Obligatoria

Trabajadores y visitantes de centros -hospitales, centros de salud-, servicios -centros de transfusión- y establecimientos sanitarios -farmacias- deberán mantener el cubrebocas. Los pacientes ingresados no, a menos que estén usando espacios comunes.

De la misma forma que en los anteriores, tendrán que llevarla los empleados y las visitas, pero no sus habitantes, como es el caso de los mayores que vivan en residencias.

Se mantiene la obligatoriedad en el transporte aéreo, por ferrocarril o por cable y en los autobuses, también en el caso de los espacios cerrados de buques y embarcaciones en los que no sea posible mantener la distancia de 1,5 metros, salvo en los camarotes cuando sean compartidos. Habrá que llevarla asimismo en todos los transportes públicos de viajeros, pero no en los andenes y estaciones.

Libre

En el entorno laboral, de manera general, no resultará preceptivo el uso de mascarillas. No obstante, la evaluación de riesgos del puesto de trabajo será la que permitirá tomar una decisión sobre las medidas preventivas adecuadas. Preguntada insistentemente por la potestad de las empresas para obligar a sus trabajadores a llevar cubrebocas, y si temen por ello un aumento de la litigiosidad, la ministra Carolina Darias reiteró que “la norma es que no serán” obligatorias, a menos que lo determine riesgos laborales en función del riesgo.

“En ningún caso” será exigible la mascarilla; aun así, el “uso será responsable”, de manera que si un profesor está en situación de vulnerabilidad, será aconsejable que se la ponga.

- Han sido 700 días con ellas encima. Se han demostrado como la mejor barrera de contención del coronavirus. Durante todo este tiempo -ola tras ola- han sumado adeptos y detractores. Pero el uso obligatorio de las mascarillas llega hoy a su fin, excepto en los transportes públicos, los centros sanitarios y las residencias. El Estado español se une así a la larga lista de países europeos que ya se han despojado del que se ha convertido en uno de los elementos más simbólicos de la pandemia, como son Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido o Países Bajos. Otros, como Italia, Portugal o Grecia, han optado por esperar algo más. En cualquier caso, el uso de los tapabocas siendo recomendable en zonas con mala ventilación y resultan especialmente indicadas para personas vulnerables, en tratamiento, inmunodeprimidas y mayores.

Hoy entrará en vigor el Real Decreto aprobado ayer por el Consejo de Ministros por el que el uso de las mascarillas deja de ser obligatorio en interiores porque la pandemia, después de su gripalización, parece haber entrado en una fase manejable, al menos en el ámbito hospitalario. Tras la aprobación del decreto, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, resaltó que el de ayer fue un día “importante en el que se siguen superando etapas” de la pandemia. No obstante, advirtió de que el covid “sigue entre nosotros, pero evoluciona de manera positiva y los indicadores marcan un nivel bajo con carácter general, estable en la mayoría del territorio. Seguimos avanzando desde la prudencia pero también desde la progresividad”.

Darias insistió en que era el “momento oportuno” para tomar esta medida “muy meditada”. En este sentido, indicó que “nos encontramos en un contexto epidemiológico favorable que permite la flexibilización del uso de las mascarillas. Está motivada por la altísima cobertura vacunal de nuestro país, que ha cambiado las características de la pandemia”. No en vano, la gravedad de la enfermedad ha descendido de manera importante, precisamente, por el impacto de los sueros.

La ministra defendió la retirada de las mascarillas sin esperar a ver el impacto de la Semana Santa. “Hace un año -dijo- teníamos un 21% de ocupación de las unidades de cuidados intensivos y hoy este porcentaje es del 4%. Ha podido haber alguna oscilación en la incidencia pero no se ha producido un elevado incremento en la ocupación hospitalaria”.

Recordó que la medida cuenta con el acuerdo de la Ponencia de Alertas y con la práctica unanimidad de los miembros del Consejo Interterritorial. En cualquier caso, la ciudadanía no se desprenderá del todo de la mascarilla, ya que habrá que seguir llevándola en centros y servicios sanitarios, como hospitales, ambulatorios, centros de transfusión de sangre o farmacias. En los hospitales, las personas ingresadas estarán exentas de llevarla cuando estén en su habitación. También estará presente en las residencias, no será obligatoria para los ancianos aunque sí para los trabajadores y las visitas. Igualmente, aún será obligatoria en transporte.

En los centros de trabajo, serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que valoren su necesidad, si bien se aconseja cuando la distancia sea inferior a 1,5 metros y haya mala ventilación. En otros interiores como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos o bares, lo recomendable es un “uso responsable” de las mascarillas, al igual que en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas.