DONOSTIA- Una de las principales transformaciones del nuevo mapa forestal de Gipuzkoa es el aumento de las especies frondosas, especialmente las de crecimiento lento, entre las que se encuentran principales especies autóctonas. Estas, según GEBE, superan por primera vez en décadas a las coníferas. Basta echar la vista atrás 25 años para darse cuenta de que entonces las coníferas, árboles de mayor aprovechamiento con fines productivos, suponían el 61% del total de la masa arbolada y hoy no alcanzan ni la mitad (49,8%).

Las frondosas han ganado en Gipuzkoa en los últimos 25 años más de 15.300 hectáreas y han aumentado considerablemente las superficies de roble del país, hayas, plantaciones de frondosas y bosques de ribera. Además, la masa total arbolada sigue creciendo y ya son más de 3.500 hectáreas de árboles más en 25 años.

Podría parecer un entorno idílico, porque Gipuzkoa se mantiene como el territorio más verde de todo el Estado, con un 61,6% de su superficie ocupada por árboles. Más de 68 millones de árboles, según GEBE, que proporcionan al territorio una cobertura excepcional para afrontar el futuro y el cambio climático. Valga recordar además, que la masa arbolada del territorio a principios del siglo pasado suponía el 25% de la superficie de Gipuzkoa. "Se ha pasado del 25% al 61% en 100 años", aseguran.

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Sin embargo, los forestalistas advierten del gran problema que supone el abandono de los montes. Se refieren con superficies abandonadas que técnicamente son denominadas como bosque mixto atlántico: "Pastizales y antiguos pinares que no han sido repoblados y son ahora una amalgama de especies acorraladas por la maleza. Combustible para futuros incendios y vía muerta para los vehículos de emergencia", asegura esta asociación. Hoy en día el mayor riesgo, dicen, es que caigan en estado de abandono antiguos pinares que no sean repoblados.

El monte abandonado supera ya el 16,1% de la masa total arbolada del territorio: un total de 19.666 hectáreas sin ningún tipo de cuidado ni gestión: ni pública, ni privada. Hace 25 años eran 12.223. El aumento del monte abandonado es del 61% en 25 años.