¿Es mejor una crema por tener péptidos? ¿Rejuvenece la baba de caracol? ¿Son infalibles los antioxidantes? ¿Es la cosmética coreana mano de santo? ¿Tienen las cremas fechas de caducidad? En torno a la cosmética se han construido una serie de mitos y leyendas urbanas que es necesario derribar.

Tampoco los productos orgánicos ni bios son siempre lo mejor. Porque ni todo lo químico es tóxico, ni todo lo natural es sano. Cosmética y química son grandes aliados. “La cosmética natural es estupenda pero no tiene por qué ser ni más segura, ni más eficaz ni más sostenible, porque depende mucho de la procedencia de las materias primas o de la gestión de los residuos”, proclama escéptica Gema Herrerías, farmacéutica y experta en dermocosmética.

La línea que separa el marketing de la ciencia es muy delgada y por eso algo parecido sucede con el aloe vera, considerado el sancta sanctorum. “Hay gente que piensa que frotarse aloe vera es lo mejor del mundo, pero la cicuta también es natural y la gente se muere si la toma. El aloe vera también tiene compuestos alergénicos y, cuando se usa dentro de la industria, se eliminan esos compuestos y se dejan los más reparadores y calmantes. No se debe usar el marketing del miedo porque no hay ningún cosmético que sea tóxico”.

“Todo lo que está comercializado en la UE está sujeto a unas normas que en el libro Radiografía de un cosmético llamamos el Reglamento Padre, y hay que estar completamente tranquilos porque lo que se vende por los canales habituales es seguro”, sentencia la mediática Marian Garcia, conocida como Boticaria García. “Es lo que sucede con la etiqueta Sin parabenos que está tan de moda. Y a lo mejor se usan otros conservantes menos analizados. Es importante que la gente pierda el miedo frente a la cosmética”, dice.

Tampoco es una ley universal que sea necesario cambiar de cremas el primer día de invierno y de verano. ”Lo que cambian son las edades de la piel. La piel no se acostumbra a ningún cosmético. Una hidratante no va a dejar de hidratar. En verano necesita una protección más alta, necesita texturas mas ligeras pero no porque la piel se adapte sino porque cambian las circunstancias”.