- Ha llegado la vuelta al cole en medio de un tsunami de contagios por covid que deja una incógnita aún por despejar: ¿Cuántos escolares no están en condiciones de retomar las clases con normalidad debido a su convalecencia? Es una de las principales dudas de los centros educativos de Gipuzkoa que abren mañana sus puertas tras las vacaciones de Navidad. Será una primera toma de contacto con el alumnado antes de que el lunes se reincorpore la totalidad de escolares del territorio. El regreso se produce ante un complejo escenario sanitario debido al incremento acelerado de la transmisión comunitaria por coronavirus.

Se mantiene firme, pese a todo, la apuesta por impartir las clases de manera totalmente presencial. Los centros recibieron ayer la actualización del protocolo remitido desde el Departamento vasco de Educación para adecuar la vuelta a clase con la actual situación de la pandemia por covid. Las directrices marcadas no difieren de las de olas anteriores si bien las mascarillas vuelven a ser de nuevo obligatorias en los recreos y en actividades al aire libre para el alumnado vasco mayor de doce años.

La altísima transmisibilidad de la variante ómicron, que supera a la que hasta ahora era la más alta de la historia -la del sarampión- exige “ser estrictos y rigurosos” en el cumplimiento de las medidas preventivas. La comunidad escolar asume un reto de primer orden con una incidencia acumulada que ha alcanzando un nuevo récord con 4.898,55 casos por 100.000 habitantes en dos semanas.

La vuelta al cole llega tres meses después de la irrupción de una sexta ola que todavía no conoce techo y que no ha dejado de crecer a un ritmo medio de casi 6.000 casos por semana. Su impacto ha puesto contra las cuerdas a miles de empresas que acusan un aluvión de bajas médicas que condicionan su actividad.

Se apela por tanto a la responsabilidad de todos los agentes de la comunidad escolar, desde familias al alumnado, pasando por docentes y el resto de profesionales. “Durante este tiempo hemos aprendido mucho sobre la necesaria aplicación de los protocolos a seguir para garantizar la salud. De alguna manera, esta vuelta a la actividad nos sitúa ahora en el trabajo que ya hicimos durante la quinta ola”, señala gráficamente Jon Mirena Arruti, director del colegio San Ignacio de Loyola-Jesuitak Donostia.

La principal novedad del nuevo protocolo es la obligatoriedad del uso de la mascarilla para el alumnado vasco de Secundaria. El pasado mes de octubre se permitió desprenderse de la prenda en los recreos y en las actividades al aire libre organizadas por los centros. Ahora, con el regreso a clase tras la Navidad vuelve a hacerse necesario su uso. Solo los alumnos menores de seis años quedan exentos, puesto que los alumnos de Primaria también tendrán que seguir utilizándola con independencia de la distancia.

La experiencia acumulada durante estos casi dos años de lucha sin cuartel contra la pandemia se convierten en el principal aval para garantizar la vuelta a clase con normalidad. Desde el punto de vista pedagógico y didáctico, los centros conocen muy bien cómo actuar. Durante esta pandemia se ha consolidado un método de trabajo cada vez más orientado hacia la autonomía del alumnado y de los profesionales docentes. “Nuestra incertidumbre ahora mismo viene determinada por saber cuál va a ser la incidencia de la pandemia en nuestra población. Durante las navidades todos hemos estado de vacaciones. Quienes hayan tenido síntomas de la enfermedad habrán acudido a Osakidetza, a nosotros no nos han tenido que comunicar nada durante estas fechas”. Y esa es la duda que plantea el regreso: conocer la fotografía de partida para orientar el trabajo.

De entrada, vuelven a limitarse al aula los grupos burbujas en Educación Primaria. Ha sido necesaria una vez más esta modificación del protocolo después de que el pasado mes de octubre se abriera la posibilidad de que los escolares pudieran interactuar en el exterior con alumnos de distintas clases de un mismo curso.

