El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó ayer que el Gobierno “está en contra y se ha opuesto” a los controles instaurados por Francia en la muga, que han llevado a establecer una vigilancia aérea y marítima para tratar de evitar muertes de migrantes como las ocurridas en el río Bidasoa.

En respuesta a una pregunta del diputado del PNV Iñigo Barandiaran, Grande-Marlaska señaló que “somos partidarios de una protección efectiva de las fronteras exteriores de la UE pero de una libertad de movimiento interior y la protección de la vida de los migrantes irregulares o regulares o de los no migrantes es una de nuestras principales preocupaciones”. – NTM