Los técnicos del servicio de montes de la Diputación de Gipuzkoa tienen estos días la mirada puesta en los bosques más de lo habitual. La falta de precipitaciones de las últimas semanas y el intenso viento del sur mantienen la vegetación del territorio más seca de lo que ya suele ser habitual por estas fechas, por lo que el riesgo de incendios forestales sigue muy alto. Ante esta situación, la mayoría de los retenes de voluntarios y cinco camiones con cisternas de 8.000 litros de agua permanecen activos vigilando los montes guipuzcoanos.

A pesar de que la temporada de peligro de incendios en Gipuzkoa suele darse entre el 1 de octubre y el 31 de marzo, no suele ser habitual tener que activar la vigilancia en los bosques del territorio por estas fechas. “Mientras se mantenga el fuerte viento del sur, que seca la vegetación con una rapidez pasmosa, el peligro de que el lecho prenda es muy alto”, avisa Iñaki Azanza, técnico del servicio de montes de la Diputación.

La falta de lluvias en las últimas semanas, unido a la humedad baja del territorio y las rachas altas de viento, crean una combinación peligrosísima que ha llevado al Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco a extender el aviso amarillo por incendios hasta como mínimo este jueves. Las llamas surgidas el domingo en Balmaseda (Bizkaia) son un aviso de lo que podría ocurrir también en Gipuzkoa y, por ello, la gran parte de los once retenes de voluntarios con los que cuenta el servicio foral se encuentran en vigilancia. De igual modo, cinco camiones que habitualmente suelen ser usados para transportar madera han sido requeridos para sumarse a las guardias portando cisternas con capacidad para 8.000 litros de agua.

Asimismo, la Diputación mantiene la conexión abierta “en todo momento” con los bomberos del territorio para actuar con suma rapidez en caso de declararse un incendio. “Con un viento tan salvaje como el de Balmaseda es muy complicado trabajar. Cuando se dan más de 30 kilómetros por hora solo se puede hacer desde los laterales y así cuesta mucho sofocarlos”, explica Azanza.

En principio, el riesgo de fuego es similar en todo el territorio, sin que haya zonas especialmente vulnerables frente a otras. “En verano puede que sí las haya, pero ahora mismo no. No hay ninguna diferencia entre la costa y el interior”, revela el técnico foral, asegurando que la mejor prevención siempre recae en la ciudadanía. “La sociedad guipuzcoana está bastante concienciada y sabe que con este tiempo, por ejemplo, está prohibida la quema de zarzas. La mayor parte de la gente lo cumple”.

Aviso amarillo hasta el jueves

Las directrices de los técnicos del servicio de montes de la Diputación se marcan según las estimaciones que hace Euskalmet, quien fija las alertas ante cada situación. En estos momentos, toda Euskadi se mantiene en el aviso amarillo por riesgo de incendios forestales, una alerta que ya lleva varios días activa y que se prolongará, como mínimo, hasta mañana.

Desde el miércoles, sin embargo, el aviso amarillo por viento fuerte dejará de estar activo, ya que se espera una reducción significativa de su potencia. Las temperaturas máximas también descenderán, mientras que las mínimas subirán ligeramente. No obstante, la situación podría volver a ser peligrosa el jueves, ya que la predicción apunta a que en la vertiente cantábrica se podrían alcanzar los 30 grados de temperatura y a que el viento podría regresar de cara al fin de semana.

Mientras no llueva y la vegetación siga seca, el riesgo va a estar activo. Es muy complicado estar tranquilos si no llegan las precipitaciones”, observa Azanza, que confía en que las imágenes capturadas estos días en Bizkaia no se reproduzcan en Gipuzkoa. “Para ello la vigilancia es fundamental y esperamos que todo quede en nada”, apunta.