“Es un desastre. Empezaron el verano (las nueces) sanas, sanas, y de repente, en muy poco tiempo, se empezaron a ennegrecer todas, y a tomar por saco. Y en toda esta zona estamos así”. Es la frustración que sienten en este caserío de Olaberria. Uno más. Este año serán pocas las nueces que venderán en las ferias de Beasain u Ordizia, donde habitualmente venden sus productos del caserío. El año pasado las vendían a cinco euros el kilo

Es tiempo de nuez. Lo es de “Pilaricas a todos los Santos”, pero este año la buena nuez está cotizada o lejos de Gipuzkoa. Los frutos del nogal parecen ciruelas negras a simple vista. La piel que recubre en el árbol a este característico fruto seco de consumo habitual en sidrerías y hogares, se ha vuelto completamente negra. Adiós a su verde natural. 

Son muy pocas las que se libran y su venta parece condenada. En primer lugar, porque su aspecto ya no es el mismo. Al desprender la piel que recubre la cáscara que rompemos para comer la nuez, esta se muestra también ennegrecida. “Ya no es una nuez limpia” y eso ya la deprecia en el mercado.

Y en segundo lugar, porque algunas de ellas están también están afectadas en su interior, con un aspecto marchito y mohoso. En algunos casos, otros productores refieren “un sabor más amargo”. 

Nueces negras plaga

La venta de nueces ya no es lo que era, reconoce Rosario, una veterana de las ferias de Beasain y Ordizia. “Antes llevabas un cesto lleno y se vendía todo. Y sin embargo, en los últimos años cada vez se vende mucho menos. La gente no compra igual”, reconoce. Pero este año será aún peor.

También la sequía ha afectado. Hay algunos árboles que no se han visto afectados y “han dado mucho fruto, pero pequeño”. Nos muestran la diferencia entre una sana y otra dañada: la piel verde todavía de la nuez sana, frente al negro de la dañada por esta plaga. 

“La nuez tiene que estar verde y húmeda cuando se recoge, y luego tiene que estar aproximadamente un mes secándose, antes de verderla. Y esta vez no están húmedas. No tienen ni peso”, asegura Javier, que rompe una y nos muestra el interior de la nuez. “Mira, la carne del fruto no está normal. Su textura no es la misma”. 

“Dos o tres años”

Aunque en el laboratorio de sanidad vegetal de la Diputación de Gipuzkoa prefieren no hacer especulaciones hasta analizar muestras y recuerdan que "también hay un hongo y una bacteriosis" que son capaces de provocar el ennegrecimiento descrito en la piel de las nueces, los principales sospechosos de esta plaga son dos.

Algunas fuentes apuntan a la mosca de la nuez, un insecto cuyos efectos ya han sido documentados en Galicia, pero que en Gipuzkoa no han sido contrastados en laboratorio. Por su parte, fuentes del Gobierno Vasco señalan a la carpocapsa, conocida también como el gusano de la nuez y que también afecta a otros árboles frutales. De entrada, cualquiera de estos dos sospechosos podría ser. “Ambos son compatibles, pero sin tener una muestra en laboratorio, es difícil asegurar el origen”, aseguran fuentes forales. 

En todo caso, esta plaga afecta solo al fruto, no al árbol, por lo que la próxima cosecha no necesariamente debería estar afectada, según apuntan fuentes del Gobierno Vasco. Es decir, que los árboles sanarán y además existen tratamientos y soluciones.

Aunque la voz de alarma no había saltado hasta ahora, varios productores aseguran que “llevamos ya dos o tres años” que ya se estaban viendo casos de estos, “pero este año ha sido terrible”. 

En Gipuzkoa, los casos se concentran en las comarcas de Goierri y Tolosaldea, donde “la mayoría de zonas se han visto afectadas”, aseguran productores del primer sector, mientras que en otras comarcas la afección es menor. La plaga, en todo caso, se concentra en Gipuzkoa y Bizkaia y no ha afectado apenas en Araba, según fuentes del Gobierno Vasco.

Larvas dañinas

La carpocapsa o gusano del manzano es la plaga más importante de manzanos, perales, nogales y membrillos. El causante es un polilla que deposita sus crías sobre el fruto y se introducen en el mismo, lo que ocasiona importantes pérdidas para los productores. 

Las primeras mariposas aparecen a finales de mayo o principios de junio y la segunda generación a finales de julio, aproximadamente. Por lo general, efectúan la puesta sobre las hojas que rodean los frutos, salvo en verano en que lo hacen directamente sobre aquellos. Al cabo de unos días tras la puesta, los huevos eclosionan y las crías de oruga comienzan a mordisquear los frutos para más tarde introducirse en ellos.

Por su parte, la mosca de la nuez (Rhagoletis completa) es originaria de América del Norte (EEUU y México) y llegó a Europa a finales de la década de los 80. Tiene un aspecto y un tamaño similar al de la mosca común, pero es más colorida, con bandas amarillas y negras en el abdomen y tres manchas transversales oscuras en las alas.

Los adultos emergen del suelo a partir de junio y las hembras perforan la piel que recubre la nuez en el árbol y ponen sus huevos justo debajo. El problema viene después, cuando a los 5-7 días eclosionan las larvas: estos gusanos blancos se alimentan de la carne del caparazón durante un periodo que va desde las dos a las cinco semanas y como consecuencia, la piel se vuelve viscosa y ennegrece, provocando la caída prematura de la nuez al suelo. El daño causado al fruto en este caso se agrava si la temporada se adelanta, como ha sucedido este año.