000 empresas aseguradas y a nivel de Grupo una plantilla de más de 2.800 personas. En las clínicas contamos con unos 1.200 trabajadores, pero hay que sumar los de las otras 5 divisiones existentes: IMQ Seguros, Igurco en el ámbito sociosanitario, los servicios clínicos, los servicios generales y la División de Prevención, ésta última también líder con más de 10.000 empresas cliente.

El IMQ fue también pionero en ese canal de acceso a la ciudadanía…

Cuando nació IMQ no había asistencia sanitaria como tal. No existía ni siquiera la seguridad social sino solo hospitales de beneficencia. Un grupo de seis médicos visionarios cooperaron para poner en marcha un sistema de igualas. A cambio de una módica cantidad se prestaba asistencia a familias que de otra no podían permitirse acceder a la sanidad pudiendo abarcar así a la población en general.

Has hablado de la convivencia entre Osakidetza y el IMQ, la coexistencia entre la sanidad pública y privada. ¿Cómo es esa colaboración?

La importancia de la colaboración público-privada ha sido una preocupación que hemos tenido siempre en IMQ. Hemos facilitado apoyo al sistema público cuando se nos ha necesitado, entre otros momentos durante de la pandemia, y cuando nosotros hemos demandado alguna ayuda ha sido correspondida. Creemos en la complementariedad. Por eso, tenemos una relación de años que beneficia al ciudadano porque siente que está bien atendido en varios ámbitos.

Y de cara a los próximos años, ¿qué retos tiene que afrontar el IMQ en innovación?

Lo fundamental es seguir con la transformación digital, evitar los papeles, mejorar la asistencia al paciente y continuar con el desarrollo de la historia clínica además de fortalecer el compromiso con del desarrollo socioeconómico y el vínculo que tenemos con Euskadi.

"Lo fundamental es seguir con la transformación digital, evitar los papeles, mejorar la asistencia al paciente y continuar con el desarrollo de la historia clínica"

Por otra parte, estamos participando en varios proyectos. El Bind 4.0, donde participamos con aquellas startups que están saliendo y acompañándolas en el B Accelerator Tower, en Innolab. Es decir, cuando hay empresas que están relacionadas con nuestro sector y necesitan el apoyo nosotros les aportamos el conocimiento que podamos tener. Por ejemplo, el caso de Cyber Surgery, una empresa de Euskadi que está desarrollando un robot para la cirugía de columna y donde nosotros también participamos. Histocell, es, por su parte, una empresa biotecnológica con la que también colaboramos en la parte de terapias regenerativas y tratamiento de heridas, de curas vasculares… También participamos con Lupus que es una sociedad que trabaja con la inteligencia artificial de la imagen y con quien hemos hecho cursos de formación. En algunos de ellos, por ejemplo, a partir de unas gafas de visión digital el personal se pone en situación y tiene que ayudar a una persona con parada cardiorrespiratoria. Ahora lo que toca es avanzar para ver cómo podemos sacar lo mejor de esas nuevas tecnologías que tenemos.