El consorcio vasco liderado por BBK adquirirá la división tecnológica de Ayesa, cuyo máximo exponente es Ibermática, cuya denominación perdió el año pasado al ser absorbida por la empresa sevillana pero perdura en Ibermática Fundazioa creada ese año para el impulso de la innovación, la formación, el empleo y la responsabilidad social corporativa. Su cambio de nombre a Ayesa Euskadi no ha calado en la sociedad guipuzcoana, que sigue conociéndola por Ibermática.
Creada en 1973 por la entonces Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, hoy Kutxabank, y Telefónica, esta compañía tecnológica con sede en Donostia fue pionera en un ámbito que entonces se encontraba poco desarrollado y antecedió a grandes firmas como Google (1998) o Microsoft (1975). La apuesta fue la acertada, a juzgar por su evolución posterior y por el interés que ha generado durante su trayectoria por parte de fondos de inversión y empresas.
Consultora tecnológica
Esta empresa ofrece un servicio de consultoría en tecnologías de la información a empresas, además de integrar sistemas de información en las organizaciones y dotar de las infraestructuras necesarias para que un negocio se digitalice. Su ámbito de actuación es muy variado y atiende a sectores como las finanzas, la industria, los servicios, la salud y las administraciones públicas.
El primer movimiento en el accionariado de esta firma guipuzcoana se produjo hace más de diez años, en 2013, cuando el fondo de inversión ProA Capital de Madrid se hizo con la mayoría del capital, un 55%, tras la salida de las entidades financieras Banco Sabadell, CaixaBank y Caja 3. Por su parte, la fundadora Kutxabank redujo significativamente su presencia, de casi un 48% al 15%, en una decisión que atribuyó a las exigencias que trasladó al sector de la banca el Banco Central Europeo para desinvertir en empresas.
Valoración en 60 millones
La operación se saldó con 32 millones pagados por ProA Capital, lo que significaba valorar a Ibermática en 60 millones de euros, una cifra que desde algunas instancias se consideró baja. La empresa conservó su sede en Donostia con una propiedad formada por el fondo de inversión madrileño con un 55%, Kutxabank con un 15%, Once con otro 15% y el equipo directivo, que se quedó con el 15% restante.
La actividad tecnológica de Ibermática fue adquiriendo mayores dimensiones a medida que transcurrían los años y surgían innovaciones tecnológicas que creaban necesidades en la actividad económica, por lo que su facturación fue creciendo hasta que en 2022 captó el interés de la firma tecnológica Ayesa de Sevilla, que la compró por 160 millones de euros, casi tres veces más de la valoración que realizó ProA Capital nueve años antes. Dos años después procedió a su absorción y le asignó la función de compras de nuevas empresas, como las andaluzas Emergya y Proxia que trasladaron su sede a Gipuzkoa.
Revisión de su valor: 500 millones
La elección del consorcio vasco conformado por BBK, el instrumento Indar de Kutxabank y el Gobierno Vasco marca otro paso en esta emblemática empresa guipuzcoana que cerró el pasado ejercicio con una facturación de 800 millones de euros. Su valoración ha vuelto a registrar una fuerte subida, puesto que los 500 millones propuestos por el consorcio vasco triplican los anteriores 160 millones.