Las cuarentenas de los contactos estrechos en las aulas pasarán de diez a siete días para aquellos alumnos que no estén vacunados con pauta completa. Los que sí lo están quedan exentos de mantenerla siempre que sean asintomáticos. “Quienes están aquí trabajando lo seguirán haciendo siempre y cuando no tengan un problema de salud. Quienes se tengan que quedar en casa, si son asintomáticos y pueden trabajar, lo harán desde sus hogares con las pautas que les vayamos marcando”, señala Arruti.

“Cuando haya un positivo entre el alumnado o síntomas compatibles con la enfermedad, se quedarán en casa. La diferencia con respecto a olas anteriores es que ahora existe una web habilitada por Osakidetza para que cada paciente pueda hacer la gestión con el fin de someterse a una PCR”, señala el director este centro escolar que cuenta con 1.500 alumnos -desde los dos años hasta segundo de Bachiller- que se reincorporan a clase mañana.

En cuanto a las actividades extraescolares, el protocolo establece que mientras se esté en una situación de alta transmisión como la actual, no se podrán mezclar alumnos de diferentes grupos burbujas, por lo que solo se podrán llevar a cabo si se respetan esos grupos de convivencia estable.

Según señalan centros consultados, el alumnado dispone de una calendarización de las unidades didácticas para seguir el curso desde casa con el apoyo de educadores en el caso de que sea necesario. “La comunicación con los escolares continúa en todo momento. Suele costar un poquito los dos primeros días desde que se comunica el positivo hasta que el grupo docente pueda hacerse cargo del estudiante, pero es un método de trabajo que conocemos bien y que ya seguíamos antes”, coinciden en señalar equipos directivos de centros escolares guipuzcoanos.

Ventilación cruzada y toma de temperatura en casa son algunas de las pautas a seguir. “Durante estos cursos anteriores aprendimos mucho. Automatizamos muchos procesos, sabiendo lo que había qué hacer en caso de que hubiera síntomas. Son líneas de actuación que al comienzo generaban muchísima incertidumbre y una lógica tensión pero que con la práctica se han ido aprendiendo”, asegura el director de Jesuitak Donostia. “El alumnado conoce perfectamente por dónde tiene que entrar y cómo hacerlo. Es verdad que hay que estar vigilante durante los recreos y que, en ocasiones, hay que recordarles el uso de las mascarilla, pero todo con cierta normalidad”, añade.

La actualización del protocolo también determina que en situación de incidencia alta o muy alta se mantendrán solo los entrenamientos en el deporte escolar y no habrá competición. Además, las actividades de deporte escolar se realizarán preferentemente en exteriores o interiores muy ventilados.

Se reanuda así un curso que supone un nuevo desafío, superado hasta ahora con nota, por lo que la vuelta a clase se plantea en clave continuista. “Apelamos a la responsabilidad de todos los integrantes de la comunidad escolar, del mismo modo que agradecemos su implicación demostrada hasta ahora, gracias a la cual todo ha salido bien”, admite Arruti.

Mascarilla en el recreo. El alumnado vasco mayor de doce años deberá utilizar de nuevo la mascarilla en los recreos y actividades al aire libre organizadas por los centros educativos cuando vuelvan a las aulas a partir de mañana. Los alumnos de Primaria también tendrán que usarla y los únicos que siguen exentos son los menores de seis años.

Grupos burbujas.’ Vuelven a limitarse en Primaria al aula después de que el pasado octubre se abriera la posibilidad de que pudieran interactuar en el exterior con alumnado de distintas clases de un mismo curso.

Actividades extraescolares. Mientras se esté en una situación de alta transmisión como la actual, no se mezclarán alumnos de diferentes ‘grupos burbujas’, por lo que solo se podrán llevar a cabo si se respetan esos grupos de convivencia estable.

Sin competición. En situación de incidencia alta o muy alta se mantendrán solo los entrenamientos en el deporte escolar y no habrá competición. Las actividades del deporte escolar se realizarán preferentemente en exteriores o interiores muy ventilados.

Los ‘grupos burbuja’ en Primaria vuelven a limitarse al aula, evitando de nuevo la interacción con alumnos de distintas clases

La altísima transmisión de la variante ómicron exige “ser estrictos y rigurosos” en el cumplimiento de las medidas preventivas