Bilbao- Amputación traumática, herida penetrante en tórax, fracturas múltiples... Suena al mejor drama médico de la TV, Urgencias, cuya seña de identidad era la entrada del paciente a toda velocidad por los pasillos del hospital, con los camilleros recitando las lesiones y la situación hemodinámica a los médicos, que empezaban a actuar en cero coma. Y, al igual que en la serie, Osakidetza cuenta con un pionero código trauma en el Hospital de Galdakao que ayuda a salvar vidas. La aplicación de la atención inmediata a través de los códigos infarto, ictus, o trauma permite reducir las muertes y disminuye las secuelas. Pero el código más complejo es el de los pacientes politraumatizados, ya que hay que aplicar la asistencia en tiempo récord. Están tan graves que muchos fallecen en el lugar del accidente ya que es la principal causa de muerte en menores de 45 años.

“Es un paciente que presenta múltiples lesiones de origen traumático y, al menos, una de ellas va a poner en peligro su vida. Por eso, cómo identificas esas lesiones, el orden de actuación, y el tiempo que se invierte en el procedimiento es fundamental”, explica Bakarne Ugarte, cirujana general en el Hospital de Galdakao, y miembro del equipo multidisciplinar del código trauma.

“La mitad de las muertes de un politraumatizado grave ocurren antes de llegar al hospital. Un apuñalamiento cardiaco es muy difícil que llegue al centro porque si la herida afecta a grandes vasos, corazón, arterias..., normalmente fallecen en el lugar del accidente, y por mucho que haya una actuación óptima, no hay solución posible”, describe. “Pero una vez en el hospital, hasta un 60% de pacientes pueden morir en las primeras cuatro horas. Por eso, es importante que todos los servicios actúen de manera coordinada para disminuir esa mortalidad”, señala.

Lo fundamental para el politraumatizado es una atención ultrarrápida. “El tiempo es vida, marca la diferencia en la morbimortalidad posterior. Esa rapidez y esa eficacia determinan que haya una disminución en la mortalidad y que haya un mejor pronóstico en las secuelas que tendrá el paciente que sobreviva. La diferencia son unos pocos minutos”, sentencia.

Actuar en tiempo récord es vital en accidentes, caídas o apuñalamientos

Todos, a la urgencia Activar un protocolo de este tipo salva muchas vidas. “Identificamos el trauma grave y creamos un grupo de trabajo que implica a una docena de personas con el objetivo de que el politraumatizado esté atendido desde el minuto 1 porque todos los servicios concernidos estamos perfectamente coordinados y vamos a ir a la Urgencia, a la sala de estabilización, a esperar a que el paciente llegue”, precisa Ugarte.

La cirujana pone de manifiesto que este código trauma es pionero en Osakidetza. “Hay protocolos para el politraumatizado en otros centros. La diferencia con nuestra forma de actuar es que aquí optimizamos los tiempos de actuación y la supervivencia”, subraya.

En funcionamiento desde el el 24 de diciembre 2021, están implicadas todas las especialidades que se activan desde el principio, Urgencias, Cirugía, Anestesia, Intensivos, Traumatología, Radiología o la Enfermería de la Urgencia. “Al final, el tiempo es la clave. Si estamos todos, se decide en ese momento el tratamiento ideal para el paciente en el menor tiempo posible. En estos ocho meses desde que se ha activado esta forma de trabajar, ya hemos detectado que la capacidad de respuesta ha disminuido, que se hacen las pruebas en menos tiempo y se tarda menos en la obtención de un diagnóstico inicial, algo fundamental para decidir qué haces con el paciente porque hay que reaccionar en un tiempo récord”.

Las causas más comunes de los traumatismos son las caídas y precipitaciones, seguido por los accidentes de tráfico. Existe también un porcentaje nada despreciable de accidentes laborales, así como violencia interpersonal (por ejemplo heridos por armas blancas) o incluso damnificados de eventos catastróficos o sucesos.

Personas jóvenes y sanas

“Los casos puede que sean pocos porque en nuestra OSI debemos rondar los 25 traumatismos graves al año, pero el perfil del paciente afectado es el de una persona joven y sana, y con una expectativa larga de vida que, sin embargo, fallece. Es, por tanto, una población importante sobre la que puedes actuar para mejorar su supervivencia y discapacidad”, observa.

“Lamentablemente hay cosas que no tienen arreglo ni con la mejor atención del mundo, pero una buena actuación puede hacer bajar la mortalidad extrahospitalaria e intrahospitalaria”, subraya.

De hecho, Ugarte reconoce que han activado códigos trauma en exceso. “Pero la idea es sobreactivar y hacer simulacros porque a la gente hay que entrenarla para trabajar en este tipo de situaciones que son completamente extraordinarias”, destaca.

Algunos intensivistas hablan del trauma grave como la epidemia oculta que, generalmente, afecta a pacientes jóvenes a causa de traumatismos de alta energía como precipitaciones y accidentes de tráfico o deportivos, convirtiéndose en la primera causa de muerte y discapacidad neurológica en personas jóvenes.