José Luis Carreira, jefe de circulación en la estación de Santiago desde 2008, ha manifestado en la sexta jornada del juicio por el accidente del Alvia que escuchó quejas sobre la "curva complicada" de A Grandeira antes del accidente del 24 de julio de 2013 que costó la vida a 80 personas y heridas a otras 145.

En la Ciudad de la Cultura, que acoge esta vista oral, el testigo ha dicho este jueves "algún comentario tengo oído de algún maquinista antes del accidente", pero al fiscal Mario Piñeiro no le ha podido concretar qué conductores se quejaban: "Era en general. Ninguno en concreto".

Sí ha puntualizado que estas conversaciones circulaban cuando se estaban produciendo las pruebas de la línea entre Ourense y Santiago. Y ese sentir generalizado se centraba, según ha relatado, "en la entrada en Santiago", que era "complicada por la curva".

No lo interpretó como un "riesgo real"

En todo caso nunca lo interpretó como un riesgo real y sí como "una cosa más que se podía mejorar". "Lo que entendí es que podía estar mejor señalizada", ha concretado Carreira, pero este asunto nunca lo elevó al Adif por no estar entre sus cometidos hacerlo.

"No tengo forma de trasladar eso a nadie. Puedo trasladar averías que ocurren en mi sistema", ha declarado.

A otro abogado acusador le ha recalcado: "Las evaluaciones de riesgo se hacen antes de todo eso. Yo no las hago. Yo no tengo conocimiento de cómo está la vía. Yo sólo regulo el tráfico, no voy por la vía".

Ninguno de los dos acusados, ni el maquinista Garzón Amo, ni tampoco Andrés Cortabitarte, el exjefe de seguridad en la circulación de Adif, están presentes. Ambos pueden libremente decidir porque están exonerados. A uno y a otro se les imputan 80 fallecimientos por imprudencia grave profesional, 145 lesiones por el mismo motivo, y un delito de daños.