El atragantamiento al comer es una de las principales causas de accidentes domésticos en niños pequeños.
Ocurre en segundos, muchas veces en silencio, y puede tener consecuencias graves si no se actúa con rapidez.
Por eso, la prevención es clave, especialmente durante los primeros años de vida.
Según la doctora Sara Marin Berbell, popular por sus vídeos divulgativo en las redes sociales, hay una serie de alimentos que concentran la mayoría de los episodios de atragantamiento en la infancia.
Se trata de productos habituales en la dieta diaria, lo que aumenta el riesgo si no se preparan o supervisan correctamente.
Los alimentos más peligrosos para los niños
De acuerdo con la especialista, los alimentos que más riesgo de atragantamiento presentan son:
- Frutos secos
- Uvas
- Tomates cherry
- Aceitunas
- Salchichas
- Zanahorias en rodajas
- Palomitas
- Caramelos
- Manzana cruda
- Pasas
- Queso en dados
Estos alimentos tienen en común su forma, dureza o tamaño, factores que facilitan que puedan bloquear parcial o totalmente las vías respiratorias de un niño.
Por qué son especialmente peligrosos
Los niños pequeños aún no han desarrollado por completo la coordinación para masticar y tragar de forma segura.
Además, según señala la doctora, su tráquea de un niño de 5 años tiene una anchura similar al de una pajita
Alimentos redondos o duros, como las uvas o los frutos secos, pueden adaptarse fácilmente a la tráquea, provocando una obstrucción.
Las rodajas de salchicha o zanahoria y los dados de queso también suponen un peligro frecuente, ya que su tamaño coincide con el diámetro de la vía aérea infantil.
Claves para prevenir el atragantamiento
Los expertos insisten en que muchos de estos accidentes se pueden evitar con medidas sencillas:
- Cortar los alimentos en trozos pequeños y alargados, nunca en rodajas
- Evitar ofrecer frutos secos enteros y caramelos a niños pequeños
- Supervisar siempre las comidas
- Asegurarse de que el niño esté sentado y tranquilo al comer
- No forzar la ingesta ni permitir que coma mientras corre o juega
La concienciación de las familias y cuidadores es fundamental para reducir un riesgo que sigue estando muy presente en los hogares. La prevención, en este caso, puede marcar la diferencia entre un susto y una emergencia grave.
"Parece exagerado pero pasa, y mucho más de lo que imaginamos. Es verdad que a veces vivimos con miedo y hay que intentar no obsesionarse pero si llevar cuidado y decírselo al resto de la familia que a veces no sabe lo importante que es", señala la doctora.