on Askasibar es auxiliar de enfermería en el Hospital Donostia desde hace dos años y medio. Siempre le interesó el ámbito sanitario pero finalmente "por circunstancias de la vida" estudió mecánica industrial para acabar trabajando durante décadas en la hostelería.

Al serle diagnosticada diabetes, comenzó a informarse y se dio cuenta de que "siempre" le había "tirado mucho lo sanitario". "Me animé, hice el módulo y las oposiciones y no he parado de trabajar en esto", apunta.

Considera Askasibar que la sociedad ha marcado estereotipos. "Se visualiza la obra o el camión con un hombre y del mismo modo, desgraciadamente, esa forma de ver patriarcal y machista nos ha hecho asumir que el cuidado es de mujeres", lamenta.

Pero este profesional se congratula de que el ámbito sanitario "es el que más está cambiando en este sentido·. "Cada vez hay más médicas y más enfermeros y auxiliares chicos. Hay matronas chico. Pero sigue habiendo trabajo que hacer a la hora de nombrar a los y las profesionales", constata Askasibar que afirma no tener "ningún problema" al responder cuando se les dice "¡Vamos chicas!" al ser todavía mujeres la mayoría de las auxiliares. "La mayoría de las auxiliares son mujeres, en enfermería en mi servicio (postoperatorio) está algo más nivelado", afirma.

"Me sigue chocando que no se asuma que puede haber un chico vestido de rosa (color del uniforme) haciendo cuidados de auxiliar", apunta Askasibar.

En su día a día sí le ha ocurrido. sobre todo con las personas mayores, que les resulte extraño que les cuide un hombre. "En alguna ocasión me han llamado doctor, como soy chico. ¡Cómo van a llamar enfermero o pensar que un auxiliar de enfermería es un hombre!", abunda.

Pero también le ha pasado con alguna compañera, pocas, "que ha pensado que como soy chico voy a hacer peor la cama o cuidar peor a un paciente. Es algo que me parece triste, que una mujer entre en ese juego sin querer o sin darse cuenta", destaca.

Para Askasibar su trabajo es "muy gratificante". "Es lo mejor que he hecho en la vida. Empecé a sacarme el título con 37 años y me está gustando tanto que no descarto, si puedo hacerlo coincidir con los turnos y me cuadra, estudiar enfermería. Todavía me quedan quince años para jubilarme y me gustaría".

"La vida me ha dado la oportunidad de ir por el camino que prefería. Antes de entrar a Osakidetza estuve dos meses en una residencia de personas mayores, donde creo que se necesita más gente, y gratificante fue al 100%", concluye.